El miedo al olvido

En alguno de sus textos García Márquez escribió lo siguiente: Todos nosotros nacemos con un disco vacío que tenemos que llenar con un material nuevo y fascinante. Pero, a medida que uno se va haciendo mayor, el disco duro está cada vez más lleno, hasta que, finalmente, ya no acepta material nuevo. Entonces, tenemos que empezar a utilizar disquetes, pero tenemos que quitar cada disquete cuando está lleno, y si queremos recordar algo tenemos que volver a insertarlo. Hace unos años, en la universidad, hablábamos sobre lo que era el miedo y cómo nos permeaba la existencia. Recuerdo que en aquel momento mencioné que mi mayor miedo era el del dolor que pudiera sentir al estarme muriendo, eso me aterraba. La semana pasada me vi La memoria infinita, el documental de la chilena Maite Alberdi, donde nos muestra el recorrido y los estragos de la enfermedad de Alzheimer en uno de sus protagonistas.

Mientras presenciaba las imágenes en donde la memoria y la mente del protagonista se están deteriorando a causa de la enfermedad, y se ve a un hombre flaco y canoso, mirándose al espejo sin poderse reconocer, pensé en que, ¿si no somos la suma de todos nuestros recuerdos, entonces qué terminamos siendo en la vida? Quizás un montón de disquetes que ponemos y quitamos cada vez que necesitamos recordar algo, pero si llega el día en que no tengamos más disquetes para usar y se nos desaparecen los recuerdos de los amores y los amigos, las palabras con las que alguien nos contó un secreto, los momentos de felicidad y también los de tristeza. ¿En ese momento qué nos queda? Tal vez el amor nos queda, el de nuestra pareja, el de los amigos, nuestra familia, nos queda la esperanza de que nos amen como hemos creído amar, y nos salven de ese abismo, nos brinden una mano y un abrazo cuando nos miremos al espejo y ya no nos reconozcamos y la suma de nuestros recuerdos sea igual a cero.

Hoy, la pregunta de la universidad tiene otra respuesta, mi mayor miedo no es el de sentir dolor al morir. No. Es el miedo al olvido, a terminar mis días sin un cable a tierra, pasando la vigilia desubicado y viviendo la paranoia. Anotando las cosas en papelitos que guarde en los bolsillos, para que después, quizás, ya no los sepa leer.

Jorge Cárdenas

Es psicólogo. Nació en Bogotá. Cárdenas piensa que la literatura es una de las terapias a las que podemos acudir una y otra vez en la vida. El acto de escribir es catarsis pura. Y la lectura, es ese espacio de tiempo en el que nos permitimos abandonar el cuerpo que habitamos para encarnar otros más, para viajar, ir de un lugar a otro sin movernos, y ser muchos a la vez.

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