Resumen Económico de la Semana del 13 al 17 de Octubre de 2025

Resumen Ejecutivo

Los mercados globales cerraron la semana con mayor estabilidad y tono optimista, impulsados por señales de acomodo monetario en Estados Unidos y una moderación temporal de las tensiones comerciales con China. El tono prudente de la Reserva Federal y la postergación de datos oficiales por el cierre parcial del gobierno redujeron la volatilidad y respaldaron nuevos máximos en los principales índices bursátiles.

En Europa, el Banco Central Europeo mantuvo su diagnóstico de crecimiento débil y demanda contenida, reconociendo que la desaceleración industrial se extiende más de lo previsto. Las cifras recientes muestran una inflación más estable, pero un entorno fiscal complejo en países como Francia e Italia, donde los gobiernos preparan planes de ajuste ante el aumento del costo de financiación. El mercado europeo respondió con leves retrocesos en los principales índices y movimientos mixtos en los bonos soberanos.

En Asia, las exportaciones chinas crecieron 8,3 % interanual, su mayor avance desde marzo, destacando el repunte hacia ASEAN y África, aunque el deterioro comercial con EE. UU. volvió a tensar el entorno bilateral.

En Japón, el Banco de Japón mantuvo abierta la opción de un ajuste de tasas ante presiones cambiarias, mientras Washington instó a Tokio a reducir importaciones de energía rusa, generando una respuesta diplomática cautelosa.

En LatinoaméricaMéxico confirmó la firma del Acuerdo Global Modernizado con la Unión Europea para febrero de 2026, que ampliará los capítulos de inversión y comercio digital, y el Banco de México reiteró prudencia frente a nuevos recortes de tasas. En Brasil, la economía creció 0,4 % en agosto y avanzó en la ampliación del acuerdo Mercosur–India, con el objetivo de elevar el comercio bilateral a USD 20.000 millones en 2026.

En Colombia, el Congreso aprobó el Presupuesto 2026 por COP 546,9 billones, condicionado a una reforma tributaria por COP 16,3 billones. El Banco de la República advirtió que podría subir tasas si persisten las presiones inflacionarias, mientras el Gobierno prepara un decreto para fomentar la inversión local de los fondos de pensiones, que genera debate con Asofondos y ANIF. En el frente externo, las exportaciones no minero energéticas aumentaron 21,3 %, destacando el café y el aceite de palma como motores del repunte.

Los mercados financieros mostraron apetito por riesgo: el COLCAP subió 2,9 %, el peso colombiano se fortaleció a COP 3.834, y los TES de largo plazo registraron valorizaciones. En commodities, el petróleo retrocedió más del 2 % por mayores inventarios y previsiones de sobreoferta, mientras el oro repuntó 5,8 % y el cobre avanzó por señales de restricción de oferta.

  

Estados Unidos

El panorama económico estadounidense cerró la semana con señales mixtas y un tono de mayor cautela monetaria por parte de la Reserva Federal. El Indicador de Actividad Manufacturera de la Fed de Filadelfia sorprendió negativamente al retroceder a –12,8 puntos en octubre, frente al +10,0 esperado y +23,2 anterior, retornando a terreno contractivo. Aunque los Nuevos Pedidos repuntaron hasta 18,2 puntos, los Precios Pagados aumentaron a 49,2 (presionando los márgenes), mientras el empleo se desaceleró. El contraste con el Empire Manufacturing de Nueva York, que mejoró más de lo previsto, muestra un cuadro divergente en el sector industrial, aunque consistente con la idea de un crecimiento más moderado hacia el cierre del año. Este deterioro refuerza la expectativa de que la Fed podría aplicar un nuevo recorte de 25 pb en su reunión de octubre, situando el rango de los Fed funds en 3,75 %–4,00 %.

Con Washington aún cerrado y el shutdown gubernamental entrando en su tercera semana, la publicación de datos oficiales continúa limitada. El IPC de septiembre fue pospuesto hasta el 24 de octubre, mientras los mercados descuentan que la parálisis podría extenderse otra semana más. El Beige Book de la Fed reflejó una economía que “cambió poco”, con consumo más débilmenor contratación y presión de costos por aranceles y servicios, sin poder trasladarse plenamente a precios finales. El índice de optimismo de las pequeñas empresas (NFIB) cayó a 89,6, su nivel más bajo del año, reflejando incertidumbre política y un entorno de enfriamiento laboral. En conjunto, el tono de los indicadores respalda el giro dovish de la Fed y eleva la probabilidad de un nuevo ajuste a la baja en tasas.

En los mercados financieros, el foco se desplazó hacia el sector bancario regional, tras revelarse pérdidas crediticias y presuntos fraudes en Zions Bancorp y Western Alliance, que provocaron una caída del 6,3 % en el KBW Regional Banking Index y un repunte del VIX por encima de 27 puntos. Aunque el episodio se moderó con resultados más sólidos de entidades como Fifth Third y Regions Financial, reavivó los temores de una posible fragilidad en la calidad crediticia. Analistas advierten sobre los riesgos de contagio desde el mercado de crédito privado, cuya magnitud —ya superior a USD 1 billón— preocupa a autoridades del FMI y del Bundesbank, que alertaron sobre potenciales efectos de spillover hacia el sistema regulado. La frase del CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, resonó entre los mercados: “Cuando ves una cucaracha, probablemente haya más”, reflejando la sensibilidad extrema de los inversores ante cualquier señal de deterioro crediticio.

