ALEMANIA: El enfermo de Europa

En una entrevista de marzo de 2023, el canciller alemán Olaf Scholz prometió a su país un crecimiento económico que recordaría el milagro económico de la posguerra. “Gracias a las grandes inversiones en protección del clima, Alemania alcanzará durante algún tiempo tasas de crecimiento que no vimos por última vez en los años 1950 y 1960”, afirmó Scholz. Alemania logró tasas de crecimiento anual de alrededor el 8 % durante los años cincuenta y principios de los sesenta. El canciller Scholz reiteró su certeza sobre la exactitud de su pronóstico de marzo de 2023 en una sesión parlamentaria el pasado 3 de julio. Sin embargo, ¡la realidad es exactamente la contraria!

Alemania vuelve a ser el enfermo de Europa. Según la OCDE, se proyecta que el crecimiento global alcance el 3,1 % este año, pero se espera que Alemania se quede atrás con apenas el 0,2 %, el más bajo de todos los países de la OCDE. Adicional, el número de quiebras de empresas en Alemania es mayor que en los últimos diez años.

La última vez que Alemania fue considerada “el enfermo de Europa” fue a finales de la década de 1990. No obstante, bajo el liderazgo del socialdemócrata Gerhard Schröder, se implementaron importantes reformas de economía de mercado, se liberalizó el mercado laboral y la tasa impositiva máxima se redujo del 53 al 42 %. Estos cambios fueron la base de la historia del éxito económico de Alemania en los últimos 20 años, donde Angela Merkel se benefició de las reformas de Schröder.

Durante los 16 años de la era Merkel, no se implementaron reformas. Por el contrario, la industria energética alemana se transformó en una economía planificada bajo el lema de la “lucha contra el cambio climático”. Alemania decidió cerrar todas sus plantas de energía nuclear y, aunque el fracking se encuentra prohibido, el país importa gas GNL producido mediante dicha técnica desde los Estados Unidos.

Además, el Gobierno de Merkel hizo a Alemania dependiente del gas ruso, a pesar de las advertencias de los mismos Estados Unidos y otros países como Polonia. Los precios de la electricidad en Alemania aumentaron drásticamente desde la guerra de Putin contra Ucrania, lo cual solo empeoró la situación. Se prevé que la transición energética, una de las principales causas de muchos de estos problemas, le costará a Alemania un total de 1,2 billones de euros (¡alrededor de 1,3 billones de dólares!) para 2035.

Una consecuencia de la transición energética es que se ha vuelto demasiado caro producir en Alemania, especialmente para las empresas que dependen en gran medida de la electricidad. BASF, la empresa química más grande del mundo, ahora prefiere producir en China. La decisión de BASF está impulsada por menores costos de electricidad y menos burocracia en China en comparación con Alemania.

La crisis económica en Alemania puede empeorar aún más tras la decisión de la Unión Europea de prohibir la matrícula de automóviles con motor de combustión a partir de 2035. Nunca en la historia, un país ha prohibido voluntariamente su mejor y más exitoso producto, y por el que es admirado en todo el mundo. Creo que los chinos están muy contentos con esta loca decisión, ya que simultáneamente pueden abaratar mucho los vehículos eléctricos y seguir produciendo motores de combustión.

Asimismo, Alemania tiene problemas demográficos que están provocando una grave escasez de mano de obra calificada. Tal escasez hace que no solo sea más difícil hallar trabajadores con un considerable nivel de idoneidad, sino también personas para los trabajos más simples. A pesar de la alta inmigración, los problemas demográficos persisten debido a la expansión del Estado de bienestar. A principios de 2023, el Gobierno introdujo el programa Bürgergeld (Beneficio Ciudadano), que funciona como una renta básica universal. Dado que el Estado subsidia el alquiler y otros rubros, los pagos de transferencia para una familia con dos hijos en una ciudad como Múnich, donde los costos de vivienda son particularmente elevados, pueden ascender a tres mil euros (€ 3.000) o más al mes.

Al mismo tiempo, el trabajo ilegal aumentó considerablemente en Alemania. Esto se debe a que la combinación de Beneficio Ciudadano, para el cual no se requiere trabajo, más unas pocas horas de trabajo no declarado, a menudo significa que la gente tiene más dinero en sus bolsillos del que tendría después de más de 40 horas de ardua labor. Según las previsiones, el dinero ganado ilegalmente en Alemania aumentará este año en 38 mil millones de euros, hasta un total de 480 mil o más millones de euros.

