“EAFIT transformó mi realidad y hoy me inspira a devolverle todo lo que ha hecho por mí, sirviendo a los demás y aportando a la transformación de sus vidas. Hoy celebro con orgullo ser parte de una comunidad que crea valor desde las preguntas correctas y transforma el país con liderazgo auténtico.”
Una de las cosas que más me apasiona compartir es mi amor por EAFIT, una universidad que no solo me ha cautivado por su hermoso campus, su calidad académica y las experiencias que ofrece, sino porque ha sido un pilar fundamental en mi formación, tanto profesional como personal. EAFIT me ha enseñado el valor profundo que tienen las universidades en la sociedad y, sobre todo, me ha mostrado que vivir con propósito —inspirando, creando y transformando— puede cambiar, aunque sea un poco, la realidad que nos rodea.
EAFIT es especial por muchas razones, una de las principales es porque, me abrió las puertas a la educación superior y me permitió descubrir habilidades que jamás imaginé tener. Me ha regalado mentores invaluables, amigos del alma y personas que, día a día, impactan de alguna forma en mi crecimiento. Sin duda, EAFIT transformó mi realidad y hoy me inspira a devolverle todo lo que ha hecho por mí, sirviendo a los demás y aportando a la transformación de sus vidas.
Y es que EAFIT ha sido, durante sus 65 años de historia, el corazón de Antioquia como lo decía Juan Felipe Gaviria su exrector. Su propósito fundacional sigue intacto: contribuir al desarrollo económico, tecnológico y social del país. A lo largo de su historia, ha sido fundamental para transformar a Medellín, Antioquia y me atrevo a decir, a Colombia y Latinoamérica, formando todo tipo de generaciones de empresarios, creando conocimiento aplicado en ecosistemas públicos, sociales y privados, promoviendo la innovación y consolidando alianzas entre el sector público, el privado, la academia y el emprendimiento.
Algo que me conmueve profundamente es cómo EAFIT ha fortalecido, con los años, su conexión con la realidad del país. A través de sus laboratorios, grupos de investigación, grupos estudiantiles, semilleros y centros de estudio e incidencia, ha respondido a desafíos globales y locales como el cambio climático, la regeneración, la movilidad sostenible y las energías limpias, solo por mencionar solo algunos. Además, ha contribuido a resolver una de las problemáticas más sensibles de Colombia: el acceso a la educación superior. Gracias a alianzas con diferentes empresas antioqueñas y a la creación de un sistema financiero propio y sólido como Becas Talento, EAFIT ha logrado ofrecer becas directas a estudiantes de todos los territorios del país, permitiendo que más jóvenes puedan transformar sus vidas a través del aprendizaje experiencial.
EAFIT sin duda representa una combinación poderosa de excelencia académica con pertinencia social, que se ha apropiado de su entorno, generando oportunidades para jóvenes cómo yo a través de becas que desean transformar el país, y formando profesionales que no solo poseen conocimientos técnicos, sino también valores éticos, conciencia sostenible y compromiso social. Ver a sus egresados generando empleo, promoviendo exportaciones y apostando por la innovación, es una prueba clara de que la educación es el mayor motor de movilidad social.
Hoy celebro con orgullo ser parte de esta comunidad que se atreve a hacer preguntas poderosas, que crea valor para la sociedad y siempre incentiva el liderazgo posibilista y auténtico y que nunca deja de soñar con un país mejor. ¡Por muchos más años celebrando a esta institución que inspira, crea y transforma!
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