En el frente fiscal, el Departamento del Tesoro reportó un superávit de USD 198.000 millones en septiembre, lo que redujo el déficit fiscal anual a USD 1,775 billones, equivalente al 5,9 % del PIB, su primera mejora desde 2022. Los ingresos aduaneros se incrementaron en USD 118.000 millones, impulsados por los nuevos aranceles de la administración Trump, mientras los intereses de deuda alcanzaron USD 1,216 billones, consolidándose como la segunda partida más alta del gasto federal después de la Seguridad Social. El alivio temporal en el déficit, sin embargo, contrasta con los riesgos asociados a una política comercial agresiva y a un gasto público aún elevado.

En el ámbito internacional, la guerra comercial con China volvió a escalar para luego moderarse. Tras una semana de tensiones por nuevos aranceles y restricciones a las exportaciones de tierras rarasTrump y el viceprimer ministro He Lifeng acordaron reanudar negociaciones “lo antes posible”, preludio de un encuentro bilateral con Xi Jinping en la cumbre de la APEC en Corea del Sur (31 de octubre – 1 de noviembre). La disputa arancelaria ha intensificado la dependencia estructural entre ambas economías, donde Estados Unidos mantiene un déficit comercial de USD 382.000 millones con China y depende en más de 80 % de las tierras raras importadas desde Pekín. Paralelamente, China ha redirigido su comercio hacia África, el Sudeste Asiático y América Latina, mitigando el impacto de los aranceles. En palabras del analista Scott Kennedy (CSIS), “Chimerica está debilitada, pero aún no ha muerto”.

Finalmente, la semana dejó un trasfondo de riesgos cruzados: una Fed prudente ante la falta de datos oficiales, nuevos focos de tensión en la banca regionalincertidumbre fiscal por el cierre del gobierno y un entorno comercial volátil marcado por la competencia con China. Todo apunta a que la política monetaria estadounidense entra en una fase de mayor flexibilidad, con la inflación cediendo lentamente y el crecimiento ajustándose a un ritmo más sostenible.

Conclusión, Estados Unidos atraviesa un momento de transición económica sensible, donde la Fed busca calibrar su política sin comprometer la estabilidad financiera. El debilitamiento industrial, el aumento de tensiones crediticias y el cierre prolongado del gobierno conforman un entorno de riesgo moderado, aunque controlado. En el corto plazo, los mercados descuentan un nuevo recorte de tasas, mientras los desequilibrios fiscales y las tensiones geopolíticas mantienen la volatilidad elevada.

Europa

La inflación en la eurozona repuntó en septiembre a 2,2 % anual, su nivel más alto desde abril, según Eurostat. La inflación subyacente, que excluye energía y alimentos frescos, subió a 2,4 %, impulsada por los servicios (+3,2 %) y los alimentos procesados (+4,7 %), mientras la energía moderó su caída a –0,4 %. Este comportamiento, aunque aún dentro del rango de control del Banco Central Europeo (BCE), mantiene la presión sobre su credibilidad en materia de precios y sugiere que la entidad mantendrá su política restrictiva al menos hasta el cierre de 2025. La contribución de los servicios explica la mayor parte del repunte inflacionario, mientras que los bienes industriales no energéticos apenas crecieron 0,8 % interanual, señal de una demanda interna cada vez más frágil.

En España, el INE revisó al alza el IPC de septiembre a 3,0 %, ocho décimas por encima del promedio de la eurozona, con una inflación subyacente de 2,4 %. La variación se debió al efecto base de los combustibles y la electricidad, que el año pasado cayeron con fuerza. Aun así, el FMI proyecta que la inflación media española para 2025 se mantendrá en 2,4 %, por encima de la meta del BCE. Por regiones, Madrid registró la tasa más alta (3,5 %) y Canarias la más baja (2,2 %). La moderación de los precios de los alimentos y el descenso de la energía sugieren que el repunte inflacionario podría haber alcanzado su punto máximo, lo que abre espacio para un giro monetario gradual hacia mediados de 2026.

En Alemania, el índice ZEW de confianza empresarial mejoró levemente en octubre, reflejando un aumento de las expectativas a 50,2 puntos, aunque con una visión aún moderada del crecimiento. La economía germana continúa marcada por una demanda externa débil, en especial en el sector automotriz, y por el impacto de los altos costos energéticos sobre la producción. El ajuste estructural hacia una industria más verde y digital avanza, pero sin revertir aún la debilidad industrial acumulada desde 2023.

En Francia, el clima político mostró una tregua temporal tras el fracaso de dos mociones de censura contra el primer ministro Sébastien Lecornu, que permanecerá en el cargo luego de acordar posponer hasta 2028 la entrada en vigor de la reforma de pensiones. El costo fiscal de esta decisión —cercano a 3.000 millones de euros— obligará al gobierno a aplicar recortes adicionales para cumplir sus metas presupuestales. Los objetivos fiscales se mantienen en un déficit de 5,4 % del PIB para 2025 y 4,7 % en 2026, en línea con las previsiones del FMI. La noticia fue bien recibida por los mercados, que valoran la estabilidad institucional en un entorno europeo de fragmentación política creciente.