La paradoja: mientras en Alemania existen 2,7 millones de desempleados, para las empresas es extremadamente difícil encontrar empleados. Varios restaurantes, por ejemplo, ya no encuentran suficientes trabajadores: el número de restaurantes insolventes aumentó un 27 % en 2023.

Para muchas personas vivir de la asistencia social resulta más atractivo que trabajar en el sector de los bajos salarios. Por supuesto, esto también aplica para los inmigrantes. En los últimos años, Alemania ha experimentado una importante afluencia de inmigrantes, solamente superada por los Estados Unidos –que tiene cuatro veces la población de Alemania–. La mayoría de estos inmigrantes carecen de una gran cantidad de aptitudes laborales necesarias en los nuevos tiempos, y muy pocos son trabajadores calificados. De hecho, el 82 % de los sirios en Alemania, el grupo más grande entre los solicitantes de asilo, ¡ni siquiera tienen formación profesional! De los que reciben prestaciones ciudadanas, el 63 % son inmigrantes, y en algunos Estados federados, como Hesse –donde nací–, la cifra llega al 76 %.

Y mientras todo esto sucede, cada vez más personas altamente calificadas y formadas abandonan Alemania. Con una tasa de emigración del 5,1 %, Alemania ocupa el tercer lugar a nivel internacional. La mayoría de los emigrantes (¡alrededor de tres cuartas partes!) posee títulos universitarios.

Para ir culminado, otro problema que tenemos es la creciente tasa de criminalidad entre los inmigrantes. El 41 % de los presuntos delincuentes son extranjeros, una cifra desproporcionada en comparación con el porcentaje de la población. Los inmigrantes están particularmente sobrerrepresentados en delitos como agresiones y violaciones.

Alemania tiene demasiados problemas. A estos se les suma la burocracia, que es altísima en contraste con otras naciones. Los permisos de construcción pueden tardar años, a veces más de una década. Olaf Scholz tiene la más baja aprobación, más que cualquier canciller anterior. Y Los Verdes, que fueron muy populares hace unos años, se están volviendo cada vez más impopulares.

Independientemente del resultado de las Elecciones del próximo año, hay pocas esperanzas de que se implementen las reformas que Alemania necesita con tanta urgencia.


Esta columna apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Rainer Zitelmann

Fráncfort Alemania (1957). Comenzó su carrera en el Instituto Central de Investigación en Ciencias Sociales de la Freie Universität Berlin (Universidad Libre de Berlín), y luego se convierte en Director de varias secciones de uno de Los principales diarios de Alemania: Die Welt. En 2000 funda su propia empresa, la cual consolida como líder del mercado en el campo de la consultoría de comunicación para empresas inmobiliarias alemanas, con una cartera de clientes que incluían a Ernst & Young Real Estate, CBRE y Jamestown. Vende su empresa en 2016 y desde entonces se centra en la investigación académica y la escritura de libros. En total ha escrito y editado 27 libros sobre historia, política, finanzas, entre otros, siendo de los más destacados “The Wealth Elite: A groundbreaking study of the psychology of the super-rich” (LID Publishing, 2018), “The Power of Capitalism: A journey through recent history across five continents” (LID Publishing, 2019), y recientemente, “In Defense of Capitalism” (Republic Book Publishers, 2023). Sus libros sobre la psicología del éxito y la creación de riqueza se han traducido a una gran cantidad de idiomas y han disfrutado de un éxito notable en China, India y Corea del Sur. También, es colaborador habitual de numerosos medios de comunicación europeos de prestigio, incluidos Neue Zürcher Zeitung en Suiza, The Daily Telegraph en Reino Unido y Frankfurter Allgemeine Zeitung en Alemania.

Obtuvo su primer doctorado en Historia en 1986 con honores “suma cum laude“ por su disertación sobre la influencia del socialismo en el pensamiento de Adolf Hitler, y el segundo, esta vez en sociología, en 2016, con su tesis sobre la psicología de los multimillonarios. Hoy por hoy, Zitelmann es una de las voces más influyentes del liberalismo contemporáneo.

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