Reflexiones

ALDUMAR FORERO ORJUELA

“El mundo está convulsionado, guerras y retórica inútil de lideres en el mundo llevan al individuo a un escenario de sufrimiento e incertidumbre, más sin embargo nadie dice nada ni siquiera lo piensan, es un mundo a la deriva.”


Las naciones siempre tendrán auges y caídas, aun en las más pequeñas y humildes. No todo es miel y alegría y en cuanto hay gobernantes que no tienen el más mínimo pudor para gobernar todo se puede convertir en dolor e incertidumbre. En el siglo XXI, se supone, que las cosas podrían marchar mejor que en otras épocas, pero me temo, que estamos imitando épocas del pasado y creando escenarios peores que antaño.

I. El mundo hoy mira, desde sus perspectivas, lo que sucede en medio oriente, una guerra fratricida sin lugar a dudas. Una guerra que lleva años cocinándose pero que poco o nada le ponían atención. El 07 de octubre de 2023 un grupo terrorista incursionó en Israel y, según cifras oficiales, mataron a por lo menos 1.200 personas inocentes y a mansalva. Esa acción no puede tener otro calificativo del de una barbarie. Desde ese día todo se fue al traste, mientras los terroristas se alegraban por su “hazaña”, Israel inició su operación defensiva y de ataque. Ante ese hecho, y ellos lo tienen claro sobre todo después del holocausto nazi, que no van a permitir que lo que pasó hace décadas se vuelva a repetir y que quedara sin consecuencias. Hoy el medio oriente está en guerra y con una probabilidad máxima de ser una confrontación por lo menos continental. Las guerras son malas, crean sufrimiento y desesperanza, por esto, no creo en la tesis de Keynes que decía que las guerras contribuyen al crecimiento económico de las naciones, esa una falacia del tamaño de una catedral. Todos quisiéramos que no hubiese guerras, pero creo que es utópico pensarlo cuando, primero es naturaleza del ser humano y, segundo, mientras haya grupos que quieran hacerle daño a inocentes y organizaciones gubernamentales que no dicen nada es casi que imposible que pensemos en la paz mundial.

II. Aunque el mundo viva en un siglo que, indiscutiblemente, está por encima de los estándares del pasado, no es desaforado decir que muchas situaciones por las que está pasando se parece a épocas antiguas. En verdad evolucionamos en muchas cosas, pero el sentir del ser humano sigue siendo la envidia, el resentimiento, el odio por el progreso de los demás y, sobre todo aunque se esconda muy bien, las ansias por el poder mundial está latente. Muchos critican las formas de gobierno antiguas y tienen razón, para nada eran buenas y nadie quiere volver a ese tiempo, más sin embargo, esas personas que critican la historia se sienten cómodos con las cosas que pasan hoy en día. Hablando de guerras, en 1945 se creó la Organización de Naciones Unidas – ONU – dizque para evitar los baños de sangre en el mundo, es 2024 y una guerra continental que puede llegar a ser mundial está en ciernes y no es un mal augurio de parte mía o un anuncio apocalíptico sacado de una leyenda de la conspiración, lo estamos viendo, entonces la pregunta es, si se crearon organizaciones multilaterales para evitar tanto sufrimiento pero no están funcionando, ¿por qué existen todavía y hasta las pontifican como lo último en resolución de conflictos? Creo que al mundo le falta coherencia y discernimiento porque aunque estamos en la edad de la tecnología, el razonamiento humano está en cuidados intensivos.

III. No sé ni nadie sabe, ni siquiera los directamente involucrados en la guerra en medio oriente, cuándo acabará tanto dolor. Por eso, me parece vergonzoso, es decir, me da pena ajena, ver cómo muchas personas, millones de ellas, hablan de que una de las posibles soluciones a ese conflicto es eliminar a Israel o cargar en diatribas y retórica sin contenido las actuaciones de este. No sé qué pensarían esas personas si en sus países hubiese grupo terroristas que utilizan residencias para hacer sus centros de operaciones o que tengan como vecinos a grupos extremistas que de día y de noche están pensando en como ingresar para matar a cuanto inocente encuentren. No sé si es ignorancia o falta de experiencia cuando se opina de esa manera. En Colombia lo vivimos hace décadas, grupos terroristas que atacan a su mismo pueblo y que sin embargo se eligió a un personaje que está más al lado de no hacer nada contra ellos y se la pasa en el palacio como si todo girara alrededor de él.