En el Reino Unido, los datos confirman estancamiento económico: el PIB creció apenas 0,1 % en agosto, el desempleo subió a 4,8 % y el déficit comercial se amplió a GBP 21,2 mil millones. Estos indicadores refuerzan la expectativa de que el Banco de Inglaterra (BoE) recorte tasas en el primer trimestre de 2026, mientras el gobierno prepara un presupuesto de consolidación que combina recortes de gasto con aumentos tributarios. La economía británica enfrenta la doble presión de un consumo debilitado y un entorno financiero más restrictivo, en medio de un mercado inmobiliario que comienza a ajustar precios.

En el frente geopolítico, Europa busca redefinir su estrategia comercial frente a China. El presidente del BundesbankJoachim Nagel, instó a una postura “más ofensiva” en defensa de la industria europea, subrayando que “China necesita más a Europa que Europa a China”. Sus declaraciones coinciden con la inquietud del BCE y la Comisión Europea sobre los riesgos de dependencia en materiales críticos y cadenas de valor sensibles. A la par, Bruselas acogió con cautela el anuncio de una reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin en Budapest, impulsada por el primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien insiste en un enfoque de “paz negociada” en Ucrania. La reacción europea fue ambivalente: la Comisión expresó apoyo a toda “paz justa y duradera”, pero varios líderes interpretaron la cita como un intento de fracturar la unidad política y de seguridad de la UE frente a Rusia.

En el plano institucional, la crisis interna del Foro Económico Mundial (WEF) marcó el cierre de una era. Tras la renuncia de Klaus Schwab, el informe independiente del bufete Homburger confirmó irregularidades menores, pero evidenció una gobernanza debilitada y un liderazgo concentrado. La pérdida de influencia del foro refleja también el declive del multilateralismo que caracterizó las décadas posteriores a la Guerra Fría. Con Larry Fink (BlackRock) y André Hoffmann (Roche) al frente de una transición delicada, Davos enfrenta el reto de redefinir su relevancia en un entorno fragmentado, con nuevos polos de diálogo emergiendo en Riad, Pekín y Múnich. Como señaló el analista Thierry Mallaret, “el futuro será multipolar, y Davos corre el riesgo de quedar como un símbolo del pasado”.

Conclusión, Europa atraviesa una etapa de moderación económica y redefinición estratégica. La inflación ha dejado de caer y se estabiliza por encima del objetivo del BCE, mientras los gobiernos enfrentan tensiones fiscales crecientes y un entorno político más volátil. Alemania busca recomponer su confianza industrial, Francia gana tiempo político, y el Reino Unido encara un lento estancamiento. A nivel geopolítico, la región intenta mantener cohesión frente a la presión combinada de China, Rusia y Estados Unidos. En conjunto, Europa muestra resiliencia, pero también vulnerabilidad: una economía que resiste, aunque sin impulso claro, y una gobernanza que se debate entre la contención fiscal y la necesidad de reactivar el crecimiento.

Asia

Las exportaciones de China registraron en septiembre su mayor expansión desde marzo, con un crecimiento interanual de 8,3 %, frente al 4,4 % de agosto, superando ampliamente las previsiones del mercado. Aunque las ventas hacia Estados Unidos continuaron en descenso (–27,0 % interanual), la contracción se compensó con un fuerte aumento de los flujos hacia el Sudeste Asiático, África y la Unión Europea. En los primeros nueve meses del año, las exportaciones hacia Vietnam crecieron 22,3 %, hacia los países ASEAN 14,7 %, y hacia África 28,3 %, mientras los envíos a Latinoamérica subieron 6,9 % pese a la caída de México (–3,0 %). Este reacomodo evidencia una reorientación estructural del comercio chino, que busca reducir su dependencia de Estados Unidos y aprovechar los mercados emergentes como destinos alternativos.

Por productos, destacaron las exportaciones de tierras raras, que se dispararon 97,1 % en septiembre, reflejando la creciente demanda mundial de minerales críticos para la transición energética. Sin embargo, las nuevas restricciones impuestas por Pekín sobre estas exportaciones y las amenazas arancelarias de Washington reactivaron las tensiones entre ambas potencias. En paralelo, las importaciones chinas repuntaron 7,5 % interanual, impulsadas por el aumento de inventarios de chips, petróleo y mineral de hierro, lo que sugiere un esfuerzo del gobierno por asegurar suministros estratégicos ante un entorno global incierto.

En el plano institucional, el Ministerio de Comercio de China publicó su Informe 2025 sobre el cumplimiento de las normas de la OMC por parte de Estados Unidos, en el que acusó a Washington de “acciones unilaterales y discriminatorias” que erosionan el sistema multilateral de comercio. El documento exhorta a EE. UU. a “abandonar las medidas de incumplimiento” y respetar las reglas de la OMC, reforzando el discurso chino en favor de un orden económico multipolar e inclusivo. Este movimiento, más político que comercial, busca proyectar a China como defensora de la globalización frente a la estrategia proteccionista estadounidense, en un momento en que ambos países reanudan negociaciones bilaterales bajo un clima de desconfianza.

En Japón, el Banco de Japón (BoJ) mantuvo sin cambios su política monetaria ultraexpansiva, aunque dejó abierta la posibilidad de un alza moderada de tasas si la inflación subyacente —actualmente en torno al 2,8 %— se consolida de forma sostenible. No obstante, el mercado continúa escéptico ante un giro inmediato, especialmente en un contexto de debilidad del yen y una economía aún dependiente del estímulo fiscal. La aversión global al riesgo de los últimos días impulsó la demanda por bonos soberanos japoneses, conteniendo los rendimientos y limitando el margen de acción del banco central.

