“Disfrutar las pequeñas victorias le ponen más sabor y folclor a la vida; le da más sentido a nuestra existencia así algunos como Vélez no les guste hacerlo porque son cascarrabias por naturaleza”.
“Van para el cielo y van llorando” es una frase que le queda perfecta a aquellos hinchas de la Selección Colombia que a pesar de que quieren ver ganar al equipo y de que participe en el próximo Mundial, como lo va a hacer gracias a sus victorias frente a Bolivia y Venezuela; siempre tienen una crítica negativa, no reconocen lo bueno, así se logren los objetivos.
Es el caso del veterano periodista deportivo Carlos Antonio Vélez, crítico profesional de la Selección Colombia. Cuando el equipo selló su clasificación frente a Bolivia menospreció al equipo boliviano dando a entender que no se le había ganado a un equipo de quilates. En esa penúltima fecha Colombia estaba de quinta y en las Eliminatorias de hace cuatro años el quinto no iba directo al Mundial sino al repechaje, pero como este año se ampliaron los cupos de Sudamérica donde directamente van 6 países para así pasar a un Mundial de 32 equipos a uno de 48; Vélez dijo que íbamos al Mundial gracias al presidente de la FIFA por haber ampliado los cupos y no por méritos propios.
En la última fecha de clasificatorias al Mundial 2026 que fue el pasado martes, Colombia ganó 6 – 3 frente a Venezuela dejando al vecino país sin posibilidades de ir al evento más importante del fútbol y al que nunca ha ido, mientras que nuestro país, con esa goleada, ascendió al 3er puesto de la tabla de clasificación por detrás de Argentina y Ecuador. Si fuera el formato de clasificación de hace cuatro años donde iban 4 equipos directos al Mundial, Colombia también hubiera logrado el objetivo. Pero nuevamente Vélez apelando a su crítica profesional -que para eso le pagan-, dijo que el tercer lugar no tenía mérito porque Argentina, Brasil y Uruguay habían jugado su último partido clasificatorio con suplentes. Con cara o con sello, Vélez siempre es negativo con el combinado nacional y argumenta que ese es su papel, que el folclor se lo deja a otros.
Pero si somos objetivos, por números y resultados, el equipo actual de Colombia es uno de los mejores de la historia. El proceso que ha liderado Néstor Lorenzo ha hecho que nuestro país en materia futbolística le juegue de tú a tú a potencias: fuimos finalistas de la Copa América contra el actual campeón mundial que es Argentina, en las eliminatorias al Mundial le ganamos a Argentina y a Brasil, rivales a los que siempre nos costaba ganarles.
En lo individual, James Rodríguez fue reconocido como el jugador más importante de las eliminatorias -entre todos los países que compitieron- y fue el mayor asistidor de la competencia demostrando su nivel de influencia, pero nada de eso reconoce Carlos Antonio Vélez que desde hace tiempo pide dejar de convocar al “10” colombiano. Eso sí sería un error.
El objetivo central de Colombia era clasificar al Mundial 2026 y lo logró. Luego, como país nunca hemos sido campeones del mundo ni tampoco somos una potencia mundial futbolística -como lo hace ver Vélez con sus críticas interminables-, eso tampoco exime que haya críticas constructivas que permitan ver márgenes de mejora que contribuyan a ese sueño de alguna vez ser campeones del mundo, pero tampoco podemos irnos al otro extremo de no celebrar las victorias y logros que nos encaminan a ese sueño. Menos aún, renegar de las victorias y de las goleadas que hace el equipo.
Disfrutar las pequeñas victorias le ponen más sabor y folclor a la vida; le da más sentido a nuestra existencia así algunos como Vélez no les guste hacerlo porque son cascarrabias por naturaleza.
Lo importante es que Colombia está en el Mundial y tiene jugadores de calidad para competir y hacer un buen papel. Tienen mentalidad: ya hablan de querer ser campeones del mundo.
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