Administraciones uribistas, uno de los obstáculos en la implementación de los acuerdos

El sábado 17 de septiembre, el portal VerdadAbierta.com publicó una entrevista con el jefe guerrillero alias ‘CarlosAntonio Lozada’, en la que dijo que “…somos también guerrillas locales, que se han dado ahí en esos territorios… esos combatientes que son oriundos de ahí se queden ahí. Porque ahí tienen su familia, ahí tienen las comunidades donde vivieron, luego ahí es más factible que se dé ese proceso de integración con la sociedad…”.

Al leer esto, de inmediato pensé en el contexto local de esas regiones a las que se refiere el líder fariano y qué obstáculos podrían presentarse en la implementación de lo acordado en La Habana. Aquí quiero presentar un contexto que podría ser, o no, uno de esos obstáculos.

Sabemos que el Centro Democrático, partido que lidera el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez y bastión de la oposición más férrea a los Acuerdos de Paz, fue el triunfante en asambleas y concejos en las regionales del año pasado. Resulta triste saber que las pocas alcaldías y gobernaciones que ganó el Centro Democrático en el país, fueron en aquellas regiones que han sido territorios históricos de la lucha armada izquierdista.

El sur del país, que comprenden los Llanos Orientales y la región amazónica, es conocida como la Colombia olvidada, abandonada a su suerte por el Estado, el mismo al que le pagan impuestos a diario.

Paradójicamente, este mismo territorio es el que más ha vivido la presencia de las FARC desde hace medio siglo. No sólo ven guerrilleros caminando por las veredas pidiéndoles “vacunas”, ellos mismos afirman que esta organización les ha ofrecido seguridad, trabajo y educación. En los Llanos Orientales existen escuelas administradas por las FARC, donde les enseñan su ideología.

Precisamente, la única gobernación que ganó el CD es la del Casanare. También ganó la alcaldía de Leticia, Puerto Nariño (en Amazonas) y la de Saravena (Arauca); es decir, los territorios donde más renombre tienen las FARC y que influyen enormemente en las economías locales, a pesar.

Tristemente, las FARC han sido el único estado que esta población ha conocido en años, y seguramente, cuando ya sean un partido político, de allí vendrá gran parte de su apoyo, puesto que allí ya los conocen como más que una guerrilla. Pero qué garantías tendrán, considerando las administraciones uribistas.

San Vicente del Caguán, por ejemplo, es otro de los municipios con fuerte presencia guerrillera, pero con un alcalde uribista. O en Antioquia; el CD tiene 17 alcaldías (18 si consideramos el pasado uribista de Federico), 14 de las cuales están en municipios donde operan frentes guerrilleros.

Pregunto entonces, ¿estarán dispuestas estas administraciones a garantizar la libre labor política de los miembros del partido que nazca de la desmovilización de las FARC?, ¿podrán estos lugareños ejercer su libertad de pensamiento? ¿les será fácil a los reinsertados construir su vida lejos de la estigmatización y los límites?

Alejandro Múnera Rodríguez

Estudiante de Economía en la Universidad de Antioquia. Apasionado por la lectura y la escritura. Desesperado por opinar ante los sucesos importantes que vive nuestra sociedad. Temas políticos y económicos son mi especialidad.