En materia geopolítica, Estados Unidos incrementó su presión diplomática sobre Tokio para que suspenda las importaciones de energía rusa, en línea con los compromisos del G7. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, instó al ministro japonés Katsunobu Kato a cesar las compras de gas natural licuado (GNL) procedente de Rusia, que representan alrededor del 9 % del total importado por Japón. La solicitud coloca a Tokio en una posición delicada, dado su interés estratégico en el proyecto Sajalín-2, clave para su seguridad energética. Aunque Kato evitó comentarios directos, reafirmó que Japón “continuará cooperando con los países del G7 para lograr una paz justa en Ucrania”, pero sin comprometer su estabilidad de suministro.

En India, el gobierno reafirmó su alineación con la estrategia energética occidental tras el anuncio del presidente Donald Trump, quien aseguró que el primer ministro Narendra Modi se comprometió a reducir gradualmente las compras de crudo ruso. Esta posición, junto con la participación activa de la India en la cumbre del G20 y su papel en la cadena global de tecnología y farmacéutica, consolida su estatus como actor equilibrante entre Occidente y Asia.

Conclusión, Asia mantiene un ritmo de crecimiento robusto, aunque en medio de un entorno geopolítico tenso y fragmentado. China refuerza su presencia en mercados emergentes para mitigar la dependencia de EE. UU., Japón navega entre la disciplina monetaria y la presión energética, y la India consolida su rol como potencia intermedia. La región sigue siendo el principal motor del comercio global, pero su desempeño dependerá del equilibrio entre apertura comercial, estabilidad financiera y prudencia geopolítica frente a las tensiones entre Washington y Pekín.

México y Brasil

En México, el foco económico de la semana estuvo en el anuncio de la próxima firma del Acuerdo Global Modernizado entre México y la Unión Europea, previsto para febrero de 2026 en la Ciudad de México. Este tratado sustituirá al actual TLCUEM y busca ampliar los capítulos de inversión, comercio digital, facilitación comercial, y homologación regulatoria, además de profundizar la cooperación política y económica. Según la Subsecretaría de Relaciones Exteriores, el nuevo marco incluirá un portafolio de inversiones bajo la iniciativa Global Gateway y un Acuerdo Interino sobre Comercio, aplicable a las competencias exclusivas de la UE.

El acuerdo contempla la eliminación inmediata de aranceles sobre el 86 % de los bienes agrícolas mexicanos exportados a Europa y la reducción progresiva del 10 % restante en un plazo de siete años. Asimismo, se reconocerán nuevas denominaciones de origen —como la vainilla de Papantla, el mango ataúlfo y el arroz de Morelos— y se fortalecerá la participación de Pymes en cadenas de suministro bilaterales. En 2024, el comercio total México–UE alcanzó 82.000 millones de euros, con 53.000 millones en exportaciones europeas y 29.000 millones en ventas mexicanas, consolidando al bloque como el tercer socio comercial de México y su segundo mercado de exportación.

En el plano monetario, el Banco de México (Banxico) mantiene una postura prudente y dependiente de datos. El subgobernador Jonathan Heath advirtió que no debe “precipitarse en bajar agresivamente la tasa de interés”, dado que las presiones inflacionarias persisten por el incremento de costos laborales y de alimentos. En septiembre, la inflación general fue de 3,76 % anual, mientras la subyacente se situó en 4,28 %, todavía por encima de la meta del 3 %. Banxico redujo recientemente su tasa de fondeo en 25 pb, a 7,50 %, acumulando un recorte total de 375 pb desde 2024, tras haber alcanzado un máximo de 11,25 %. Heath anticipó que dos reducciones adicionales —en noviembre y diciembre— podrían llevar la política monetaria a un terreno “neutral”, aunque subrayó que el proceso de convergencia hacia la meta inflacionaria será más lento de lo previsto.

En Brasil, la economía creció 0,4 % en agosto, por debajo de lo esperado, con avances moderados en industria (+0,8 %) y servicios (+0,2 %), parcialmente compensados por una contracción de 1,9 % en el sector agropecuario. Aun así, la actividad mantiene una tendencia positiva, respaldada por la inversión pública y la resiliencia del consumo. El país se encuentra además en una fase de expansión comercial estratégica, tras el relanzamiento de las negociaciones para ampliar el Acuerdo Preferencial de Comercio (PTA) entre el Mercosur e India, impulsadas por el vicepresidente Geraldo Alckmin durante su visita a Nueva Delhi.

El objetivo del nuevo marco es incrementar el comercio bilateral de USD 15.000 a 20.000 millones hacia 2026, mediante la ampliación de líneas arancelarias (de las actuales 450)rebajas más profundas (superiores al 20 %) y apertura de sectores clave como manufacturas, agroindustria, energía, salud y tecnología. Los equipos técnicos del Mercosur e India trabajan en un paquete de nuevas concesiones, orientadas a eliminar barreras no arancelarias y armonizar requisitos técnicos y sanitarios. La complementariedad estructural entre ambas economías —energía y alimentos por parte de Brasil, farmacéutica y tecnología por parte de India— refuerza la viabilidad del acuerdo, que también busca atraer inversión cruzada y estandarización regulatoria.

