“La capacidad que tenemos para mentir está relacionada con nuestra condición natural de vivir permanentemente insatisfechos”.
“La mentira es el único privilegio del hombre sobre todos los demás animales” dice Fiodr Dostoievsky en Crimen y Castigo y no le falta razón. Esta semana se volvió viral un video que representa fielmente la frase del escritor ruso. Un par de directivos -el CEO y la CPO- de la empresa Astronomer fueron “ponchados” durante el concierto de Coldplay en Boston teniendo una aparente relación de infidelidad (ver video). No esperaban que mientras disfrutaban del concierto, una cámara los filmara y los mostrara abrazados en la pantalla gigante del evento evidenciando su romance ante todo el público.
El engaño era evidente. Cuando la cámara los mostró, de inmediato aparecieron en sus rostros expresiones de angustia y de “no saber dónde esconderse”. Hay varios casos similares que se han presentado en eventos similares como los partidos de fútbol.
La capacidad que tenemos para mentir está relacionada con nuestra condición natural de vivir permanentemente insatisfechos. ¿Cómo luchar contra esas insatisfacciones que nos hacen caer en mentiras?
Creo que lo primero es reconocer las situaciones que nos hacen sentir insatisfechos e identificar si podemos encontrar formas de vencerlas y sentirnos plenos y satisfechos sin que esa plenitud dependa exclusivamente de factores externos o materiales. En la película Kung Fu Panda que recopila enseñanzas de la cultura ancestral china hay una frase que recoge este aspecto: “Cuando vas a entender que entre más quieres menos tienes” y que nos enseña que cuando entramos en una onda de desear todo el tiempo lo que creemos que nos hace falta para satisfacer nuestros deseos, alimentar el ego o las ansias de poder, estamos al mismo tiempo más vacíos y atrapados por vicios que doblegan nuestra voluntad.
En la práctica no es una tarea fácil, incluso es utópica partiendo de la base de que somos imperfectos y propensos a los errores; pero hay dos elecciones, tratar de vivir en coherencia con las promesas, elecciones de vida y valores que elegimos incorporar en nuestras vidas; o vivir engañados y engañando a los que nos rodean, predicando, pero no haciendo. Einstein decía que “el ejemplo no es la mejor manera de educar, es la única”, porque cuando una persona actúa en coherencia no necesita decir mucho.
En las relaciones de pareja, la rutina y años de convivencia pueden hacer que haya insatisfacciones o que la relación ya no sea sana y en esos casos puede ser más conveniente la separación, pero ¿Por qué esperar a que nos descubran en el engaño para decirle a la persona engañada que ya no nos sentimos satisfechos? Si hay convicción de parte y parte de que la prioridad es la pareja y la familia, siempre podremos encontrar ese polo a tierra, esa fuerza de voluntad que nos evite caer en tentaciones. Al final todo se resume en el estilo de vida y las elecciones que día a día tomamos y que deambulan todo el tiempo entre lo bueno y lo malo.
La capacidad de mentir demuestra también esa complejidad humana en la que estamos inmersos, donde nos debatimos todo el tiempo en contradicciones internas que involucran la razón, la ética, la moral y los bajos instintos, pero que, en todo caso, somos nosotros lo que tenemos la última palabra sobre las decisiones que tomamos.
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