A pensar de todo con José Pablo Feinmann

Al Poniente conversó en Buenos Aires (Argentina) con José Pablo Feinmann; filósofo, docente, escritor, ensayista, guionista y conductor de radio y televisión argentino; sobre diferentes temas sobre filosofía, medios de comunicación y política.

Cuando usted habla de «A pensar de todo» ¿A qué se refiere?

En realidad, “A pensar de todo” como es evidente viene de la frase “a pesar de todo”, y a pesar de todo hacemos todo lo que hacemos, a pesar de todo nos enamoramos, vivimos, escribimos, militamos, nos preocupamos por los demás, a pesar de todo porque realmente no hay ninguna señal trascendente que nos diga que tenemos un destino especial o prefijado, o que hay un Dios omnisapiente que nos mira, que nos juzga, nada de eso hay, es muy difícil salvo cuando se da el salto de la fe, es decir, uno llega hasta determinado punto y no tiene respuestas ya, entonces da un salto y ese salto es la fe, bueno…yo creo, ¡felices los que creen porque son muy afortunados!. Yo ahora tengo una edad que nunca pensé tener, 76 años que me agarró mal, que me agarró a los 73 con una CV y me afectó muchísimo, y mi visión de la vida también… ¡Qué injusta es la vida, me pareció que no merecía esto! Y que merecía estos últimos años para a pesar de todo seguir pensando y escribiendo, que ha sido siempre la prolongación de mi pensamiento. A pensar de todo es lo que tenemos que seguir haciendo, porque es la actividad realmente desmitificadora, el pensamiento crítico, que cuestiona, que no acepta lo dado como lo indiscutible, que no acepta la tapa de los medios de comunicación como la noticia más relevante del día sino que la busca por todos los lados. Todo eso hace que a pesar de todo haya que pensar de todo. Todo debe ser pensado.

«Esto último que acaba de pasar con el militar Iraní es un acto de desesperación bélica, es un asesinato que no tiene ninguna justificación diplomática»

¿Pensado y entendido como una verdad que hay que buscar?

Sí, hay verdades, distintas verdades. Yo no creo que haya una verdad, cuando caemos en una verdad aparecen los fundamentalismos, las arrogancias de las grandes potencias, el destino manifiesto norteamericano, pero hay distintas verdades que distintos grupos llevan a la praxis y colisionan entre si, la verdad es lucha y el que se impone es el que logra imponer su verdad sobre la verdad del otro, cuando todos creen en mi verdad ahí triunfé, mi poder impuso mi verdad como verdad para todos, esto es lo que tienen que lograr. Lo que quiere el poder es conseguir que su verdad sea creída por la mayor cantidad posible de gente, aceptada incluso mansamente, por eso digo que hay muchas verdades y que están en lucha, también creo que son las formas de ver la vida, las distintas ideologías, las distintas políticas. No es lo mismo el populismo imperial de Trump que el imperio comunista chino que tiene una potencia enorme pero totalmente distinta a la de Estados Unidos, también se diferencia Rusia en este sentido, en que tiene un cerrado concepto de sí misma, como nación que debe imponer sus verdades a la mayor parte del mundo, esto es más visible en Estados Unidos porque quiere imponer su verdad al mundo para protegerse de el, tiene una paranoia política muy grande, se sienten amenazados por todas partes y están constantemente en guerras, que son guerras ofensivas pero defensivas en realidad. Esto último que acaba de pasar con el militar Iraní es un acto de desesperación bélica, es un asesinato que no tiene ninguna justificación diplomática, pero Estados Unidos golpea para asegurarse el respeto de los otros y amenaza con golpear más, después el poder tiene su cara bélica, armamentística, cada vez el complejo militar industrial norteamericano fabrica más armas, los franceses fabrican más armas, arman a los pueblos islámicos que hacen guerras entre ellos y allí hay una conjunción entre la civilización mercantilista y la barbarie destructora, porque creo que el Islam no quiere transformar el mundo, quiere destruirlo porque no tiene una teoría de superación como tenía el marxismo, entonces quieren destruir lo más que puedan, Estados Unidos lo sabe y agrede con sus drones ahora, esta nuevas maneras de asesinar, atacar, lo que nos da en este momento es una cierta tranquilidad a América Latina, porque podemos pensar que quizás Estados Unidos vuelva a enfocarse en sus intereses de Medio Oriente y no tanto en golpes en Bolivia como por ejemplo hubo, pero es improbable, Estados Unidos va mantener abiertos todos sus frentes y todas sus embajadas van a estar trabajando para el destino manifiesto.

