“El miedo se combate con acción, con valentía y con unidad.”
En Colombia se respira un ambiente constante de miedo. Una sensación de zozobra que se refuerza cada día con titulares desalentadores, con discursos cargados de amenazas y con decisiones del Gobierno Nacional que lejos de generar confianza, aumentan la incertidumbre. Este miedo se ha convertido en una sombra permanente sobre la vida de millones de colombianos de cualquier estrato y/u orientación.
Esto no se trata de un fenómeno espontáneo. Es una estrategia calculada. El presidente Gustavo Petro ha convertido el miedo y la intimidación en su herramienta principal de poder. Ha elegido gobernar —o más bien mandar— a través de la coacción, debilitando la separación de poderes, cuestionando a las instituciones democráticas, estigmatizando a quienes pensamos diferente y acercándose a los peores dictadores que en nada representan el espíritu libre y democrático de Colombia. Si sienten que es macabro, es porque así lo es.
Los colombianos sabemos lo que significa vivir bajo el peso del miedo: lo hemos sentido frente a la creciente violencia, la inestabilidad económica que ha generado el gobierno Petro y la actual y constante amenaza de perder la democracia y nuestras libertades. Pero precisamente por esa experiencia debemos reconocer que el miedo no puede ser nuestro destino ni nuestra vida. Si nos dejamos atrapar por él, quedamos paralizados. Y un país paralizado es un país condenado.
Por eso, hoy más que nunca, necesitamos ver y dar un paso más allá. Mirar más allá del miedo significa recuperar la esperanza, organizarnos como sociedad y volver a creer en nuestras capacidades y fuerza colectiva. Significa entender que no podemos dejarnos reducir ante la intimidación, por el contrario, debemos ser un instrumento para construir confianza, firmeza, progreso y unidad.
El Cauca, mi tierra, ha sido escenario de dolor y también de resistencia. Aquí sabemos lo que es enfrentar la adversidad y levantarnos una y otra vez. Desde esta región podemos enviar un mensaje claro a toda Colombia: no nos vamos a dejar gobernar por el miedo. Tenemos derecho a un país donde la democracia se defiende con hechos, donde la ciudadanía recupere la confianza y donde el futuro se construya con esperanza, firmeza y unidad.
El miedo se combate con acción, con valentía y con unidad. Ese es el reto que tenemos como nación: atrevernos a mirar más allá del miedo para construir el país que queremos.
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