¿Es hora de que tanto académicos como ciudadanos construyamos un concepto actual de democracia?
Me parece que no nos da con garantizar: elecciones libres, regulares, separación de poderes, propiedad privada, participación pública, diálogo, instituciones, mayorías, libre mercado, alternar el poder, libertad de expresión, supremacía de la constitución, desarrollo y cargos concursables.
Porque sin duda alguna el paradigma de “Bien común” por el cual se adopta como forma de gobierno la democracia está en crisis, vemos como los pueblos están siendo manipulados a través del odio y los sentimientos nacionalistas, que implican el rechazo permanente de las minorías, opositores y pensadores, por líderes carismáticos ultraconservadores que representan para la actualidad, la tiranía que llevó al mundo a la segunda guerra mundial, la cual provocó millones de personas muertas, que rechazan el cambio climático y los derechos humanos, líderes que en nombre del ideal griego de igualdad y derechos políticos buscan acceder al poder con discursos incendiarios, retóricos y poco racionales para dirigir los países.
Estos discursos que han ganado las elecciones en EEUU, Filipinas, Turquía, Colombia y Brasil nos obligan a pensar, es la democracia ¿ buena o mala?, cuando posibilita el ejercicio del poder a ideas que van en contra de la dignidad humana y el beneficio de las personas o simplemente la democracia no es más que la expresión de la clase de sociedad que somos, una sociedad donde los valores éticos y morales sucumben ante la falta de carácter y el beneficio propio, intolerante, xenofóbica, guerrerista, una sociedad de buenos muertos, donde el vivo vive del bobo, de no heterosexuales, egoísta, indolente, reaccionaria y poco humana, sólo esta clase de sociedad puede verse representada en Donald Trump, Jair Bolsonaro e Iván Duque.
Esta clase de sociedad es la que nosotros los jóvenes rechazamos contundentemente porque entendemos las terribles consecuencias históricas a las cuales se ha llegado cuando se legitima a través del poder ideales perversos, cuando en nombre de la democracia se hace a la mayoría cómplice de la degradación humana, estos son errores del sistema político que no deberían suceder; pero los griegos sabían que nada es perfecto, la perfección es y hace parte del mundo del «deber ser» sin embargo ellos creían que el ejercicio de una forma de organizar el poder del pueblo a través de la participación, nos permitiría buscar beneficios comunes, resolver los problemas sociales y alcanzar un mayor grado de civilización, ¿ dónde ha quedado todo eso?, en los libros, en ideas, en la realidad abstracta y documentos.
A todo esto le tenemos que sumar que los lugares donde el ejercicio de la democracia debería ser realizado con profundo respeto, con un alto grado de honestidad y desde luego con las mayores garantías como son las Universidades y Colegios, los cuales no están haciendo su tarea, la elección de personero estudiantil, obedece más a un certamen de modelaje y la de representante estudiantes en las universidades a poco más que un concurso de logística, que a un mecanismo de participación, perdiendo así el horizonte en el papel que debe cumplir la academia con el fortalecimiento de la democracia.
Por lo tanto calificar los sistemas políticos occidentales como democráticos, puede ser una falacia, no podemos seguir dando este carácter a la legitimación del poder a través de unas elecciones , cuando la democracia en sus diferentes concepciones tiene características formales y materiales mínimas y todas en últimas buscan el bien común, al cual parece estar renunciando una parte de la Humanidad, en el caso de Colombia vemos como después de la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC que le ponía fin a una guerra de más 50 años, el diálogo público se abrió más, pero también se polarizó, y nos dimos cuenta de los inmensos problemas que teníamos más allá de la guerra, entendimos el grave problema de la corrupción, la pobreza y la desigualdad; sin embargo la agenda electoral la marcó una gran cantidad de mentiras y el miedo del “castrochavismo”, a esto no le podemos llamar democracia, ni en su sentido instrumental, porque la competencia no fue libre e informada, no podemos llamarle democracia material, cuando seguimos limitando las libertades, cuando 2.2 millones de colombianos viven con 2 dólares al día, cuando los pueblos no pueden decidir sobre sus territorios, cuando queremos esconder la verdad de las víctimas, cuando la educación no es un derecho sino un privilegio, cuando la salud y el derecho a la vida depende de tus ingresos, no puede ser democrático un país donde matan todos los días líderes sociales.
Nuestro camino para racionalizar el poder siempre ha sido difícil, incluso llegamos a llamarnos la patria boba, y desde la consolidación de la república son muchos los problemas que hemos enfrentado como la discusión entre federalistas y centralistas, las violencias partidistas, la creación de movimientos revolucionarios, paramilitarismo, narcotráfico, en fin, muchos de esos superados con éxito, pero aún nos falta y no podemos retroceder porque que nos ha costado mucho, dolor y muerte, por eso Colombia es una ESTADO en busca de la democracia, que tiene que hacer tangibles sus ideales fundamentales, la igualdad, la libertad, los DDHH, esos que han hecho del mundo un lugar mejor gracias al sacrificio de muchos hombres y mujeres que creían en la humanidad, si algún día quiere exponer con honro el título de ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO.
La democracia no es perfecta, pero es la mejor forma de regular la estupidez humana.