“La idea no es quedarnos ahí, sino convertirnos en una Colombia más unida y emergente. Así que, pensemos globales siendo locales; pensemos en una Colombia emergente.”
La semana pasada asistí a un foro organizado por Proantioquia, una organización que admiro profundamente por el trabajo que hace por Antioquia. Durante el evento, Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, presentó el índice de Competitividad de Antioquia, una herramienta para definir estrategias de competitividad en cada región. El foro fue muy fructífero porque adquirí muchos conocimientos y tomé conciencia de los retos que enfrentamos como región y país.
El foro comenzó con dos preguntas fundamentales: “¿Puede Antioquia ser más competitiva?” y “¿Cómo jalonar el desarrollo regional y nacional?” Durante la conversación, se destacó que Antioquia tiene pilares muy sólidos en productividad, pero no basta con evaluar nuestra productividad a nivel regional o nacional; también es esencial considerar el contexto global, en las brechas regionales se explican en buena medida el rezago del país en términos de productividad. Me sorprendió mucho descubrir que nuestro ranking es bastante bajo a nivel global (aunque a veces nos sentimos orgullosos como región), lo cual perpetúa una trampa de pobreza. Entonces, como me encantan las preguntas, me pregunté: ¿cómo podríamos cambiar esa perspectiva de lo local a lo global? ¿Qué sucedería si como país comenzáramos a pensar de manera global y no solo regional?
Quizás, si cambiáramos nuestra perspectiva de ser la mejor región de Colombia a ser uno de los mejores países en desarrollo global, avanzaríamos muchísimo más. Sabemos que como región, hemos progresado y mostramos mucho potencial y con la estrategia Antioquia Emergente podemos hacerlo más, pero además de logros, enfrentamos numerosos retos en infraestructura, escasez de talento humano que podría limitar el crecimiento y la competitividad económica en los próximos años, la deserción escolar en los grados 10 y 11, la preparación de los niños para la educación superior gratuita, y el hecho de que solo el 6% de los estudiantes de pregrado están matriculados en programas de formación TIC, entre otros desafíos que tenemos.
Con todo esto en mente, nos damos cuenta de que hemos trabajado lo suficiente, pero necesitamos esforzarnos aún más, no solo por Antioquia sino también por Colombia. Necesitamos ecosistemas y alianzas a nivel nacional, trabajar en el costo del fracaso, y aunque es fantástico que lo público incida, pero si no lo hace, también le toca al sector privado y se puedan lograr cambios sin reformas normativas. Debemos pensar fuera de la caja, no solo para nuestra región sino para todo el país, porque no solo somos antioqueños, sino también colombianos. Como nos dijo María Fernanda, si seguimos trabajando solo para nosotros mismos, seguiremos siendo la segunda región más competitiva de Colombia. La idea no es quedarnos ahí, sino convertirnos en una Colombia más unida y emergente. Así que, pensemos globales siendo locales; pensemos en una Colombia emergente.
Comentar