La competitividad y la productividad de los territorios es una tarea inaplazable, que permite detonar el desarrollo integral y generar mayores posibilidades y oportunidades.
En Antioquia con las vías 4 G, Hidroituango, Puertos de Urabá y Tren de la 80 entre otras, se realizarán inversiones superiores a los $ 50 billones de pesos que deben permitir avances esenciales en términos de desarrollo, lo cual obliga a definir acciones paralelas y conjuntas en los territorios.
Es perentorio definir un plan concreto frente a la actualización de los instrumentos de Planeación territorial (POT, PBOT, EOT) que tienen un rezago sustancial, no podemos seguir orientando el ordenamiento de las regiones con el retrovisor, visiones atrasadas y poco articuladas, se debe impulsar una mirada holistica del desarrollo, definir con pertinencia los usos del suelo, áreas de expansión, la clusterizacion de los territorios, una línea real de Planeación desde la articulación, concurrencia, complementariedad, subsidiariedad y de manera muy especial, en temas de sostenibilidad y desarrollo regenerativo ambiental y social; avanzar en modelos de ocupación donde el eje central sea el ser humano, los ciudadanos y definir lo material en función de esa realidad.
Adicional y como complemento ideal a lo anterior es la realización de una actualización y conservación catastral integral y efectiva, que permita que los ingresos fiscales sean motores del desarrollo local, donde incluso se exploren contribuciones derivadas de mayores valores de los predios de los privados impactado por intervención del estado vía obra pública o cambios en la normatividad frente a mayores aprovechamientos del suelo.
Y como gran elemento aglutinador las actualizaciones de los estatutos tributarios municipales donde incorporen las nuevas dinámicas económicas y los instrumentos de nuevas fuentes de ingresos territoriales.
Todo lo anterior visionaria un proceso serio y coherente de profundización fiscal y ordenamiento territorial conjuntamente entre diferentes niveles de gobierno como los municipios y la gobernación, ahí, si podemos pensar en una posibilidad real de impulsar polos de desarrollo regional, fortalecer las ciudades intermedias y un gran modelo de ciudad región no conurbado y territorios inteligentes conectados por corredores viales y tecnología, con altos niveles de calidad de vida y que sirvan como territorios de relevo para desconcentrar el área metropolitana.
Estás potencialidades urbano – rurales deben generar sinergias de desarrollo que logren aumentos significativos en el PIB (Producto Interno Bruto) de Antioquia y no sigamos concentrados en el Área Metropolitana que históricamente suma el 66 % del PIB en no más del 2 % del territorio.
El momento exige ser osados y hacer cosas diferentes, Antioquia es un lugar estratégico para Suramérica al tener equidistante los dos mares (caribe / pacífico) conectados por vías 4 G y dos grandes puertos (uraba / buenaventura) que nos ponen los mercados del mundo a nuestro alcance.
Desde un acertado impulso de la autonomía territorial, la descentralización, la capacidad fiscal y el ordenamiento territorial podría ser la formula para dar un salto al futuro y lograr en el Departamento de Antioquia un modelo de desarrollo para el país.
Las voluntades están…manos a la obra !
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