Conclusión, México y Brasil avanzan en estrategias comerciales y monetarias de carácter prudente pero estratégico. México refuerza su integración con Europa y consolida un marco de diversificación de exportaciones que puede mitigar la dependencia de Estados Unidos, mientras Banxico se mantiene vigilante ante un proceso inflacionario todavía frágil. Brasil, por su parte, busca capitalizar su posición regional ampliando su acceso a Asia y reconfigurando su inserción global mediante acuerdos preferenciales. Ambos países muestran un liderazgo pragmático en América Latina, orientado a preservar la estabilidad macroeconómica y potenciar la inversión externa en un contexto global de tensiones geopolíticas y transición comercial.

Colombia

El Congreso de la República aprobó el Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2026 por $546,9 billones, equivalente al 28,9 % del PIB, con una distribución de $358,1 billones para funcionamiento$100 billones para deuda pública y $88,4 billones para inversión. El monto representa un incremento del 7 % frente a 2025 y será el último presupuesto de la administración del presidente Gustavo Petro. La financiación contempla $16,3 billones provenientes de una reforma tributaria aún no tramitada, lo que deja en evidencia un hueco fiscal considerable y un riesgo de sostenibilidad que ha sido advertido por la Comisión de Regulación Fiscal (CARF).

El ministro de Hacienda, Germán Ávila, defendió el proyecto al señalar que se trata de un presupuesto “responsable y socialmente equilibrado”, destacando los incrementos en Educación ($88,2 billones)Salud ($78,1 billones) y Defensa ($65,7 billones). Sin embargo, varios analistas y sectores de oposición advirtieron que el presupuesto sigue siendo “inflado y desequilibrado”, con un crecimiento acelerado del gasto de funcionamiento que supera la capacidad de ingreso estructural del Estado. El senador Enrique Cabrales denunció que el país “ha perdido el rumbo fiscal”, pues el presupuesto creció más de $200 billones desde 2022, sin que se refleje en mayor inversión ni en ejecución eficiente: a agosto, la inversión pública ejecutada apenas superaba el 35 %.

En paralelo, la Corte Constitucional recibió la ponencia del magistrado Jorge Enrique Ibáñez que propone declarar inexequible la reforma pensional (Ley 2381 de 2024), argumentando que persisten vicios de procedimiento no subsanados. La decisión final de la Sala Plena podría implicar un revés institucional severo para el Gobierno, al afectar uno de los pilares de su agenda social y al mantener en vilo la reestructuración del sistema de pilares.

En materia regulatoria, la Unidad de Regulación Financiera (URF) anunció un proyecto de decreto para incrementar la inversión local de los fondos privados de pensiones, con el fin de canalizar una mayor proporción del ahorro nacional hacia proyectos productivos internos. El Gobierno sostiene que más de la mitad del ahorro pensional colombiano está invertido en el exterior, y busca redirigir esos recursos hacia el mercado doméstico. No obstante, el anuncio ha generado preocupación en el sector financiero.

El presidente de AsofondosAndrés Velasco, advirtió que restringir la inversión internacional podría afectar la diversificación y la rentabilidad de los portafolios, debilitando la protección de los ahorros de los trabajadores. Recordó que los fondos han generado rendimientos promedio reales del 7 % anual durante los últimos 25 años, y que la diversificación ha sido clave para preservar el valor del ahorro ante crisis internas. Por su parte, el presidente de ANIFJosé Ignacio López, sostuvo que una medida de este tipo “terminaría reduciendo las pensiones futuras y aumentando la presión fiscal”, insistiendo en que el debate debe sustentarse en evidencia técnica y no en criterios políticos.

Desde el frente monetario, el Banco de la República mantuvo su tasa de referencia en 9,25 %, pero no descarta un eventual aumento si las presiones inflacionarias se intensifican. El codirector Mauricio Villamizar afirmó que “subir tasas está sobre la mesa” ante los riesgos de un deterioro fiscal, un salario mínimo superior a las expectativas y el alza de los precios del gas natural. La inflación anual de septiembre fue 5,18 %, aún muy por encima del objetivo del 3 %, y las expectativas para 2025 se ajustaron al alza hasta 5,21 %. Villamizar advirtió que la política fiscal expansiva “limita el margen de acción del banco central” y podría forzar un endurecimiento monetario si no se corrige el déficit estructural, estimado por el mercado en cerca del 8 % del PIB.

En el sector externo, las exportaciones no minero–energéticas alcanzaron US$17.291 millones entre enero y agosto, un crecimiento del 21,3 % anual, impulsado por el dinamismo del sector agropecuario (+36,9 %) y del agroindustrial (+39,7 %). El café, con ventas por US$3.798 millones, creció 77,4 % y consolidó su liderazgo como principal producto no minero del país. También sobresalieron el aceite de palma (+77,9 %), los extractos de café (+58,7 %), los bananos (+17,4 %) y los medicamentos (+11,6 %). Por destinos, las ventas a la Unión Europea aumentaron 40,8 %, a Estados Unidos 22,2 %, y a Brasil 16 %, confirmando una tendencia de diversificación regional en la oferta exportadora.

