“El verdadero origen del cambio climático está en la sociedad carbonizada, es decir, en el mercado. Por tanto, debemos comprender que el cambio necesario es estructural y solo la política puede lograrlo”
En el encuentro entre el Ministerio de Ambiente y las organizaciones sociales y ambientales para empezar a planificar la COP16 en Cali, denominado «Primer Encuentro con Organizaciones Sociales y Comunitarias de Cali y Valle del Cauca», se abordaron varios problemas prioritarios en la ciudad y el departamento del Valle del Cauca. Muchos de estos problemas ya los he ido señalando en artículos anteriores. Sin embargo, lo más llamativo no fueron estos problemas conocidos, sino la respuesta clara y con un talante geopolítico de la ministra Susana Muhammad.
Para comprender las ideas planteadas por la ministra, es crucial entender qué es la COP 16 y su propósito. Es un encuentro de las partes, es decir, de Estados que han suscrito acuerdos internacionales para la conservación. Esto implica diálogos de carácter geopolítico y posiciones de Estado. Además, lo acordado en la COP se integra al ordenamiento jurídico de los Estados participantes, lo que lo convierte en una oportunidad única para hacer la diferencia a nivel global.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante destacar las claridades que dio la ministra sobre la forma en que la sociedad puede participar en la COP. Se plantea que la posición oficial de Colombia para afrontar las negociaciones será construida con las comunidades, desde encuentros previos denominados “preCOP”, además de mesas permanentes de diálogo. También se propuso la posibilidad de dar credenciales de negociación a comunidades indígenas, afrodescendientes y jóvenes que participen directamente en los diálogos de la COP16.
Pasados estos aspectos más técnicos y directamente relacionados con la participación de las comunidades en este encuentro de Estados, encontramos la conversación franca con la que la ministra abordó las dificultades geopolíticas en las transformaciones necesarias para enfrentar el cambio climático. Habló sobre las sociedades carbonizadas y las trabas que enfrentan las políticas acordadas en las COP. También fue clara al mencionar que, por estas mismas razones, se debe hablar con prudencia y considerar lo que es posible hacer sin poner en riesgo la economía del país y la estabilidad de las comunidades.
Lo que la ministra señaló como sociedad carbonizada se refiere a aquellas sociedades que dependen de las materias fósiles para su subsistencia económica. Esto plantea un dilema, ya que, si bien se ha propuesto descarbonizar la economía, como lo ha planteado el gobierno nacional, esto podría poner en riesgo la estabilidad económica. Es importante entender que esta dependencia de los combustibles fósiles afecta a todas las economías, especialmente a los países emergentes como Colombia.
Este encuentro nos lleva a reflexionar sobre cómo se ha construido el ambientalismo y cómo nos lo han querido vender en algunas ocasiones, especialmente desde una postura de conservación. El problema del cambio climático va más allá del consumo individual, como comprar ciertas marcas o reciclar. El verdadero origen del cambio climático está en la sociedad carbonizada, es decir, en el mercado. Por tanto, debemos comprender que el cambio necesario es estructural y solo la política puede lograrlo.
Por lo tanto, considero que la solución más viable radica en contemplar una transformación integral en tres áreas fundamentales: la ambiental, la social y la política, y finalmente, la económica. Si alguna de estas áreas está ausente, es como una mesa sin una pata, se cae y tumba todo lo de arriba.
En cuanto a la transformación ambiental, se observa un progreso significativo desde el ámbito político. Los acuerdos alcanzados en las COP y las convenciones internacionales han desempeñado un papel fundamental en este avance, especialmente en la creación de áreas protegidas. Además, han surgido organizaciones sociales, ambientales y comunitarias para defender el territorio, los ecosistemas y su soberanía. Sin embargo, es crucial seguir avanzando en este camino, manteniendo un enfoque prudente para no perjudicar a las comunidades que dependen de estos recursos.
En lo que respecta a la transformación social y política, se centra principalmente en labores de pedagogía y educación. Aquí es donde el reciclaje, las acciones individuales y el consumo cuidado desempeñan un papel crucial. Sin embargo, es importante reconocer que este es uno de los trabajos más arduos, ya que implica una transformación cultural que puede llevar décadas e incluso generaciones. El verdadero cambio radica en modificar las actitudes, valores y comportamientos arraigados en la sociedad. Aunque los resultados de estas acciones pueden no ser evidentes de inmediato, son esenciales para construir un futuro más sostenible y equitativo.
Finalmente, en términos de transformación económica, es fundamental adoptar una perspectiva diferente a la extracción como única fuente económica viable. Debemos ampliar nuestra visión y replantear la forma en que el mercado, los países y sus sociedades interactúan. En este sentido, las economías más respetuosas con el medio ambiente deben ser también más equitativas y justas para las personas, ofreciendo mayores oportunidades materiales y promoviendo la igualdad.
Un avance significativo en este cambio de paradigma es la propuesta gubernamental de intercambiar deuda externa por acciones de conservación, cuidado y recuperación ambiental. Este enfoque representa un primer paso muy positivo hacia una economía más sostenible y equitativa. Es crucial seguir avanzando en esta dirección, adoptando políticas y prácticas económicas que prioricen la protección del medio ambiente y el bienestar de las comunidades. De esta manera, podremos construir un futuro más próspero y justo para todos.
En resumen, para abordar el cambio climático de manera efectiva, debemos adoptar una visión integral que abarque la transformación ambiental, social y económica. Esto requerirá esfuerzos concertados a nivel internacional, nacional y local, así como un compromiso colectivo para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos y todas.
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