En una reveladora entrevista reciente con el comunicador mexicano Melo Montoya, Juan Pablo Escobar, hijo del narcotraficante Pablo Escobar, volvió a encender la polémica al reiterar una acusación que ha lanzado desde hace años: su tía, Alba Marina Escobar, habría tomado parte del dinero que su padre dejó oculto antes de su muerte.
Juan Pablo, quien actualmente se presenta bajo el nombre legal de Sebastián Marroquín, señaló sin rodeos que, tras confiarle la ubicación de dos escondites con efectivo en la conocida “Casa Azul”, su tía desapareció de sus vidas. “Le confié la ubicación, le escribí una carta autorizándola… y ese fue el último día que la vi”, afirmó. Según él, en esa caleta había nueve millones de dólares, y Alba Marina nunca regresó con el dinero.
Esta no es la primera vez que Juan Pablo hace esta denuncia. En su artículo publicado en The History Reader, titulado Alba Marina Escobar: ¿A dónde fue el dinero de Pablo Escobar?, narra en detalle cómo su tía, a quien describe como “dura pero confiable”, se ofreció a buscar los fondos tras la muerte del capo. Sin embargo, regresó afirmando que “no había nada”, versión que hasta hoy Juan Pablo considera poco creíble.
El hijo del narcotraficante en su articulo también apunta a otros miembros de su familia, como su tío Roberto Escobar, a quien acusa de haber pactado con la DEA y haber difamado a su propio hermano con afirmaciones falsas en un libro, entre ellas, la supuesta donación de un millón de dólares a la campaña presidencial de Alberto Fujimori.
¿A dónde fue el dinero?
Hasta hoy, el paradero de la fortuna de Pablo Escobar sigue envuelto en misterio, rumores y teorías de conspiración. Aunque muchos creen que dejó escondido dinero por todo Colombia, su hijo desmiente la narrativa glamorosa construida alrededor de esa historia.
“Mi papá no era de enterrar dinero; era de gastarlo”, declaró. Asegura que la mayoría del dinero del capo se esfumó en la guerra contra el Estado colombiano, en sobornos, protección, armas y gastos para sostener una red criminal que generaba decenas de millones de dólares por semana. “Ganaba entre 50 y 80 millones de dólares solo los fines de semana en Miami”, dijo. “Pero todo eso se gastaba igual de rápido”.
Y aunque la leyenda urbana ha convertido a Escobar en una especie de mito intocable, su hijo trabaja activamente para desmantelar esa imagen romántica, sobre todo la que se ha potenciado por series y películas.
“Netflix le vendió al mundo un narco de tatuaje, pero yo cuento mi historia para que a ningún joven le queden ganas de convertirse en Pablo Escobar”, dijo contundente, criticando cómo se ha mitificado al capo en plataformas de streaming, donde muchas veces se omite el dolor y la tragedia que dejó tras de sí.
Durante la entrevista con Montoya, Sebastián Marroquín enfatizó que muchas de las leyendas en torno a la fortuna de su padre, como que aun existen caletas — son exageraciones o directamente falsas. “Mi papá no era de esconder dinero, era de gastarlo”, sentenció. Aun así, admitió que gran parte de la fortuna del capo fue consumida por la guerra contra el Estado colombiano y que, cuando él y su familia fueron amenazados tras la muerte de Escobar, entregaron todo lo que tenían para sobrevivir.
Uno de los mitos que más se repiten es de que Pablo Escobar quemó millones de dólares para calentar a su hija cuando tenía frío. Sebastián lo desmiente rotundamente: “Eso no es cierto. Esa historia vende, pero no pasó. Ni siquiera fue mi padre quien la contó”. Además sobre la historia que circula de que su padre tenia tanto dinero que las ratas se lo comían, estableció que él, las verdaderas “ratas” no eran los roedores que se comían billetes, como afirman los cuentos populares, sino “los políticos corruptos” que también se beneficiaron del narcotráfico y la violencia.
Así luce en ta actualidad Juan Pablo Escobar
Hoy, Marroquín busca construir una vida lejos del legado criminal de su padre. Arquitecto y conferencista, insiste en que contar su historia no es una forma de glorificar el pasado, sino una advertencia: “Yo no soy un ejemplo por ser hijo de Pablo Escobar. Lo que intento es que los jóvenes no lo quieran ser”.
De los las historias que son verdad, conto que si lo llevaban en helicóptero al colegio, desde la hacienda Nápoles, también narra que su posición como hijo del capo le dejo una amarga soledad ya que lo padres de los otros niños les prohibían juntarse con el, sin embargo estos mismos padres terminaban haciendo negocios con su padre.
Viví una vida de fantasía, pensé que esa riqueza me duraría toda la vida porque mi papá era el hombre más rico del mundo, pero en realidad era el más pobre del mundo porque solo estaba lleno de dinero: No tenia libertad, no tenia tranquilidad, no tenia paz.
La entrevista completa en:
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