Conclusión, Colombia cierra la semana con un panorama fiscal y monetario de creciente complejidad. El presupuesto aprobado garantiza continuidad administrativa, pero depende críticamente de una reforma tributaria aún incierta y de un entorno de gasto rígido. La eventual inexequibilidad de la reforma pensional agravaría el riesgo fiscal y prolongaría la incertidumbre sobre la sostenibilidad del sistema. En el frente monetario, el Banco de la República enfrenta la difícil tarea de equilibrar control inflacionario con estabilidad del crédito, en un contexto de presiones fiscales y gasto expansivo. A pesar de los riesgos, las exportaciones no mineras evidencian una recuperación estructural, con el agro consolidándose como motor externo y fuente de divisas. En conjunto, el país transita entre una política fiscal expansiva y un entorno monetario restrictivo, una dualidad que, de no corregirse, podría tensionar las metas de estabilidad y confianza macroeconómica hacia 2026.

Renta Variable

Los mercados accionarios internacionales consolidaron una semana positiva, impulsados por un entorno externo más estable, el avance de la temporada de resultados corporativos y un tono monetario más flexible en Estados Unidos. El S&P 500 subió 1,7 % hasta 6.664,01 puntos, el Dow Jones avanzó 1,6 % a 46.190,61, y el Nasdaq Composite ganó 2,1 % para cerrar en 22.679,97, su mejor nivel desde julio. La moderación del discurso de la Casa Blanca frente a China —tras las amenazas arancelarias del 100 %— y los resultados mejor de lo previsto de JPMorgan, Goldman Sachs y Citigroup fortalecieron la confianza inversora. A esto se sumó el tono dovish del presidente de la Fed de St. Louis, favorable a recortes de tasas, y la postergación del CPI por el cierre temporal del gobierno, factores que redujeron la incertidumbre macroeconómica y reforzaron el apetito por riesgo.

En el ámbito corporativo, destacó el repunte de Wells Fargo (+7,3 %), tras reportar utilidades sólidas y recuperar su capacidad de expansión luego del levantamiento de restricciones regulatorias. Ericsson (+12,9 %) sorprendió positivamente con mejora de márgenes y la venta de su filial Iconectiv, mientras que Nestlé (+12,2 %) anunció una amplia reestructuración orientada a negocios de mayor rentabilidad. En contraste, Hewlett Packard Enterprise (–5,9 %) decepcionó por sus proyecciones conservadoras, y Novo Nordisk (–9,1 %) y Michelin (–8,2 %) registraron caídas pronunciadas tras advertencias sobre precios y menor demanda.

En Europa, los índices cerraron la semana con un comportamiento mixto: el CAC 40 francés avanzó cerca del 4 %, favorecido por la estabilización política y resultados industriales sólidos, mientras el DAX alemán cedió 1,8 %, afectado por tomas de beneficios en el sector financiero. El Stoxx 600 y el FTSE 100 también finalizaron con pérdidas moderadas, en medio de la volatilidad asociada al repunte de tensiones entre China y Estados Unidos.

En Asia, el desempeño fue más débil. El Hang Seng retrocedió ante la desvalorización de BYD, que anunció el retiro de más de 115 mil vehículos por problemas de batería, mientras los índices chinos continentales mostraron ligeras pérdidas. En Japón, las acciones mantuvieron tono defensivo, con flujos concentrados en tecnología y consumo básico ante la apreciación temporal del yen.

En el mercado local, el MSCI Colcap cerró en 1.924,3 puntos, con una ganancia semanal del 2,9 %, impulsado por el optimismo tras la divulgación del borrador de reforma al régimen de OPA, que reactivó el interés en emisores con estructuras de holding y activos estratégicos. La rotación sectorial fue marcada: el impacto de los decretos 1072 y 1091 sobre el sector eléctrico aumentó el riesgo regulatorio y llevó a ajustes en portafolios. Nutresa (+9,2 %)Cibest (+2,4 %) y PF Davivienda (+2,0 %) lideraron las alzas, en tanto que Promigas (–1,6 %) y Grupo Bolívar (–0,5 %) registraron retrocesos. La Superintendencia Financiera informó que Cibest, Davivienda y Banco de Bogotá fueron los bancos con mayores utilidades en agosto (COP 4,3; 1,0 y 0,8 billones, respectivamente), lo que reforzó el interés por el sector financiero.

Conclusión, la renta variable global cerró la semana con un repunte técnico respaldado por fundamentos mixtos: mejora en utilidades corporativas, alivio en las tensiones geopolíticas y expectativas de política monetaria menos restrictiva. Sin embargo, la volatilidad estructural persiste, con sectores defensivos ganando protagonismo frente a la fragilidad del consumo y la incertidumbre regulatoria. En Colombia, el mercado bursátil retoma impulso apoyado en flujos selectivos hacia compañías con valor estratégico, pero el apetito por riesgo sigue condicionado por la sostenibilidad fiscal y las señales de política económica local. La tendencia de corto plazo se mantiene constructiva, aunque vulnerable a ajustes externos y a la evolución de los flujos extranjeros en los mercados emergentes.

