La imprudencia en las vías, el dolor de cabeza de la salud pública

Sus amigos le sirven un trago tras otro y él brinda por ellos, por cada uno de ellos, mientras la noche acaba y da paso al alba

 Querido lector, no quiero aburrirlos con un análisis trillado sobre las consecuencias de la irresponsabilidad y la imprudencia en las vías, su impacto en la salud pública y en los indicadores de mortalidad. Es un tema muy conocido. Solo les dejo un relato de 357 palabras sobre el tema. Cada quien es libre de sacar sus conclusiones y encontrarle significado.

No hay vuelta atrás

Luis conduce su moto a toda prisa, no es que tenga entrenamiento, pero cree que su virtuosismo es propio de un campeón. Aunque el tráfico fluye, le parece que no es suficiente y hace una maniobra arriesgada para sobrepasar al lento que tiene delante. La moto acelera a tope. No entiende de aerodinámica y, además, no le importan esos temas, pero sabe que si se inclina hacia adelante ganará un poco más de velocidad. Lo hace y logra sobrepasar, pasa a milímetros entre el camión que lleva bultos de café y el vehículo que viene por el otro carril. Es todo un bólido.

El camión había sido cargado la tarde anterior. Juan sabe que, si sale temprano, no hay policías vigilando la vía. Se toma unos tragos de más; no puede decir que no, especialmente en las fiestas de San Pedro, pero también sabe que debe cumplir con el trabajo, tiene familia y una vacuna que pagar. Le parece injusto, pero así es la vida. Sus amigos le sirven un trago tras otro y él brinda por ellos, por cada uno de ellos, mientras la noche acaba y da paso al alba.

María viene de la plaza con las vituallas para hacer el sancocho. Aprovecha las fiestas para hacer unos pesos de más. Ya la gente no quiere contratar señoras para los oficios domésticos y, mucho menos, para lo que ella hace. Ha sacado adelante a sus dos hijos planchando ropas ajenas. No se siente mal por eso, le gusta, pero los fines de semana se rebusca vendiendo sancocho a la orilla del camino. Va en la moto cargada con tres gallinas pensionadas, papas, plátanos, cebollas, todo lo necesario. Es mucho más de lo que pueden llevar, pero entre ella y su hija le hacen acomodo a todo. Su hija, la que quiere ser ingeniera.

En un instante, antes de salir del carril invadido, Luis ve al camionero. Se asombra.

Un ruido sorprende a Juan. Intenta corregir el curso del camión.

Las gallinas pensionadas vuelan, las papas y los plátanos también. Todo es un desastre.

El tráfico se detiene. No hay vuelta atrás.

P.D. No dude en escribirme sus comentarios a mi cuenta de X @sanderslois 

Sanders Lozano Solano

Médico y Cirujano de la Universidad Surcolombiana y Abogado de la Universidad Militar Nueva Granada, es Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y Magíster en Educación. Experto en responsabilidad médica, se ha dedicado en los últimos años a su verdadera pasión: la academia y la escritura.

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