Análisis del cierre en la troncal del café. Sinifaná: seis años de promesas y el suroeste cada día más lejos de Medellín

Desde mayo de 2019, el Suroeste antioqueño viene escuchando el mismo libreto: “estamos trabajando en la Troncal del Café”. Sin embargo, lo único que avanza con puntualidad son las restricciones, los cierres y el aislamiento de toda una región. Ahora nos dicen que el cierre en Sinifaná podría durar ocho meses más. ¿Y la solución definitiva? Bien, gracias.

Lo que ocurre con esta vía no es un accidente ni una fatalidad de la naturaleza: es el resultado directo de falta de voluntad política, desidia institucional y promesas incumplidas. La ANI y el Gobierno Nacional han tenido años para planear y ejecutar una obra seria que garantice la conexión estable entre Pacífico 1, 2 y 3, pero han preferido el parche antes que la cirugía.

El resultado:

  • 30% menos de pasajeros en tres meses para el transporte intermunicipal.
  • Tiempos de viaje que se duplican por rutas alternas.
  • Costos operativos que asfixian a los transportadores.
  • Un golpe mortal al turismo, al comercio y a la competitividad del Suroeste.

Un cuello de botella sin voluntad política

  • El bitúnel que piden los transportadores es la solución técnica definitiva, pero su costo alto y la falta de voluntad de la ANI y del Gobierno Nacional han convertido esta necesidad en una promesa repetida pero nunca ejecutada.
  • La falta de 3.2 km de doble calzada y la adecuación de los intercambiadores de Sinifaná y Primavera son obras mínimas pero claves para articular Pacífico 1 con Pacífico 2 y 3. Sin esto, la gran inversión en las autopistas 4G queda incompleta e incoherente.

Cada día que pasa sin esa solución definitiva es un día más en el que el Suroeste queda más lejos de Medellín, no solo en kilómetros, sino en oportunidades, empleo e inversión. Y si este es el trato que recibe una región que aporta tanto a Antioquia, ¿qué nos espera a los demás?

Lo que está en juego

  • La integración logística entre Medellín, el suroccidente colombiano, el Chocó y el Suroeste antioqueño.
  • El potencial turístico de municipios como Jardín, Jericó, Támesis y Andes, que depende en gran parte de visitantes de la capital.
  • La confianza de los inversionistas que ven en la conectividad vial un factor clave.

Es hora de que los ciudadanos, empresarios, transportadores y líderes locales levantemos la voz. El Suroeste no es un territorio de segunda categoría y su gente no merece vivir en la incertidumbre vial permanente.

La ANI y el Gobierno Nacional tienen que dejar de administrar la crisis y empezar a construir la solución.

Y esa solución tiene nombre: bitúnel de Sinifaná, ya.

Luis Carlos Gaviria Echavarría

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