Qué pienso cuando pienso en pepe mujica, en 357 palabras.

“un líder que determinó el norte ético, moral y político para la izquierda de Latinoamérica y del mundo.”

La hora de la muerte siempre es tiempo para reconocimientos. Ha muerto Pepe Mujica y, con él, un modelo de liderazgo desde el ejemplo, un líder que determinó el norte ético, moral y político para la izquierda de Latinoamérica y del mundo. Un político alejado de la vanidad del poder y cercano a la esperanza de un cambio de fondo y verdadero, sin pretensiones y sin el falso espejismo de la demagogia que tanto abunda en los líderes de hoy en día. Su guía probablemente fue el convencimiento de que el bien común está por encima de los propios, de que el academicismo progresista —lo que la derecha llama doctrina—, en el fondo, solo sirve para conmover los oídos de unos pocos sedientos de teorías, pero que, a la hora de aterrizar las ideas, es decir, de concretar, de materializar tantas y tantas propuestas y promesas, se quedan cortos por la falta de sentido común y de sensatez en su ejecución, generando la sensación de que el progresismo es una quimera multiforme y polivalente, más parecido a un sueño inviable —estoy seguro de que algunos fachos radicales lo consideran, más bien, una pesadilla probable.

Un dirigente que no desperdiciaba la oportunidad para enseñar desde su experiencia de vida, en la cárcel y fuera de ella, donde aprendió el valor de la libertad y de que trabajar para mantener el estilo de vida de consumo no es más que una forma miserable de perder la libertad, porque lo que se gasta, en realidad, es tiempo de vida. No compras con plata —decía él en entrevistas—, sino con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero no se confunda, querido lector, no era una apología a la pobreza o la holgazanería —como muchos decían para criticarlo—, sino, más bien, un ejemplo de sobriedad y de que la riqueza tal vez no se mide en lo que podemos comprar, sino en lo que tenemos para dar.

Un adiós con profundo pesar para el único líder que merece ser llamado el Nelson Mandela de América Latina.

P.D. No dude en escribirme sus comentarios a mi cuenta de X @sanderslois

Sanders Lozano Solano

Médico y Cirujano de la Universidad Surcolombiana y Abogado de la Universidad Militar Nueva Granada, es Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y Magíster en Educación. Experto en responsabilidad médica, se ha dedicado en los últimos años a su verdadera pasión: la academia y la escritura.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.