En Colombia, la baja inversión en tecnologías de punta ha limitado el acceso a la exploración de innovaciones emergentes, generando una serie de desventajas estructurales. Una de las más críticas es la vulnerabilidad en el manejo de la información, especialmente en los procesos de contratación pública. Estos procedimientos, a menudo desarticulados, propician reprocesos, demoras y una elevada opacidad que puede dar paso a la corrupción.
Los países que apuestan por la investigación y el desarrollo tecnológico suelen liderar la transformación digital y consolidar modelos de gobernanza más eficientes y transparentes. Si Colombia logra integrar de manera efectiva tecnologías disruptivas como la blockchain en sus procesos institucionales, los beneficios serían notables: reducción de costos operativos, mayor trazabilidad, disminución del impacto ambiental y simplificación de trámites para los ciudadanos. Según datos del Banco Mundial, algunos países destacan por su alta inversión en I+D en relación con su PIB:
- Israel: Aproximadamente 5% del PIB.
- Corea del Sur: Alrededor del 4.5% del PIB.
- Suiza: Cerca del 3.4% del PIB.
- Suecia: Alrededor del 3.3% del PIB.
- Japón: Aproximadamente 3.2% del PIB.
En contraste, Colombia invierte cerca del 0.3% del PIB en I+D, lo que refleja una brecha significativa respecto a las economías líderes en innovación.
La tecnología blockchain tiene el potencial de transformar profundamente los modelos tradicionales de gestión pública, especialmente a través de los denominados contratos inteligentes. Estos permiten automatizar acuerdos bajo condiciones preestablecidas e inalterables, eliminando intermediarios y reforzando la seguridad jurídica.
En conclusión, es fundamental que el gobierno apueste por una inversión significativa en investigación y desarrollo tecnológico, lo cual permitirá descubrir y adoptar soluciones innovadoras que beneficien directamente a la ciudadanía. Tecnologías como la blockchain pueden contribuir a detectar anomalías en los procesos de contratación pública, como sobrecostos injustificados, y a optimizar la gestión administrativa, reduciendo la dependencia de estructuras burocráticas innecesarias.
Que buen análisis📊