Es el colmo, por decir lo menos, que El Espectador en su editorial titulado «si de participación en política hablamos…» desde ya enlode los resultados -cualesquiera sean- de una investigación disciplinaria que apenas anuncia la Procuraduría contra la alcaldesa de Bogotá Claudia López por un trino que creemos muchos, es abiertamente político, y que aprovechando la vitrina normal del segundo cargo público más importante del país se hace más notorio.
¡Por Dios, ¿qué es esto?! Los lectores de ese importante medio ya conocemos el talante político de don Fidel Cano, de sobra sabemos de su animadversión por todo lo que tenga qué ver con el actual gobierno, con su partido Centro Democrático, y por la figura de su ideólogo el expresidente Álvaro Uribe, pero caer en el facilismo de juzgar unos resultados de una investigación que apenas comienza, simple y llanamente porque la señora Procuradora Margarita Cabello hizo parte de este gobierno, es un despropósito que desdice más de El Espectador mismo, que de lo que se pueda concluir al término de tal investigación.
Se afirma en el escrito, que la alcaldesa le resulta incómoda al gobierno nacional, y muchos creemos que es al contrario: es ella la que no se ha podido sentir cómoda con el gobierno de todos los colombianos al que no pierde oportunidad de atacar sin misericordia alguna cada que este da papaya, o cuando se le antoja. Trinó la alcaldesa López, una vez se supo que la Fiscalía pediría la preclusión del caso Uribe – Iván Cepeda por falsos testigos, invitando a derrotar al líder político más notorio en los últimos 20 años y a su grupo político. ¿Eso no es participación en política? El Espectador lo que hace es «insultar» la poca, regular o mucha inteligencia y sentido común de muchos de sus lectores que como es lógico, ya nos estaba preocupando el silencio de la procuraduría por el ofensivo trino.
La investigación se va a llevar a cabo, y los resultados pueden ser previsibles sí, pero no calculados con exactitud, pues el derecho casi siempre trae sorpresas.
Quienes queremos encontrar algo de coherencia y ponderación en las líneas editoriales de los respetados medios, sí esperaremos ansiosos la posición editorial del mencionado periódico en caso de que se concluya que no hubo absolutamente ninguna irregularidad que amerite sanción o llamado de atención por el trino de la señora alcaldesa, pensando en que se le devuelva a la Procuradora Cabello el buen nombre al que tiene derecho, y que de alguna manera se maltrató el 26 de marzo en aquella columna mayor.
Va siendo hora de que la sociedad toda -y la prensa escrita es parte de ella- no prejuzque sin razón y dé margen de maniobra a las instituciones de control. Ridiculizando, como lo hizo El Espectador, perdemos todos los colombianos de bien, los que creemos que un estado de derecho sólido, con pesos y contrapesos serios, con organismos de control listos a actuar, es lo que asegura una democracia garantista de derechos y libertades.
Esperamos que se venga esa investigación y con ella, las acciones disciplinarias a que haya lugar. Que el control político se ejerza desde el congreso y no desde el Distrito Capital Bogotá.
Valdría la pena recordarle a Claudia López que a ella la eligieron los bogotanos para que administrara la capital, y nunca para que se apropiara de tareas de la justicia con aplicación nacional. El cargo de ella sí es muy importante pero su jurisdicción es territorial y dentro de la rama ejecutiva. Que no se le olvide que ni la nuestra, ni ninguna otra democracia otorga facultades totales a sus elegidos para cargos públicos, y esa práctica se la reservan para sí, las dictaduras.
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