Y de Literatura nada

“Somos un país sin narrativa propia. Contamos lo que le pase a los demás, pero desconocemos nuestro trasegar”

Educar, según el maestro Hincapié (2024), es propugnar por el máximo desarrollo posible del individuo. Por esto, las instituciones educativas hablan de la formación integral y de ajustar sus procesos para optimizar el tiempo y desarrollar el mayor número de competencias que habitan en el estudiantado. Esto, sumado a una Ley general que nace de la discusión académica y el furor del movimiento pedagógico, dota de importancia al área de Español. Materia que tiene como fin la aprehensión del código convencional de comunicación y el conocimiento de la herencia histórica que se resguarda en la Literatura.

Sin embargo, en la actualidad, los colegios priorizan la enseñanza de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) como fin último del proceso educativa, lo que convierte la didáctica en la ilustración sobre el uso adecuado de la información y el internet de las cosas. Atrás quedaron las disertaciones sobre personajes literarios, novelas románticas y análisis estilísticos. El español, materia que contacta al sujeto con su pasado y realidad, se convirtió en una materia de relleno, llena de debilidades y la cual, sin el menor respeto, cualquiera puede asumir como propia.

No es gratuito que en Antioquia uno de cada tres estudiantes no entiende lo que leen. Antioquia, la antes considerada más educada, es en este momento la cuna de analfabetas funcionales que, pese a estar en procesos educativos, no superan los obstáculos comunicativos, no decodifican ni interpretar obras que se salgan del lenguaje coloquial. Esto con la clara complicidad de los entes administrativos y académicos, quienes con eventos comerciales disfrazan la no lectura de platillos y bombos.

A saber, la concurrencia de afirmaciones sobre la facilidad y adaptación curricular de la Literatura: “solo es leer uno o dos libritos”, “yo sé escribir muy bien”, entre otras formas de fazferir el saber, avala la antiliteratura. Las personas ya no quieren leer, quieren haber leído, lo que se afianza en la producción masiva de resúmenes, series y documentales que adaptan la dificultad del ejercicio interpretativo a la comodidad facilista de las redes sociales. Esta acción tiene su raíz en la escuela, la cual, basados en la experiencia de la pereza que inspira un libro en la juventud, prefieren usar fragmentos y competir con la fruición de tik tok y de Facebook.

Por otra parte, los licenciados en Literatura y Lengua Castellana terminan su carrera con la menor lectura posible, pues, en palabras de alguna estudiante, “leer ya no es necesario, chat GPT te entrega todo”. Horror que es común en las facultades educativas, en las que las producciones académicas van en desmejora y no dan atisbos de un repunte. Las novelas hoy se pudren en las pocas bibliotecas escolares que perviven, mientras en otras el espacio es un salón, un espacio de proyección o una ludoteca nostálgica que cambio el silencio por el ruido de los juegos infantiles.

Sí, leer puede ser monótono y aburrido, pero la falta de aburrimiento nos está condenando a la estupidez y la estulticia de quien quiere todo sin un mínimo esfuerzo. Además, la escuela no es per se un centro de diversiones es un espacio en el que la cultura entra, se discute y transforma. El huir de los libros conlleva docentes que no escriben, que no documentan y comunidades condenadas a la iniquidad de la ignorancia.

Hoy se necesita una población que ame la lectura, que conozca el canon literario y las novelas comerciales que pueden no ser apetecibles. Solo con el rescate del humanismo de lo humano, la escuela se convertirá en centros de cambio y movilidad económica, enfrentando la enorme fabrica de idiotas útiles que necesita el modelo cultural de consumo. La Literatura aún nos espera en silencio esperando el momento en el que la ficcionalidad se convierte en la búsqueda del sentido humano y en el centro de dinamización cultural.

Johan Stiven Candelo Burgos

Estudioso de la Literatura, Lengua Castellana, escritor novel y Graduado de la Universidad de la Salle y magister de la Universidad Internacional de la Rioja. Se desempeña como docente oficial de la Secretaría de Educación de Antioquia y docente de la Corporación Universitaria Americana.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.