El pasado 12 de julio, en la cabecera municipal de Dabeiba, la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- realizó el balance del proyecto restaurativo exploratorio Horizontes Seguros, iniciativa que, a lo largo de seis meses, convocó a víctimas, exguerrilleros de las Farc-EP e integrantes de la Fuerza Pública -comparecientes en el macrocaso 04 sobre la situación territorial de la región de Urabá-, que, con el apoyo de diversos actores sociales, internacionales y organizaciones no gubernamentales, aunaron esfuerzos para promover medidas de sensibilización sobre la mitigación de riesgo e impactos relacionados con la presencia de minas en los municipios de Dabeiba, Frontino, Murindó y Mutatá.
De esta forma, se puso el marcha un inédito Sistema Restaurativo que es definido por el Documento Conpes 4094 de 2022 como “un conjunto cohesionado e interrelacionado de autoridades, procedimientos y medidas, cuyo objetivo común es facilitar y poner en marcha las condiciones institucionales necesarias para la imposición, ejecución, monitoreo y verificación de las sanciones propias y medidas de contribución a la reparación de las víctimas a cargo de las y los comparecientes”, abarcativo y orientador en torno a ocho líneas restaurativas (Gráfica.1).
Gráfica 1. Líneas de acción del Sistema Restaurativo.
Fuente. Elaboración propia.
Con el balance del proyecto exploratorio Horizontes Seguros en el marco de la línea Acción Integral Contra las Minas Antipersonal y desde el componente de Educación en el Riesgo de Minas (ERM) la JEP continúa ambientando los Trabajos, Obras y Actividades con contenido reparador-restaurador -TOAR- como la piedra angular del régimen sancionatorio que se impondrá a los comparecientes de la extinta guerrilla y de la Fuerza Pública que -desde la ruta restaurativa- reconozcan plena verdad y asuman responsabilidad sobre graves crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Pero esto no quiere decir que recién se esté explorando la potencia restaurativa de los TOAR, para nada, ya que desde hace varios años, la Secretaría Ejecutiva de la JEP viene certificando TOAR Anticipados bajo dos modalidades: 1). Como contribución a la realización de los derechos de las víctimas; y 2). Como cumplimento anticipado a la sanción propia -eso sí, con una valoración posterior por parte del Tribunal para la Paz-.
Este reconocimiento previo ha resultado funcional tanto para comparecientes de las extintas Farc-EP como para los integrantes de la Fuerza Pública, sin embargo, con los firmantes de paz la figura se ha explorado con mayor amplitud y potencia porque se ha sabido articular con las dinámicas de reincorporación social y comunitaria que desde 2017 se vienen adelantando en los Antiguos Espacios de Reincorporación y Capacitación -AETCR- y en las Nuevas Áreas de Reincorporación -NAR-.
De ahí que cuando lleguen las resoluciones de conclusiones -que fijan el cierre procesal de los macrocasos y las sanciones propias- los TOAR se continuarán ejecutando bien sea como proyecto de sanción propia, o, en facultad discrecional, como resultado de la imposición de la sanción propia por parte del Tribunal para la Paz. En todo caso, siempre deberán constituirse desde la participación efectiva y permanente de las víctimas. Atender a ese principio de participación resulta siendo uno de los mayores desafíos que le asisten al Sistema Restaurativo en su puesta en marcha.
En ese sentido, el proyecto exploratorio Horizontes Seguros operó como una actividad reparadora en una región con 46.709 víctimas acreditadas y, a su vez, como un piloto de presentación y operativización de los proyectos tipo TOAR que la JEP buscará impulsar como sanciones propias en el eventual despliegue territorial del Sistema Restaurativo; sin embargo, su puesta en marcha en el Urabá dejó en evidencia los retos que a mediano y largo plazo le asistirán. Entre los cuales identifico los siguientes:
- El Sistema Restaurativo se debe constituir desde su dimensión territorial a partir de una sólida articulación con las administraciones locales, el Gobierno nacional, el sector privado y las organizaciones de cooperación internacional, puesto que se debe precisar, para efectos de garantizar la sostenibilidad de los TOAR a ejecutar, el nivel de responsabilidades compartidas de cada actor en una correlación dinámica de gobernanza transicional restaurativa.
- La centralidad de los derechos de las víctimas como principio orientador del Sistema se deberá ponderar, en la medida de lo posible, para que, a la larga, no se convierta en un factor que propicie condiciones de inseguridad para los comparecientes que adelantarán las sanciones en territorios donde persiste el conflicto armado, y asimismo, para que los TOAR no desborden las capacidades del conjunto de actores responsables o terminen naufragando en la desfinanciación.
- Una garantía institucional para la sostenibilidad del Sistema se encuentra en su armonización con otros instrumentos creados en el Acuerdo de Paz, tales como: los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial; los Planes Integrales Alternativos de Sustitución y Desarrollo Alternativo, y los Planes Nacionales para la Reforma Rural Integral -cuando se trate de iniciativas con enfoque agrario-; eso sí, sin socavar los criterios de priorización concertados con las víctimas o su posible ejecución en espacios urbanos.
Por el momento, el Sistema Restaurativo ya se puso en marcha y no dudo en que será uno de los temas que concitará mayor discusión, estudio y análisis en los años venideros. Sin duda, es una experiencia transicional inédita que con el viento a su favor podría dejar grandes lecciones para un mundo en guerra, o, si se enreda en altísimos grados de incertidumbre – en el peor de los escenarios- dejaría grandes decepciones.
Por donde se le mire, el reto es mayúsculo.
Comentar