“La tecnología puede transformar vidas, pero solo si se usa de manera inclusiva y responsable”
¡Claro! La digitalización de la educación en Colombia busca transformar los procesos de aprendizaje desde la calidad, la equidad y el acceso. Con el avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), se han abierto nuevas oportunidades para estudiantes y docentes, aunque también han surgido retos significativos. La pandemia de COVID-19 aceleró esta transición, evidenciando sus beneficios y carencias, especialmente en términos de cobertura, capacitación docente y brechas sociales.
Uno de los principales desafíos de la digitalización en Colombia es la desigualdad en la cobertura. A pesar de las iniciativas del gobierno y el sector privado, todavía existen zonas en las que, por un lado, el acceso a información digital es escaso; y por el otro, la conexión es deficiente o inexistente.
Un esfuerzo al respecto lo han impulsado espacios de formación como bibliotecas, museos y centros culturales, que más allá de su contenido específico, se han convertido en nodos de conocimiento remoto que permiten que la información circule y se adapte a distintos contextos. Un ejemplo claro es la Red de Bibliotecas Públicas de Medellín, un ecosistema donde lo digital y lo comunitario dialogan para llevar el saber a zonas con difícil acceso de conexión. Allí no solo se accede a libros o archivos, sino también a talleres virtuales-presenciales, plataformas de lectura digital y espacios de creación colaborativa.
De igual manera, las políticas públicas han jugado un papel fundamental en este proceso. El Plan Nacional de TIC ha promovido iniciativas para mejorar la conectividad y la capacitación en tecnologías educativas. Proyectos como “Internet para la Paz”, busca conectar a 300,000 estudiantes en zonas de conflicto armado mediante internet satelital, demostrando el compromiso del gobierno con la inclusión digital. No obstante, estos esfuerzos deben ser constantes y con continuidad en el tiempo para cerrar las brechas existentes.
La capacitación docente también es un aspecto crucial. No basta con proporcionar tecnología si los educadores no cuentan con las habilidades necesarias para integrarla en sus metodologías de trabajo. Recordamos como en la pandemia https://alponiente.com/educacion-en-tiempos-de-pandemia-resiliencia-innovacion-y-transformacion/ muchos de ellos se vieron obligados a adaptarse rápidamente al uso de plataformas digitales sin una formación adecuada.
En este contexto, se propone que la capacitación docente se oriente con la enseñanza desde la producción y no solamente desde el consumo. Crear desde las aulas blogs, videos educativos, podcasts o proyectos interactivos, entre otros, posibilitará que los estudiantes construyan su propio aprendizaje. Estos contenidos, a su vez, pueden convertirse en herramientas para otros, generando una red colaborativa. Es aquí donde el enfoque se enriquece, ya que utilizaríamos la tecnología para recibir, compartir, crear e innovar. Tal como se plantea en el informe “Educación y tecnología: herramienta para el cambio” de la UNESCO (2023), es vital que las escuelas se transformen en centros productores de contenido digital para promover una ciudadanía crítica y activa.
Lo anterior demuestra que, a pesar de estos desafíos, la digitalización también trae consigo oportunidades. Plataformas de aprendizaje en línea, simulaciones interactivas y el uso de la inteligencia artificial personaliza la experiencia educativa y adapta las necesidades a cada contexto. Además, el modelo de formación híbrida, que combina la presencialidad con la virtualidad, se perfila como una solución viable y sostenible en el tiempo. Es así como, para que este modelo sea exitoso, se hace preciso garantizar que todos los estudiantes cuenten con las herramientas necesarias para acceder a la educación digital.
Además, no olvidemos el tesoro que tenemos en nuestras manos y es el componente generacional. Los niños y adolescentes, llamadas nativos digitales, hoy en día tienen una relación natural con la tecnología: navegan con destreza, interactúan con múltiples plataformas y aprenden con rapidez. Es por ello que, el gobierno, el sector privado, el sector educativo y la sociedad civil deben asumir un compromiso con ellos y para ellos. La inversión en cobertura, la distribución equitativa de dispositivos, la capacitación docente y la creación de contenidos digitales accesibles son aspectos esenciales para garantizar una educación de calidad para todos. La digitalización no debe ser un privilegio de unos pocos, sino una herramienta para la inclusión y la equidad educativa.
El camino a una educación digital igualitaria y de calidad es desafiante, pero no imposible. La clave está en la acción conjunta, en la innovación constante y en la voluntad política de hacer de la educación un derecho verdaderamente accesible para todos. La tecnología puede transformar vidas, pero solo si se usa de manera inclusiva y responsable. La decisión está en nuestras manos: o permitimos que la brecha digital siga creciendo o trabajamos para que la digitalización sea el puente que conecte a todos los colombianos con un futuro mejor.
Comentar