Colombia: 30 años “De la República a la dictadura” de Carlos Lleras Restrepo

De la República a la Dictadura es un título más que sugerente, es el distanciamiento que el autor se exige para observar la cercanía de su experiencia.


En 1995 se publicó De la república a la dictadura de Carlos Lleras Restrepo (1908–1994) como un testimonio póstumo donde el expresidente, aun desde la parcialidad de sus convicciones políticas, propone, entre otras cosas, pensar la transición que hace Colombia desde un sistema frágil, pero democrático, hacia el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla. Lleras, presidente liberal entre 1966 y 1970, también fue una figura intelectual que reflexionó sobre la persecución política, la censura y las estrategias de poder tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán (1948). Para ello, rescata fuentes primarias como discursos, actas o decretos que le ayudan a balancear la historia oficial expuesta por el gobierno conservador.

Entre las afirmaciones de este balance se pueden citar las masacres previas en Nariño, Boyacá y Caldas como el inicio de la violencia que condujo al Bogotazo el 9 de abril de 1948. En este sentido, Carlos Lleras Restrepo argumenta que la violencia fue instrumentalizada para desprestigiar y anular políticamente a los liberales, principalmente, a través del terror rural. En este contexto de violencia nacional su talento político queda a disposición de la integración social y el orden jurídico:

El comité nacional pro paz, reunido hoy para estudiar el curso de los acontecimientos políticos y sociales que a dicha paz pública corresponde, profundamente conturbado por la casi irremisible situación de locura colectiva que amenaza destruir el país y arruinar sus fundamentales instituciones ha estudiado el mensaje de avenimiento político y de cordura mental que el doctor Darío Echandía acaba de dirigir a toda la nación y hallado en él un recurso supremo de alivio.

En medio de esta incertidumbre producto del caos, algunas especulaciones llaman su atención y no salen ilesas de su capacidad de discernimiento:

Si todo esto ha sido una guerra civil, como lo afirma el periódico del señor Gómez, conviene preguntarse qué clase de guerra es esa en que se asesina a los no beligerantes, se atropella a gentes inermes, se convierte en objetivo el incendio de humildes caseríos y se fusila a los prisioneros sin fórmula de juicio. No cabe el nombre de guerra a esa hazaña de aventureros, como a nadie se le ocurrió declarar que hubo una guerra entre el gobierno hitleriano y los judíos sacrificados en los ghetos. 

Esta vocación dialéctica de Carlos Lleras Restrepo incluye el reconocimiento del otro como una pieza fundamental para el movimiento de las ideas, de las posibilidades, de los acuerdos. Para él está claro que entre el movimiento y la condición estática del Estado hay una tensión necesaria, son dos polos en cuyo campo de fuerzas tensionantes están las dinámicas sociales y la estabilidad normativa de las instituciones. Es por ello que en la búsqueda de opciones para la restauración del orden, en 1949 considera que la violencia per se no es un movimiento si no involucra un programa para el bienestar colectivo. Entonces, son necesarias las conversaciones en las que participa la diferencia para un objetivo común: la paz:

Todo lo que hemos explicado acerca del plan conservador, de la posición del liberalismo y de lo que sucedía en el país, especialmente en los meses de junio a noviembre de 1949, debe servir para juzgar la sinceridad y buena fe con que los representantes de los partidos participaron en las llamadas “negociaciones de paz”.

Su carácter frente a las coyunturas políticas, las formas con las que exponía su inteligencia para enfrentar y promover las transformaciones proyectan una imagen que no pasa desapercibida más allá de Bogotá, y en 1962: “…en Medellín un grupo de estudiantes universitarios lanzó su candidatura a la Presidencia de la República, acogida inmediatamente por la convención del partido liberal”. Pero, es cuatro años más tarde, en 1966, cuando es elegido presidente de la república.

De la República a la Dictadura es un título más que sugerente, es el distanciamiento que el autor se exige para observar la cercanía de su experiencia. En los 30 años de este libro que también habla de elecciones, fraudes, manipulación, abuso de poder, militarismo, es urgente preguntarse por las grietas de la democracia que sirven de ventilación a ecosistemas desvirtuados que se legitiman instrumentalizando la pobreza, manipulando la vulnerabilidad de aquellos que sin oportunidades para formarse y consolidar los fundamentos de un criterio autónomo, se aferran a la construcción maniquea de una salvación colectiva.

Sin embargo, la construcción de una esperanza genuina es posible, Carlos Lleras Restrepo así lo consideró cuando, en el libro, reafirma su empeño y obstinación por la Reforma Agraria: “La clave de la paz está en los campos”, dice, en el acceso a los créditos, a la educación, a la distribución justa de la tierra. Ideas y logros que a pesar de su breve ejecución en el país, fueron reconocidos internacionalmente por la Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO).

En el texto, los hechos están narrados de tal modo, que el autor parece plantearle a la historia colombiana la construcción de un pensamiento que se dirija al pasado sin nostalgia ni lamentos, sin la sacralización de la anécdota. Un pasado para reconocer en Carlos Lleras Restrepo la posibilidad de una democracia que genera y consolida instituciones. Un autor que también responde al perfil de un presidente temperamental que, aun en los desencuentros circunstanciales con la Universidad Nacional de Colombia, respaldó siempre su carácter público como la institución de educación superior donde se formó y formó a otros sin escatimar los recursos del Estado que, durante su periodo presidencial, la universidad necesitó para sostenerse.

Un presidente que parecía estar más orgulloso de ser un lector que se atrevía a gobernar y a escribir. En 1952, después de ser el objetivo de un ataque violento donde vio su biblioteca arder, se exilió en México hasta 1954 para mantenerse presente como colombiano a través de la escritura. Porque la Historia ha demostrado que los libros quemados son los primeros cuerpos que anuncian el ejercicio de la implacable exclusión.

De la República a la dictadura es un título que no solo evoca el antiguo conflicto romano entre el Senado y los dictadores, también es una propuesta de lectura de un país. Un libro que no pretende ser definitivo y que, a 30 años de su publicación, tiene algo más que una simple actualidad, en Colombia, es un libro que tiene el carácter contemporáneo de los textos cuyas herramientas permiten reclamar una discusión con el presente que le corresponde.

Xenia Guerra

Licenciada y magíster en Letras por la Universidad de Los Andes en Venezuela. Profesora universitaria de la misma casa de estudios. Investigadora en el ámbito literario con enfoque en filosofía política y el arte.

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