¿Por qué surgen plataformas como Facebook o Twitter que nos dan la noción de un libre pensamiento y opinión cuando sabemos también que está impuesto por un poder mediático? ¿Cómo juega eso en la construcción de un pensamiento colectivo?

A veces sirve para organizar una manifestación, organizar un conjunto de firmas, por una determinada causa, pero no podemos engañarnos, Facebook y todos son medios de espionaje, el imperio mediático comunicacional nos tiene atrapados en esas redes y todos se creen muy libres escribiendo en las redes -con errores horribles de ortografía-, y creen que tienen una gran libertad de decir lo que de otro modo no podrían decir, pero esa libertad es sujeción a la colonización mediática, hay una gran colonización de la subjetividad por parte del poder mediático. Acá en Argentina tenemos medios muy poderosos que son antipopulares por completo y entonces atacan a los gobiernos populares como en Brasil, Bolivia, Chile…América Latina está en un momento complicado. Argentina a los cuatro días de gobernar Alberto Fernández ya estaba recibiendo los ataques del periodismo de guerra, del campo, que son los señores de la tierra y no los pequeños propietarios que amenazan con salir a las rutas paralizando el país, eso se lo van a hacer a Alberto, seguramente. Habrá que ver, después está el problema de la enorme fabricación de armas y los ejércitos armados, como puede ser que un sector de la sociedad tenga el poder de las armas y el otro sector de la sociedad no lo tenga, entonces siempre el último punto de referencia son las fuerzas armadas, vos viste en Bolivia que habían armado bandas paramilitares pero que la decisión se tomó cuando los militares le sugirieron la renuncia a Evo Morales, es decir, una clara intervención militar, habría que evitar que el poder de las armas resida en un solo lado, habría no se  no lo van a aceptar- porque es muy loco- pero acá durante el primer gobierno de Perón…Eva Perón -que fue una luchadora tremenda- quiso armar milicias populares e importó 2500 pistolas y 1500 ametralladoras de Holanda, ya estaba enferma, desesperada y sabía que había muchos proyectos de golpe contra Perón, entonces quería armar al sindicalismo y que este armara al pueblo para defender al gobierno popular. Esto no sé en qué medida se puede hacer, van armar un lio tremendo, pero vos fíjate que Evo le había dado todo al ejército, lo había equipado y es el ejercito el que le da el puntapié final, así que el problema de las fuerzas armadas es un gran problema de la civilización. Las revoluciones son como Cronos, terminan devorándose a sus hijos.

«Luego vino la democracia de Alfonsín y yo seguía en el peronismo, pensaba que algunos teníamos que quedarnos en el peronismo para llevarlo a la democracia…»

Maestro José Pablo ¿por qué decide usted emprender una vida como intelectual siempre desde la batuta de la política? ¿Por qué decide volverse un intelectual como lucha política?

