«Podría pasar que sea Gustavo Petro y su Pacto Histórico, el que gane, y ni él me asusta tanto como su cuadro mayor encabezado por Roy Barreras, Armando Benedetti, Piedad Córdoba, Iván Cepeda y a nivel regional, Julián Bedoya»
Ni yo me explico por qué soy ciudadano de derecha, pero lo soy, y como para comenzar esta columna, permítanme me retiro cualquier elemento distractor que confunda. Tengo muchos amigos y conocidos simpatizantes o militantes de la izquierda colombiana, y por ellos profeso profundo respeto, y por algunos de esos, mi admiración sobre todo por su capacidad de argumentar y disponibilidad de interactuar sin asomo de odio.
No sabemos quién, de entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, resulte ganador el 19 de junio, y ungido para presidir la nación en el próximo cuatrienio. A Petro le conozco seguidores con inteligencia emocional y pensamientos altruístas, y también se los conozco casuales por el odio que el mismo candidato profesa por Álvaro Uribe y que ha sembrado con relativo éxito especialmente en generaciones que le siguieron a la de él, y de Rodolfo le conozco una camada de jóvenes a los que les sedujo su arrecherismo santandereano con el que se propone despojar a los corruptos de dineros mal habidos y ponerlos presos.
Yo creería que la Derecha colombiana recibió un mensaje claro y contundente el domingo pasado: el pueblo, ese mismo que hace 20 años estaba hastiado de la guerrilla y su proceder, hoy está mamado de la corrupción, así que si es que hay la intención de escuchar esa voz del pueblo, tendrán que hacer unos «retiros espirituales,» asincerarse y tener propósitos de enmienda para volver a ser alternativa de gobierno. Ya esas marcas baratas de la C y la L, con sus derivadas maquillistas como CR, NL, U, CD y otras de garaje, nos mamaron. Ya nos estábamos tragando el cuento de que en política, sólo Estados Unidos estaba eligiendo a «viejos» para Presidente, y fíjense que hay uno de 77 años en Colombia como finalista, y poniendo en apuros a Gustavo Petro, razón para creer que sí es su discurso el que el pueblo colombiano quiere que se aplique.
Podría pasar que sea Gustavo Petro y su Pacto Histórico, el que gane, y ni él me asusta tanto como su cuadro mayor encabezado por Roy Barreras, Armando Benedetti, Piedad Córdoba, Iván Cepeda y a nivel regional, Julián Bedoya. Digo, es que si es la corrupción el enemigo a vencer, muy poco o nada se podrá conseguir con esa tropa hablándole al oído al hijo de Ciénaga de Oro. En caso de ser así, sería una manera de «democratizar la corrupción», pues pensará el pueblo que es bueno que también la izquierda se saboree con los gusticos que proporciona el «ejercicio sano de la buena corrupción».
Una buena gobernabilidad pasa porque quien esté al frente de los destinos de un país, tenga la capacidad de unir a sus dirigidos, y claro que es complicado, aunque algunos tengan más tacto que otros. Yo creería que a Petro le va a quedar muy complicado…es más, no creo yo que sea su interés siquiera intentarlo, pues dicen por ahí, que el poder obnubila tanto, que es preferible y más barato, tener áulicos entonando cantos de alabanza, que siriríes recordándole al gobernante sus deberes. O sino, pregúntenle a Daniel Quintero.
Lo que creo y quiero como resultado en las urnas el 19 de junio: Rodolfo Hernández: 12 millones de votos, Gustavo Petro: 10.5 millones de votos, y que ambos acepten el resultado y no llamen a desórdenes que se sabe dónde comienzan, pero nunca a dónde terminan.
Ñapita: gracias Aníbal Gaviria y gracias Iván Duque por ponernos a los antioqueños a pensar en que Luis Fernando Suárez y Juan Camilo Restrepo pueden ser excelentes Gobernador de Antioquia y Alcalde de Medellín 2024 – 2027. Como dice Suso: ¿vos ti’ maginás: Rodolfo, Luis F. y Juanca?…me morí.
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