Comúnmente pobres

José María Dávila Román

¿Qué sentido tiene esforzarse, educarse, trabajar más duro si la recompensa va a ser igual del que hace lo mínimo o nada?”.


El Estado, sólo, no es capaz de solucionar las problemáticas de la gente. Así se evidencia en países comunistas y socialistas donde creen que la concentración exclusiva del poder en el Estado es suficiente para proveer a los pobladores y darles la solución a todas sus necesidades. En realidad, en esos países, la gente es más pobre que antes. Ese sistema político ha fracasado en todos los lugares donde se ha implementado. Los únicos que sacan réditos son los que ostentan el poder, véase Cuba, Venezuela y la antigua URSS.

Julia Navarro en El niño que perdió la guerra rememora cómo en la Rusia de principios del siglo XX era prohibido tener propiedad privada, es decir que ninguna familia tenía derecho a tener casa propia, ni a fundar empresas, tampoco podían pensar por sí mismos. Todo era controlado y dado por el Estado. Si una casa tenía tres habitaciones, el Estado decía que una familia podía vivir en una habitación, otra en otra, hasta llegar al punto de que tres familias se veían obligadas a convivir en una misma casa generándose frecuentes problemas de convivencia. Eran las “Kommunalka” o viviendas comunitarias. La mala convivencia podía llegar a tal punto que una familia podía denunciar a otra -así fuera falso- de estar conspirando contra el gobierno y sólo por sospecha, los denunciados eran enviados a la Lubianka ­-centros de tortura- para obligarlos a “confesar la verdad” o denunciar a otros conspiradores.

En Los nombres de Feliza, Juan Gabriel Vásquez relata cómo la artista plástica colombiana de origen polaco, Feliza Bursztyn, tenía simpatía, como muchos artistas de la época, con las causas socialistas – comunistas, incluso esas simpatías la obligaron a irse exiliada a México y posteriormente a Francia.

Después de visitar Cuba, a Bursztyn le preguntaron cómo le había parecido ese país que se había convertido en comunista con Fidel Castro. La artista respondió que “me encontré con una sociedad que está tratando seriamente de eliminar la pobreza, y puede que lo esté consiguiendo”. Bursztyn, que falleció en 1982, no vivió lo suficiente para comprobar que el comunismo en Cuba no sólo no acabó la pobreza, sino que la agudizó y dejó a un país en ruinas y a miles de cubanos huyendo de su país.

Similar sucede con Venezuela, y, en Argentina, después de décadas de socialismo y asistencialismo, el país quedó en una crisis económica de la que tardará en recuperarse. Pretender que todas las personas son iguales, demandan lo mismo y tienen las mismas aspiraciones es uno de los grandes errores del comunismo porque además coarta las libertades individuales, desestimula la creatividad y el esfuerzo. ¿Qué sentido tiene esforzarse, educarse, trabajar más duro si la recompensa va a ser igual del que hace lo mínimo o nada?.

Todos los sistemas políticos son imperfectos, pero el que más garantías ofrece es el capitalismo -ahora evolucionando al capitalismo consciente- y es el mejor porque permite las libertades individuales.

Por supuesto que en este sistema también hay brechas sociales y económicas, pero al haber conciencia de estas, el Estado, apoyado de organizaciones y empresas privadas generan alianzas para reducirlas y contribuir a que haya mayor derrama económica para la poblaciones vulnerables y mejores condiciones de vida. Algo muy distinto al socialismo y comunismo que contribuyen es a que todo el mundo sea igualmente pobre.

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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