Siempre me interesó mucho la política, yo empecé a salir del ámbito de la universidad en 1968 cuando se formaba aquí la juventud peronista, un movimiento juvenil enorme, multitudinario, entusiasta que lo iba a traer -al general Perón- para hacer la revolución, de eso estaban seguros todos esos jóvenes, ahí entre en esa marejada, no me la iba perder. Eramos todos jóvenes idealistas, teníamos al pueblo que era peronista y al líder exiliado que había que traerlo para poner las cosas en orden aquí. Todo eso se fue al diablo -trágicamente- porque Perón volvió y empezó a hacer una política de derecha, para frenar a toda el ala izquierda que tanto había utilizado durante los años del exilio, así que agredió mucho a la izquierda y el ala armada de esa izquierda le mató al sindicalista Rucci que Perón lo necesitaba para gobernar. Toda esa marejada me llevó a mí a interesarme mucho por la política. Yo a veces medio en broma medio en serio digo que todo lo que se de política lo aprendí en el año de 1973, que fue un año muy agitado aquí, el del regreso de Perón, fue un año sangriento, agitado, y ahí empezaron a morir muchas ilusiones, pero no era el líder revolucionario que nosotros soñábamos, y no nos hacía caso, se ve que había hecho un pacto con los militares que lo dejaban volver si él frenaba el ala izquierda peronista y vino a eso, a frenarla y a hacer un gobierno nacional popular distribucionista con José Ber Gelbard en la economía y José Ignacio Rucci en el sindicalismo, pero la organización político-militar “montoneros” mata a Rucci de 24 balazos y Perón enfurece, es una declaración de guerra, y ahí comienza la guerra entre la izquierda y la derecha peronista. Muere Perón, el 1 de julio de 1974 en medio de un fracaso total, no logró hacer nada de lo que quiso hacer, vino enfermo, viejo y bastante malo, entonces muerto Perón se desatan todos los demonios y empieza la triple A, los montoneros, el ERP (ejército revolucionario del pueblo), las agrupaciones de izquierda armadas y las de derecha a balearse entre sí, y todos los días aparecen muertos que se dicen los diarios, y uno se daba cuenta de que afiliación eran, izquierda…derecha, era el horror y así no hay movilización posible, ahí la política se transforma en delincuencia, el que más puntería tiene es el que gana y el que negocia con el cadáver más adecuado es que negocia mejor, entonces eso me desilusiona mucho, y escribo mi libro “Filosofía y Nación” entre 1974 y 1975 en medio de un clima terrible, daba clases en la universidad, y finalmente me echan como todos los profesores de la JP (Juventud Peronista), y me voy a mi casa, sigo escribiendo “Filosofía y Nación” hasta que viene el golpe del 24 de marzo, ahí yo tenía que haberme ido del país -era lo más sensato-, mataban a cualquiera por cualquier cosa, esas cosas que ustedes conocen en Colombia también y en Venezuela. Tuve un cáncer, eso me impidió irme, me quedé en argentina con el cáncer, el golpe de Estado, esperando que me vinieran a busca y me mataran desde afuera o que las células hicieran metástasis y me mataran desde dentro, fue una pesadilla infernal…Ésta de la CV fue otra muy similar, a los dos meses después de asumir Macri me viene la CV -se ve que los gobiernos de derecha me enferman a mí- me salvé de la dictadura, empecé a militar en derechos humanos, a escribir en la revista “humor” que era una revista muy crítica de la dictadura con el pretexto del humor, empecé a dar clases de nuevo, luego vino la democracia de Alfonsín y yo seguía en el peronismo, pensaba que algunos teníamos que quedarnos en el peronismo para llevarlo a la democracia, porque todos se iban con Alfonsín y bueno, el resto es la historia que pasó…

¿Por qué siempre desde la filosofía, por qué la filosofía es tan trascendental? ¿Por qué crea usted después “Filosofía Aquí y Ahora”, “Filosofía y Nación”, “Filosofía Política y Poder Mediático” por qué el término, la filosofía como tal?

Bueno, es la carrera que hice y desde muy joven fui profesor de filosofía, pero también es cierto que me dedique mucho a la literatura, tengo 14 novelas, guiones de cine, el de “Eva Perón” me gusta mucho, el de “Ay, Juancito”, son buenos guiones de cine, allí también me sentí muy cómodo, muy expresado, durante mucho tiempo no volví a la filosofía, escribí novelas y di clases de literatura, finalmente volví a la filosofía a leer como un salvaje lecturas que tenía pendientes, de allí salió el libro “La Filosofía y el Barro de la Historia” es uno de mis mejores libros, en la primera década de ese siglo di clases en la fundación centro psicoanalítico para mucha gente -700 alumnos- y eso me entusiasmaba mucho, pase una primera década del siglo XXI muy hermosa, porque me entusiasmo mucho el gobierno de Néstor Kirchner del que fui casi amigo, con él fui a Venezuela y conocí a la oposición venezolana, ¡Dios mío…son de temor, ¿eh? de terror! Y escuche a Chávez dar un hermoso discurso. Él era un líder para entusiasmarse realmente, tenía un carisma impresionante, y durante toda esa década escribí, di clases, estuve con una actividad tremenda, ahí hice “Filosofía Aquí y Ahora” y también “Cine Contexto”, “Cine Feinmann” que eran programas de cine que es algo que me gusta mucho dar también.