IV. En Colombia, la cosa no es diferente a lo que pasa en muchas naciones del mundo. Si bien es cierto no tenemos una guerra internacional o contra grupos terroristas exógenos, si tenemos dos grandes frentes internos que son peligrosos. Uno, el de siempre, que son los grupos criminales que, en este tiempo, tienen azotados a los colombianos. Volvieron los secuestros, los asesinatos, las masacres, las extorsiones, el miedo a salir a la calle como en tiempos de antaño donde los delincuentes se paseaban libremente por donde sea y hacían daño como quisieran, es decir, Colombia retrocedió en cuanto al enfrentamiento de los terroristas y en verdad los colombianos tienen un miedo tremendo a que se tomen las capitales y hasta pongan en jaque el ordenamiento democrático de la nación. Dos, un gobierno que se hace llamar del cambio y progresistas que, por un lado, está más del lado de las garantías para los grupos criminales y que deja de otro lado, abandonados a los colombianos y por otro lado, con su retórica hace pensar que en cualquier momento quien de verdad mueva los cimientos de la democracia sean las arrebatos del presidente que contribuye más a la desestabilización social de la nación que a una armonía sana y fraterna entre colombianos. Creo sinceramente y estoy seguro que así muchos individuos de Colombia lo piensan que el país vive uno de sus momentos más álgidos de su historia, es más y debemos preocuparnos en verdad que, hasta estemos pensando en la posibilidad de que NO haya elecciones presidenciales en 2026, esto ya es un signo de que la democracia está herida gravemente y que si no se trata con cuidado puede fallecer y perderla. No es un tema menor, es un tema neurálgico donde está en juego el futuro de quienes vivimos en este momento y de quienes están por venir. Creo que quien nos gobierna se le olvidó que aunque él sea presidente por un momento, el mundo y el país sigue adelante y que debería pensar en trabajar por dejar una nación mejor de la que la encontró, porque sin lugar a dudas todo es mejorable. No sé si sea así, pero lo pienso que Petro está empecinado en dejar historia en Colombia a como de lugar, es decir, de que hablen de él por mucho tiempo así lo que haga sea perjudicial para la gente. No me extraña porque el mundo está lleno de historias donde tenemos a lideres que han quedado en los anales históricos como malvados. Lo peor de todo es que las consecuencias de las malas decisiones de un personaje las pagan muy caro los individuos inocentes.

V. El mundo no empieza ni termina en la mente de una persona, que precisamente pasa con los gobernantes, creen que sus decisiones son las que son y se deben cumplir y acatar fielmente. Ese es un problema de toda la vida de los individuos de la sociedad. Creo que el gobernante, en cualquier parte del mundo, debe vivir el presente, por supuesto, para hacer bien las cosas, pero pensando en las consecuencias del futuro. Si las consecuencias, fueran buenas o malas, de los gobernantes solo beneficiaran o perjudicaran a este no habría problema, la cuestión es que lo pagarán son el resto de la sociedad y eso es grave. No se puede tomar una decisión que afecte a otro persona y de forma deliberada. Eso ocurre con las guerras y con la retórica de los gobernantes , lamentablemente pero es ineludible, seguirá pasando, porque el ser humano aunque en su más intimo ser tiene buenas intensiones siempre hay cosas que lo desvían y por las ansias del poder y del dominio lo llevan a cometer cosas que hacen sufrir inmensamente a otros individuos. Me pregunto, sinceramente, ¿qué piensa un líder del siglo XXI en cualquier parte del mundo?, ¿será que tienen intensiones de dejar algún legado para la posteridad o solo piensan en el momento, en el placer instantáneo del poder y de la fama a expensas de la vida de sus gobernados? No lo sé pero “por sus actos los conoceréis”. Mientras tanto lo que podemos decir es que, sigamos reflexionando de lo que pasa en nuestra época, comparémosla con el pasado y pensemos, con tranquilidad, qué queremos dejar para el futuro. El mundo no empezó con nosotros ni acabará con nosotros. Tenemos una gran responsabilidad con el pasado y con el futuro pero tenemos que cambiar nuestro presente.

Aldumar Forero Orjuela

Joven oriundo de Bogotá D.C. Nacido en 1998, de familia conservadora, se ha adherido a las ideas del liberalismo que aboga por el respeto a la vida, la libertad y la propiedad como los valores más importantes de una sociedad.

Economista de la Universidad de La Salle. Con diplomados en cultura democrática y juventud constructora de paz.

Ha sido columnista en varios medios digitales de opinión y actualmente es columnista en Al Poniente.

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