“Colombia se está hundiendo gracias a las pésimas políticas y al odio enceguecido de Petro por el país. Los colombianos se están quedando sin oxígeno mientras el gobierno mira hacia otros barcos.”
El país está seriamente convulsionado. Aunque los colombianos siguen con sus vidas diarias, sus quehaceres rutinarios y sus preocupaciones infaltables, el gobierno de Colombia está actuando de manera irresponsable porque, en rigor, no se está gobernando, se está improvisando.
Hace casi una semana, el presidente Petro, pensando que seria una gran hazaña, transmitió un Consejo de Ministros en cadena nacional. Lo que no calculó es que sería una escena – de casi seis horas – del choque del Titanic contra el Iceberg. Un total desastre.
Lo que vimos los colombianos en la televisión no fue el desarrollo de un Consejo de Ministros que, se supone, debe ser técnico, estratégico y responsable. Colombia está en Conmoción Interior, en una tensión fuerte con los Estados Unidos y de una gran incertidumbre entre la población y lo que se vio fue, en vivo y en directo, un desgobierno total.
¿Qué pensará cada colombiano que trabaja, estudia y tiene sueños al ver a un grupo de personas que están a cargo de los destinos de Colombia peleándose, dejando en evidencia sus aspiraciones políticas, tratando los temas con jocosidad, con discursos de odio, con retórica estéril?
Según la Ley, los Consejos de Ministros NO se pueden transmitir por televisión y/o algún medio de comunicación, toda vez que estos consejos son para tratar temas álgidos que están pasando en el gobierno y el desarrollo de este, además, para encaminar mejor los objetivos. Lo que hizo Petro fue romper el gobierno y dejar claro, ante el país, que él no gobierna, lo que el hace es mandar.
Los colombianos NO merecemos tener a un gobierno que no gobierna. Mientras en los campos y en las ciudades los criminales se sienten los dueños, en el gobierno hay individuos que están obnubilados con idealismos y por eso Colombia está siendo destruida.
Yo comparo la situación actual de Colombia con el inevitable naufragio del Titanic hace más de cien años. Todos en el barco están felices o por lo menos viviendo el momento sin sobresaltos: algunos cantando y otros bailando, otros leyendo y otros durmiendo. Pero la tripulación no hace la tarea y el barco va directo a chocarse con un iceberg.
El capitán, sabiendo del inminente choque del barco, no lo alerta y la tripulación que, se supone, avisa de los peligros, están viendo cómo deshacerse de sus compañeros. Al parecer al barco llamado Colombia, los tiburones ya entraron y se están devorando todo lo que hay.
En este momento el barco ya fue impactado por el iceberg, el iceberg es la política de Gustavo Petro y, por lo tanto, el agua ya entró y está ahogando a los colombianos y hundiendo al barco.
Espero que Colombia logré cerrar las compuertas para que el agua no hunda por completo el barco y se pueda recuperar la nación, la República, la democracia, el honor de un país. Para los pesimistas podrá ser imposible, para los optimistas todavía hay posibilidades de salvar a Colombia. Será difícil pero no imposible.
El país está ya en modo “campaña electoral” para el 2026, aunque todavía en murmullos, ya se empieza a hablar sobre quién será el próximo capitán del barco, esa persona que sellará los cráteres para que el agua no lo hunda y poder recuperar el rumbo. ¿Quién será? No lo sé todavía, pero no puede ser un tripulante del actual capitán.
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