«Todo saber tiene que ser trasformador, es trasformador de uno mismo, y uno lo tiene que vehiculizar para transformar la realidad externa también.»

¿Cuáles son los retos que tiene la filosofía en el siglo XXI?

 Es terrible el siglo XXI, ya no queda nada, queda muy poco realmente. Los retos de la filosofía…no sé ahora en que andará la filosofía, después del posmodernismo y de Zygmunt Bauman y las teorías de lo líquido…apareció Byung-Chul Han con pequeños libros -pero no me entusiasma mucho-, yo creo que los problemas de la filosofía son siempre los de la undécima tesis sobre Feuerbach de Marx, “los filósofos no se dediquen solo a interpretar el mundo sino que contribuyan a transformarlo” todo saber tiene que ser trasformador, es trasformador de uno mismo, y uno lo tiene que vehiculizar para transformar la realidad externa también.  Así que la función de la filosofía es pensar a pesar de todo, a pesar de un mundo militarizado, barbarizado, donde la vida no vale nada, donde se explotan miserablemente a continentes enteros. Seguir peleando por los derechos humanos, del hombre y ahora las mujeres que están en un proceso fantástico.

¿Cuáles son los libros imprescindibles de la filosofía que usted recomienda? 

“La Fenomenología del Espíritu” de Hegel”, la “Crítica de la Razón pura” de Kant, “El Concepto de la Angustia” de Kierkegaard, “El Manifiesto Comunista”, el primer tomo de “El Capital” de Marx, después “Ser y Tiempo” de Heidegger, “El Ser y la Nada” de Sartre.

Usted dice que Heidegger es el filósofo más importante del siglo XX pero Sartre es el mejor, ¿Por qué?

El más moral, el más literario, el que escribe mejor, es más importante Heidegger pero no el más grande, el más grande para mí sigue siendo Sartre con una cercanía de Foucault, Jean Baudrillard -entre los posmodernos-, un poco Derrida pero no mucho y se acabó…los clásicos, los griegos…hay que leer mucho a los griegos, ahí está todo.

Había que encontrar en su filosofía dónde estaban los resortes que habían posibilitado que Heidegger adhiriera al nacionalsocialismo y aceptar el rectorado de Friburgo

¿Por qué esa pasión por Heidegger?

Porque yo lo había estudiado poco y cuando volví a agarrar todos los libros que no había leído, había leído “Ser y Tiempo” pero sin muchas ganas y me apasionó muchísimo como pensador el problema del ser, de la autenticidad, en fin, todo lo que plantea Heidegger…el lenguaje. Además tenía la cosa fascinante de haber sido Nazi, había que encontrar en su filosofía dónde estaban los resortes que habían posibilitado que Heidegger adhiriera al nacionalsocialismo y aceptar el rectorado de Friburgo, estudiando fui encontrando esos resortes de Heidegger que básicamente están en el pasaje del primer Heidegger al segundo, cuando Heidegger abandona el humanismo de “Ser y Tiempo” ahí cae en la historia del ser y en la historia del nacionalsocialismo al cual califica de movimiento grande.

¿Cuál es el futuro del pensamiento político en Argentina, ve un panorama desolador? 

No creo, acá en la Argentina se ha hecho política en los últimos años, venimos de pasar cuatro años terribles de neoliberalismo salvaje, ahora volvemos al populismo de izquierda, creo que puede ser muy útil en la medida que dentro del sistema capitalista propugne una distribución del ingreso que creo que es lo que va hacer el gobierno de Alberto Fernández, tengo mis esperanzas ahí…que no se acaben las esperanzas.

 

Santiago Jiménez Londoño

Economista de la Universidad EAFIT, MsC en Ciencias Naturales y Matemática - UPB y Doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Hombre allende a la técnica.