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La Superintendencia de Economía Solidaria (Supersolidaria) nombró a Óscar de Jesús Hurtado Pérez como contralor del proceso de viabilización de la Cooperativa de Caficultores de Los Andes.
- Esta cooperativa estuvo intervenida por más de 5 años por graves problemas financieros y administrativos y ahora se intentaba recuperar con un plan liderado por la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
- El nombramiento fue realizado mediante resolución firmada el 7 de noviembre, aunque se hizo pública el 10 de diciembre de 2025.
- Hurtado reemplaza a una firma especializada (Consultores Generales de Negocios CGN S.A.S.) que había renunciado al cargo.
- La Superintendenta explicó que la designación se justifica por experiencia en intervenciones similares, principalmente en funciones de revisor fiscal.
Quién es Óscar Hurtado y por qué genera polémica
La cobertura periodística de El Colombiano explica el contexto político alrededor de Hurtado:
- Trayectoria política amplia, con cargos públicos en Medellín y Antioquia (incluyendo secretario de Hacienda, excongresista, alcalde local y allegado de figuras políticas regionales).
- Es identificado como una figura estrechamente vinculada con Daniel Quintero, con quien ha trabajado en varias responsabilidades públicas.
- Su historial político está marcado por cuestionamientos, investigaciones y decisiones administrativas criticadas, como desfinanciación de fondos pensionales municipales y problemas financieros bajo su gestión.
- Su presencia en cargos técnicos (como este de contralor) es vista por muchos como una extensión de intereses políticos en una entidad que debería recuperar autonomía y credibilidad técnica.
- El nombramiento: una crítica firme y fundamentada
- Elección política en lugar de técnica
Una entidad como la Cooperativa de los Andes, que estuvo casi quebrada por mala gestión interna, debería ser dirigida por perfiles técnicos y profesionales independientes, no por apellidos políticos ni allegados de gobernantes o líderes políticos.
Nominar a alguien con fuertes vínculos partidistas o políticos como contralor en un proceso delicado de recuperación no solo genera desconfianza entre los caficultores, sino que pone en riesgo la credibilidad del proceso mismo y la transparencia que se busca recuperar.
- Conflicto de intereses latente
Si la supervisión de la recuperación queda en manos de alguien con relación política declarada con líderes actuales o pasados, se abre la puerta a:
- Influencia de decisiones administrativas bajo intereses políticos
- Presión indirecta sobre proyectos e inversiones de la cooperativa
- Percepción de uso de cargos públicos para favorecer redes políticas, más que para la efectividad operativa y protección de los agricultores
Esto es particularmente grave cuando la misma cooperativa sufrió una crisis profunda que llevó a intervención estatal. Reparar una cooperativa no es una oportunidad para recompensar fichas políticas — es una obligación para restaurar confianza, transparencia y sostenibilidad.
- Impacto en la confianza de los cafeteros
Los productores y asociados han expresado públicamente su inquietud y rechazo al nombramiento por considerarlo político y no técnico.
La recuperación de la cooperativa no solo debe sanear sus finanzas, sino también reconstruir la credibilidad dañada tras años de intervención. Un nombramiento político puede:
- Debilitar la participación activa de los caficultores en decisiones importantes
- Discernir entre quienes apoyan el proceso y quienes ven otra interferencia de intereses externos
- Desincentivar futuros apoyos institucionales
- Una señal equivocada en el sector solidario
Las cooperativas se sustentan en la democracia interna, participación equitativa y transparencia. Cuando una autoridad de supervisión prioriza vínculos políticos en un cargo clave, envía una señal clara de que:
Lo político pesa más que lo técnico
Las estructuras de control no están aseguradas frente a presión de redes de poder
Los errores del pasado no se corrigen con política, sino con profesionalismo y rendición de cuentas
Esto es particularmente sensible en una cooperativa que fue “robada y saqueada por sus directivas” y cuyo propósito es representar y proteger los intereses de sus asociados.
Para concluir en esta locura de nombramientos, solamente me resta decir que, nombrar a Óscar Hurtado como contralor de la revitalización de la Cooperativa de Caficultores de Los Andes — con un claro perfil político y vínculos directos con figuras públicas — no es solo un error técnico, es un paso hacia la re – politización de un proceso que debería ser eminentemente técnico, transparente y centrado en los productores.
Este tipo de decisiones no responde realmente a la necesidad de sanar la cooperativa, sino más bien a favorecer intereses políticos disfrazados de tecnicismos administrativos. Frente a una entidad que necesita recuperar confianza y credibilidad, este nombramiento es una señal preocupante de que el pasado político puede volver a interferir en el desarrollo económico y social del sector cafetero.












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