Diego Luis Londoño nació en Yarumal donde sea silvestre el Alzhéimer, tiene 41 años, casado, padre de dos hijos, con formación universitaria en filosofía y música. Además del español, habla alemán, inglés e italiano.
Diego Luis hace cinco años regresó a Colombia para el cumpleaños de su mamá y hace dos que desapareció, se perdido en las nubes del tiempo. Según sus hermanas Marta y Olga Judith, Diego Luis presentaba avanzada “demencia senil” sin saberse nada de él hasta que, de manera fortuita, un video de la empresaria Amy Solano arrojó de nuevo luz sobre él mientras grababa un video, él aparece al otro lado de la vitrina de su almacén en Machala, Ecuador, con gesto amable y una flauta. Con la música paga la dormida, come, se viste. Sigue relativamente autónomo.
El video rodó por la Internet hasta que llegó a los ojos de sus hermanas, quienes registraron alegres la prueba de su existencia. Diego Luis al parecer se mantenía entre Machala, Ecuador y la localidad peruana de Báncora.
Con la ayuda del doctor Google, doctor de cabecera de Sergio Fajardo, digamos que la demencia, se refiere a un síndrome caracterizado por el deterioro progresivo de las funciones cognitivas como la memoria, el lenguaje y el pensamiento, e interfiere en la vida diaria de la persona.
La demencia deriva de diversas enfermedades que afectan el cerebro, como el Alzheimer y se caracteriza por el deterioro de las funciones cognitivas: La enfermedad empeora con el tiempo, aunque la velocidad de progresión puede variar según la causa subyacente. En fin, es el deterioro cognitivo que afecta la capacidad para realizar tareas cotidianas, volviendo al paciente cada vez más dependiente.
Pero no se alarmen que es diferente al envejecimiento normal e inevitable de las personas. Se refiere al menoscabo progresivo de como la memoria, el lenguaje y el pensamiento.
Eso es lo que parece acompaña a Diego en la noche oscura de su existencia. Ahora gracias a Amy, a un simple TikTok y a quienes viralizaron el video, Amy se ha propuesto encontrarlo para ponerlo en manos de la familia en Medellín, donde lo esperan unos corazones agitados, con la sangre detenida como un lebrel al pie de su partida, como de alguna manera reza el bello verso de Robledo Ortiz.
Diego Luis está vivo, apareció en Chiclayo, donde fue obispo y misionero el ahora León XIV. Fue entrevistado por la TV del Ecuador. La esperanza está hecha realidad, visible a los ojos de Amy y de la familia Londoño. A mí me pareció cuerdo en las respuestas. Tanto que dijo no querer volver a Colombia hasta no no recorrer Suramérica sumando vivencias para escribir un libro.
Tiro al blanco: hay historias de terror, como esta, con cierta luz al final del túnel que atraviesa Diego Luis
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