Renta Fija

El mercado de renta fija local registró un comportamiento mixto durante la semana, reflejando la tensión entre las presiones inflacionarias internas y el mejor tono del entorno externo. La curva de TES Tasa Fija (COP) presentó desvalorizaciones en los tramos cortos, impulsadas por el dato de inflación de septiembre (5,18 % anual), que elevó las expectativas de precios y redujo la probabilidad de recortes agresivos por parte del Banco de la República. Los títulos TES nov-2025 y ago-2026 subieron 10,3 y 15,1 puntos básicos (pbs) respectivamente, mientras que los TES nov-2027 avanzaron 6,5 pbs. En contraste, los tramos medios y largos mostraron valorizaciones relevantes, con los TES mar-2031 cayendo 11,0 pbs y los TES sep-2036 10,1 pbs, en un movimiento técnico apoyado por la caída del petróleo y el rally de los bonos globales, factores que moderaron las expectativas inflacionarias locales y generaron demanda de duración.

En los TES UVR, el desempeño también fue heterogéneo. Los nodos UVR mar-2033 (+9,9 pbs) y UVR abr-2035 (+12,0 pbs) se desvalorizaron ante una mayor demanda de cobertura frente a inflación, mientras que los tramos largos —UVR jun-2049 (–11,8 pbs) y UVR feb-2062 (–17,4 pbs)— registraron valorizaciones, reflejando búsqueda de protección de largo plazo a costos más atractivos.

En el frente de flujos, los inversionistas extranjeros redujeron posiciones por cerca de COP 3,8 billones en los primeros días de octubre, principalmente en TES tasa fija, tras las compras agresivas de septiembre asociadas al Total Return Swap (TRS) en francos suizos. Pese a ello, el Ministerio de Hacienda reportó un avance del 76,8 % en la meta anual de colocaciones de TES, con COP 52,4 billones emitidos al 15 de octubre, lo que fortalece la capacidad de financiamiento del Gobierno hacia el cierre de 2025.

A nivel internacional, los bonos del Tesoro estadounidense mostraron inicialmente un descenso generalizado en sus rendimientos ante el cierre temporal del gobierno y el tono dovish de varios miembros de la Reserva Federal, factores que alentaron las expectativas de recortes en el próximo FOMC. El rendimiento del bono a 2 años bajó 4,4 pbs, el 10 años 2,3 pbs y el 30 años 1,3 pbs, antes de repuntar hacia el cierre de la semana tras los comentarios del presidente Donald Trump, que moderaron las tensiones comerciales con China y devolvieron el Treasury a 10 años al nivel de 4,0 %. La corrección se concentró en los tramos de 2 a 7 años, empinando la curva y reflejando una mayor preferencia por liquidez.

En Europa, los bonos soberanos interrumpieron su rally, con un leve aumento de las tasas a 10 años: el Bund alemán cerró en 2,58 %, el OAT francés en 3,36 % y el Gilt británico en 4,54 %. Aun así, los títulos de Francia y Reino Unido acumularon una de sus mejores semanas del año, apoyados en la reducción de riesgos políticos y en la expectativa de recortes de tasas por parte del Banco de Inglaterra, mientras los diferenciales periféricos se estrecharon tras señales de estabilidad fiscal en Italia y Francia.

Conclusión, el mercado de renta fija global retomó un tono constructivo tras semanas de alta volatilidad, beneficiándose del menor ruido geopolítico y del discurso más flexible de los bancos centrales. No obstante, el entorno local mantiene presiones inflacionarias persistentes y un riesgo fiscal creciente, que limitan el margen de reducción de tasas y anclan la parte corta de la curva. En Colombia, la búsqueda de rendimiento en los tramos medios y largos refleja mayor interés táctico por deuda de largo plazo, pero la sostenibilidad de ese rally dependerá de la credibilidad fiscal y de la evolución del déficit. En el ámbito externo, las TIRes se mantienen cerca de mínimos anuales, pero con sensibilidad elevada a los anuncios de política monetaria y a la reactivación de las tensiones comerciales entre Washington y Pekín.

Divisas

El dólar estadounidense cerró la semana con una depreciación del 0,4 %, reflejando un entorno de mayor cautela monetaria y ausencia de datos oficiales por el data blackout generado por el cierre parcial del gobierno. El índice DXY perdió impulso ante la percepción de que la Reserva Federal adoptará un enfoque más moderado en su política. El presidente Jerome Powell reiteró la necesidad de mantener un “balance prudente” en las decisiones de tasas, mientras Musalem y otros miembros del Comité dejaron abierta la posibilidad de un recorte en la reunión del 28–29 de octubre, lo que debilitó al dólar frente a la mayoría de las divisas desarrolladas.

El euro avanzó 0,3 % hasta estabilizarse en torno a EUR/USD 1,1650, impulsado por el tono cauteloso del Banco Central Europeo, que sugiere el final del ciclo de recortes y respalda la divisa ante un escenario de inflación controlada pero persistente. La libra esterlina se fortaleció 0,5 %, apoyada en declaraciones del Banco de Inglaterra que favorecen una desaceleración gradual del proceso de normalización monetaria y en un repunte de demanda por activos refugio hacia el cierre de la semana.

En contraste, el franco suizo (–0,8 %) se debilitó pese al aumento de la aversión al riesgo, afectado por la incertidumbre en la banca regional estadounidense y la moderación del flujo hacia refugios tradicionales. El yen japonés (–0,4 %) logró contener pérdidas gracias a advertencias del Banco de Japón sobre volatilidad cambiaria y la posibilidad de ajustes futuros en su política de control de rendimientos. El yuan chino (–0,3 %) se mantuvo estable ante la expectativa de que el Banco Popular de China mantenga sin cambios su tasa preferencial de préstamos, a pesar del enfriamiento en las relaciones comerciales con Washington.

