La vidente búlgara Baba Vanga, reconocida como la “Nostradamus de los Balcanes”, nació en Strumica, Macedonia del Norte, el 31 de enero de 1911 y falleció en Sofía, Bulgaria, el 11 de agosto de 1996. Es considerada la vidente más importante del siglo XX.
Afirmaba recibir mensajes de Dios mediante visiones sobrenaturales, revelando lo oculto y anticipando lo que ocurriría en el futuro. Fue visitada por presidentes, primeros ministros y lideres del mundo, quienes consultaban sus predicciones para orientar decisiones estratégicas y cambios geopolíticos.
La práctica de la videncia se remonta a los orígenes de la humanidad, entre mitos, religiones y prácticas místicas de diversas culturas. En la Biblia se distingue a profetas como Natán, portavoz de Dios en la tierra, e Iddo, asociado específicamente a las “visiones”. Jeremías, por ejemplo, también operaba como vidente: en Jeremías 1:11-13, Dios le pregunta qué ve, y a partir de esa visión, le revela el significado y el mensaje para el pueblo.
Que entre sus predicciones cumplidas mas impactantes estuvo la caída de la unión soviética, la muerte de la princesa Diana, , el tsunami de 2004 en el océano Índico,los atentados del 11 de septiembre, el brexi, la pandemia de COVID-19, llegando a una precisión del 85% en sus visiones.
En sus predicciones se afirma que las grandes estructuras mundiales se derrumbarán para dar paso a un nuevo orden basado en valores y liderazgos diferentes. EEUU perdería su hegemonía global a causa de divisiones internas; la zona Euro enfrentaría crisis migratorias y conflictos que pondrían en evidencia la fragilidad de sus alianzas; Rusia atravesaría profundas transformaciones internas que modificarían su papel en el escenario internacional; y China se consolidaría como una superpotencia mundial, aunque tendría que enfrentar grandes desafíos por catástrofes ambientales.
Aunque Baba Vanga no mencionó de manera explícita a Colombia, algunos intérpretes de su legado señalan que, en el tránsito de su análisis sobre la dualidad, emergía el nombre de este país suramericano. Además el padre Pío de Pietrelcina, y Edgar Cayce describen en sus videncias a Colombia como la tierra del gran despertar, los muiscas, huayus y otras etnias habían recibido el conocimiento profético y en coincidencia la misma profecía de Baba Vanga.
En el marco de las transformaciones globales entre 2020 y 2030, se hablaba de Suramérica de tierras jóvenes, que guardan las llaves antiguas para afrontar los grandes desafíos de la humanidad moderna, bañada por dos océanos y rica en biodiversidad, se proyecta como un país de descubrimientos científicos y de plantas medicinales capaces de enfrentar enfermedades incurables. El sur enseñaría al norte, señalando el papel emergente de los países del hemisferio sur en la resolución de problemas globales.
Ecosistemas estratégicos, la presencia de tres cordilleras y la Amazonía genera corrientes hidrográficas que aseguran un flujo constante de agua, mientras que los páramos, ubicados en la zona ecuatorial, garantizan lluvias permanentes.
Baba Vanga entre sus predicciones no se refirió exactamente a Colombia, pero al transitar en el análisis de dualidad y de comparación única, se fue consolidando el nombre de Colombia, que serviría de puentes entre mundos, es el único país geográfico entre océanos y continentes; lo describía como un lugar donde lo antiguo y lo nuevo se encontrarían, donde pueblos de todos los colores se unirían y la ciencia abrazaría el misterio. Veía a Colombia como un laboratorio humano donde diferentes culturas, etnias y conocimientos se convidaran para crear algo nuevo sobre descubrimientos médicos revolucionarios, sus visiones eran impresionantes , hablaba de plantas hablarían con los doctores y medicinas de la tierra que curarían males del alma, veía laboratorios donde chamanes y científicos trabajarían codo a codo y donde remedios nacerían de las selva para salvar el mundo.
La biodiversidad colombiana y sus tradiciones chamánicas ancestrales parece ser lo que ella vislumbraba, el papel de la curación espiritual de las américas era centrar en sus visiones finales. Como un corazón que bombea energía para todo el continente, un lugar donde heridas antiguas serian curadas y donde pueblos divididos volverían abrazarse, describía un proceso donde la experiencia colombiana de transformar la guerra en paz se convertiría en un modelo para otras naciones.
Baba Vanga veía tesoros verdes que serian mas valioso que el oro, semillas, montañas y aguas sagradas, que alimentarían el mundo, que cambiaran los condicionantes económicos de Colombia.
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