La Derrota en una Campaña Electoral: un paso hacia el triunfo

“El verdadero desafío no está en la derrota en sí, sino en cómo se enfrenta”.


En el mundo de la política, el resultado natural de una campaña electoral es la derrota. La victoria, aunque posible, es excepcional. Y esto tiene una explicación matemática simple: hay más aspirantes a los cargos que los propios cargos en disputa. Solo uno puede ganar, el resto enfrenta una derrota.

Ningún candidato puede predecir el futuro, pero lo que sí debe saber es que, tarde o temprano, la derrota será parte del camino. Y esa experiencia, aunque dolorosa, es como tener una empresa: todo político debería atravesar ese desierto. Al igual que un empresario, la derrota te enseña a ver el mundo de otra manera, a reorganizar tus prioridades, a crecer, reorganizarse, y a rodearse mejor es importante.

¿Perder una elección significa ser un perdedor? Claro que no. Existen numerosos ejemplos de políticos derrotados que, con el tiempo, lograron triunfos históricos. El verdadero desafío no está en la derrota en sí, sino en cómo se enfrenta. Y muchas veces, lo que parece un obstáculo real, solo existe en nuestra mente, alimentado por las dudas y las inseguridades, es decir, la típica frase “uno es su propio enemigo”.

A los que están en la oposición o sienten que algún día podrían estar allí, les resulta familiar la sensación de tener que lidiar con una serie de dificultades: falta de estrategia, problemas de comunicación, escasos recursos, ataques mediáticos y una ciudadanía desconfiada. Todo esto crea un ambiente de adversidad, que, aunque real en muchos casos, también es un reto mental y emocional.

Lo importante es saber que, de la oposición, se sale. El tiempo, la resiliencia y una visión clara pueden transformar cualquier derrota en el impulso para alcanzar el éxito. Así es la política: un ciclo de pérdidas, aprendizajes y victorias que solo quienes perseveran logran comprender y dominar.

Por último, consideró que el verdadero perdedor es el que no aprende de la derrota, el que no está dispuesto a arriesgarse y utilizar las nuevas herramientas o que no esté dispuesto a evolucionar, este el que no evoluciono sí que está perdido.

Jonatan Torregrosa Viana

Abogado, docente Universitario, director jurídico de una entidad pública de la ciudad de Barranquilla. Con estudios en México, España y Colombia en imagen y consultoría política, una maestría en Políticas Públicas y Gobierno, magíster en Derecho Público de la Universidad del Norte con especialidades en Tributación y Derecho Administrativo.

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