Entre las divisas emergentes, el desempeño fue heterogéneo. El real brasileño (–2,0 %) cedió terreno tras declaraciones del Banco Central de Brasil que sugieren la prolongación de la tasa Selic en 15 %, limitando el atractivo del carry trade. El peso mexicano (–1,2 %) también retrocedió tras las advertencias del FMI sobre una desaceleración del crecimiento regional, lo que redujo el apetito por monedas beta. Por su parte, el peso chileno (–0,3 %) mostró resiliencia, beneficiado por la recuperación del cobre —que rozó los US$11.000 por tonelada— ante señales de escasez de oferta divulgadas durante la LME Week en Londres.

En Colombia, el peso colombiano experimentó una alta volatilidad, inicialmente presionado por la caída del petróleo y los temores sobre financiamiento fiscal, pero posteriormente fortalecido por flujos locales y expectativas regulatorias. La cotización del USD/COP cerró en torno a COP 3.834, su nivel más bajo desde abril, favorecida por la monetización de US$1.500 millones en recompras de deuda externa y por la expectativa de un decreto que aumentaría la inversión local de las AFP, lo que incentivó flujos hacia el mercado doméstico. El tono más restrictivo del Banco de la República, que no descarta nuevas alzas de tasas, reforzó la estabilidad del peso hacia el cierre semanal.

Conclusión, el mercado cambiario global transita una fase de reajuste técnico dominada por señales de acomodo monetario en Estados Unidos y una rotación parcial hacia activos de riesgo. Mientras el dólar pierde impulso ante el tono más prudente de la Fed, las principales divisas europeas consolidan leves avances y los emergentes enfrentan presiones asimétricas ligadas a los precios de materias primas y a las condiciones fiscales locales. En Colombia, el comportamiento del peso refleja una dinámica dual: sensibilidad frente al petróleo, pero soporte estructural derivado de expectativas de mayor repatriación de flujos pensionales y disciplina monetaria. El balance sugiere un COP fuerte pero vulnerable, condicionado al desenlace del presupuesto 2026 y a la evolución del riesgo país en los próximos meses.

Commodities

Los precios del petróleo extendieron su tendencia bajista durante la semana, con caídas de –2,3 % en el WTI y –2,2 % en el Brent, que cerraron en USD 57,54 y USD 61,37 por barril, respectivamente. La corrección respondió a la acumulación de inventarios en Estados Unidos —cerca de 3,5 millones de barriles adicionales según la EIA— y a una producción en máximos históricos, factores que reforzaron la percepción de sobreoferta. La presión bajista también fue alimentada por el informe mensual de la Agencia Internacional de Energía (IEA), que proyectó un exceso estructural de crudo hacia 2026, llevando al Brent a mínimos de cinco meses. En paralelo, los avances diplomáticos entre EE. UU. y Rusia sobre un eventual acuerdo en Ucrania redujeron las primas de riesgo geopolítico, mientras la OPEP mantuvo su expectativa de equilibrio entre oferta y demanda, en contraste con el escenario de superávit estimado por la IEA.

En el mercado de metales preciosos, el oro protagonizó un rally histórico al subir 5,8 % y cerrar en torno a USD 4.252 por onza, su mejor desempeño semanal desde 2008. El repunte se sustentó en la expectativa de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal, el aumento en la aversión al riesgo y las crecientes preocupaciones por la estabilidad del sistema bancario regional en Estados Unidos. La plata acompañó este movimiento, avanzando 3,5 % hasta USD 51,9, impulsada por el flujo hacia activos refugio y las señales de escasez de oferta física derivadas de menores inventarios en la Bolsa de Metales de Londres.

Entre los metales industriales, el cobre mostró un tono más estable, con una ganancia semanal de 1,5 %, cerrando en USD 4,97 por libra (USD 10.647 por tonelada). La cotización se vio apoyada por las conclusiones de la LME Week, donde se reportaron bajos cargos de tratamiento y refinación (TC/RC) y limitaciones operativas en Codelco, lo que reavivó preocupaciones sobre la oferta global. Sin embargo, la desaceleración industrial en China y la incertidumbre comercial con Estados Unidos limitaron un mayor avance. En contraste, los analistas mantienen una visión de demanda estructural sólida para el cobre, anclada en el auge de las inversiones en centros de datos, infraestructura eléctrica y transición energética.

En el mercado agrícola, el precio internacional del café en la Bolsa de Nueva York cerró en USD 397,45 centavos por libra, mientras que el precio interno de referencia en Colombia se situó en COP 2.972.000 por carga de 125 kg de pergamino seco.

Conclusión, los commodities enfrentan un ajuste de corto plazo marcado por la caída del petróleo y la revalorización del oro, en un entorno de volatilidad financiera y señales de recesión manufacturera. Mientras los metales preciosos se consolidan como refugio ante la incertidumbre monetaria y geopolítica, los energéticos operan bajo presión por la combinación de inventarios crecientes y menor demanda esperada. En el frente agrícola e industrial, la resiliencia del café y del cobre evidencia una recomposición de flujos hacia activos reales, con fundamentos de mediano plazo aún sólidos, pero dependientes de la estabilidad de China y del curso de la política monetaria estadounidense.

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Enrique Ariza

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