Orgullo paisa y costeño

La historia de la costa antioqueña se remonta a tiempos cuando habitaron las tribus indígenas Katíos, que después de la conquista española en el siglo XVI se establecieron como centros coloniales. Las ciudades actuales de Apartadó y Turbo, que más tarde se liberaron de las cadenas coloniales, dando inicio a grandes transformaciones económicas que las llevaron y consolidaron como región agrícola de producción de banano y cultivos tropicales, desarrollaron el comercio marítimo a través de los puertos de Turbo y otros lugares que contribuyeron al desarrollo económico de la región.

El departamento de Antioquia es el tercero en extensión de la costa Caribe colombiana con 498 kilómetros ubicados en el noreste antioqueño, que están conformados por los municipios costeros de Arboletes, Necoclí, San Juan de Urabá y Turbo. Como parte del desarrollo de esta región se construyen en la actualidad las terminales portuarias de Puerto Pisisí y Puerto de Antioquia. Este último cuenta con una inversión de USD 760 millones, con condiciones de puerto multipropósito, cinco posiciones de atraque y posibilidad de atender buques post Panamax. Está programado para entrar en operación a mediados de este año y con expectativa de pasar de 2,5 a 7 millones de toneladas año.

Logísticamente, se conectará con la transversal de Las Américas, las autopistas Mar 1 y Mar 2 con Medellín y por el túnel del Toyo, reduciendo en distancia y en tiempo el recorrido logístico en 300 kilómetros aproximadamente, con el eje cafetero en medio de los proyectos viales de Pacífico 1, 2 y 3. En un país como Colombia, donde el comercio posee condicionantes por el valor de los fletes debido a la falta de infraestructura de actualidad y la limitada conectividad intermodal, estamos ante un proyecto estratégico y con importantes economías de escala para las importaciones y exportaciones de Colombia.

Es entendible que se haya retrasado el desarrollo, por parte de los empresarios antioqueños, de la infraestructura de la región, dada su condición de territorio andino que los acostumbró a vivir rodeados de montañas y a ver el mar como disfrute, no como empresa. La amplia variedad de climas fijó el desarrollo económico en el aprovechamiento de las bondades de tal condición, pero tuvo que llegar la globalización para crear la necesidad de conectarse directamente con el mundo y exaltar su gran potencial económico en sus recursos marinos, aprovechar su posición geográfica, la cultura, la biodiversidad y otras particularidades que crearon la visión para la construcción de magnos proyectos futuros de infraestructura.

Esta condición de salida al mar ofrece aspectos comparativos y competitivos que les agregan valor a los acuerdos comerciales internacionales, así como la expectativa de nuevos empleos calificados, la cadena logística de soporte a las nuevas oportunidades del comercio internacional y la llegada de compañías transportadoras que marcarán una nueva era en la logística nacional con la proyección de 800 nuevas empresas que le darán un impulso al tejido económico y empresarial que potenciarán la agroindustria.

Indiscutiblemente es la región de Colombia con más perspectiva de prosperidad, con la seguridad de convertirse en el nuevo polo de desarrollo de Antioquia y posiblemente de Colombia, y que consolidará su cierre financiero regional el día que logre la multimodalidad con un aeropuerto internacional, la navegabilidad fluvial y la vía férrea. ¡Qué orgullo paisa y costeño!

Les aseguro que si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

Marcos 11:2

Carlos A. Gomescasseres Vergara

Presidente de la Cámara y empresarios del Mercosur regional Colombia

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