“Horas después del funeral de Miguel Uribe Turbay, el congresista huilense del Partido Cambio Radical, Julio César Triana, sufrió un atentado”.
El asesinato de Miguel Uribe Turbay refleja el deterioro de la seguridad que vive el país y sobre todo el peligro que corren quienes piensan diferente. Hechos que creímos haber superado. Jaime Garzón fue asesinado hace 26 años porque incomodaba con sus opiniones a ciertos sectores. Antes de él, el país sufrió los asesinatos de políticos como Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo; también el de los magistrados del Palacio de Justicia y antes de estos el de Rodrigo Lara y a mediados del siglo XX el de Jorge Eliécer Gaitán.
Si Dios premió a Colombia con su riqueza natural y belleza paisajística, quienes los habitamos parecemos estar condenados a vivir en medio de la violencia porque no hemos podido ponernos de acuerdo en lo fundamental: convivir en medio de las diferencias. No se debería matar a nadie por pensar diferente. Las diferencias y los problemas se deben resolver con diálogo, argumentos, ideas.
El Estado es quien debe garantizar la seguridad de todos los colombianos, reto complejo por las diversas estructuras criminales que actúan al margen de la ley y que no tienen causas políticas sino la defensa de un negocio como el narcotráfico. El gobierno nacional, seguramente de buena fe y en el marco de su política de Paz Total, decidió abrir negociaciones con estos actores ilegales pero que no han dado frutos sino por el contrario, estos se marchitaron sin siquiera germinar porque los grupos criminales se han fortalecido y se están tomando territorios que el Estado ya había controlado.
Horas después del funeral de Miguel Uribe Turbay, el congresista huilense del Partido Cambio Radical, Julio César Triana, sufrió un atentado: le dispararon a su vehículo en medio de la vía que conduce de La Plata a Paicol en el departamento de Huila (ver video). El congresista salió ileso junto con su equipo de trabajo. Triana, en entrevista con Blu Radio un día después del atentado (14 de agosto), mencionó que es el único congresista del Huila que es opositor al gobierno nacional.
No quería decir que el gobierno lo mandó a asesinar, como tampoco se puede decir en el caso de Miguel Uribe; pero sí es válida la hipótesis de que los grupos al margen de la ley que han tenido concesiones en este gobierno quieran eliminar a los políticos que son opositores y tengan una política de seguridad diferente a la del actual gobierno, como la de no negociar con grupos delincuenciales sino combatirlos al ver que en el fondo no hay voluntad de paz y menos ideales políticos. Sienten que si hay un cambio con esa política de seguridad perderían la ventaja que han ganado.
El fracaso de la Paz Total es evidente, municipios que se demoraban días, meses o incluso años para reportar muertes violentas hoy lo hacen con mayor frecuencia. Habitantes de cascos urbanos les da miedo ir a veredas, habitantes de las veredas les da miedo regresar a sus casas de noche. Una política de seguridad debe garantizar la integridad de todos los ciudadanos que actúan bajo el marco de la ley, incluso así sean opositores del gobierno de turno y combatir con vehemencia a quienes actúan por fuera de la ley y que no tienen intereses de actuar bajo este marco.
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