Negligencia política la justicia social

En Chile, el feminismo y la lucha por la igualdad social han ganado terreno gracias a los fuertes compromisos sociales, pero la realidad política revela una falta de compromiso efectivo. Aunque se han logrado avances, como la promulgación de leyes que buscan abordar la violencia de género, persiste la necesidad de una presión social fuerte para impulsar cambios significativos. La política se queda indiferentes estos temas sin una presión social importante.

El movimiento feminista ha destacado las desigualdades arraigadas en la sociedad chilena, desde la brecha salarial hasta la falta de representación equitativa en cargos políticos. A pesar de la retórica de algunos políticos, la implementación de medidas concretas sigue siendo vaga y lenta sin una presión de la población constante. 

Es fundamental que la presión social persista para instar a los legisladores a actuar con mayor determinación. La falta de proyectos legislativos efectivos refleja una negligencia que solo puede superarse mediante una movilización ciudadana continuada y persistente, lo cual de cierta manera ve la deficiencia de la política chilena.

Las mujeres en Chile merecen más que promesas vacías. La presión social debe ser la fuerza motriz detrás de las reformas, y la opinión y acciones de la población desempeñan un papel vital al proporcionar una plataforma para discutir estos temas y movilizar a la sociedad.

La presión social es crucial para superar la negligencia política en asuntos de feminismo e igualdad social en Chile. Las acciones de las chilenas y chilenos, respaldadas por la protesta pacífica y convicción de causa, pueden ser herramientas poderosas para generar conciencia y movilización en busca de cambios significativos.

En el ámbito sociocultural de Chile, el feminismo y la búsqueda de igualdad social encuentran diversos desafíos y oportunidades. La sociedad chilena, aunque, como ya se ha mencionado anteriormente, ha experimentado transformaciones positivas, todavía enfrenta arraigadas estructuras desiguales que requieren una atención mucho más profunda.

Culturalmente, la desigualdad ya sea sexista o racial, persiste en muchas esferas, desde el hogar hasta la empresa más grande. La presión social es esencial para desafiar y transformar estas percepciones arraigadas.

La representación en los medios de comunicación también es un aspecto crucial. A menudo, vemos estereotipos de género y roles predefinidos que refuerzan desigualdades. Aquí es donde la presión social puede influir en la creación de contenido más inclusivo y representativo. Citando ejemplos específicos de medios que perpetúan estereotipos, podemos abogar por un cambio real. 

La educación juega un papel fundamental en la transformación sociocultural hacia la justicia social. La inclusión de la igualdad de género en los planes de estudio y la promoción de discusiones abiertas en las aulas son pasos cruciales. Las profesoras y profesores pueden abogar por un cambio en los sistemas educativos y resaltar la importancia de una educación que promueva la equidad desde una edad temprana. Es crucial abordar no solo las leyes y políticas, sino también las raíces culturales que perpetúan la desigualdad.

El ámbito sociocultural en Chile los jóvenes ofrecen un terreno fértil para la presión social en temas de feminismo e igualdad, teniendo una capacidad influir en los medios de comunicación y abogar por una educación más equitativa, contribuyendo así a un cambio sostenible en la sociedad. 

La conexión entre la dictadura en Chile y el movimiento feminista es compleja pero fundamental para entender las dinámicas actuales. Durante la dictadura de Augusto Pinochet, se produjeron violaciones sistemáticas de los derechos humanos, pero también se establecieron normas y estructuras que impactaron de manera desproporcionada a las mujeres.

La represión política tuvo un impacto directo en muchas mujeres, quienes fueron víctimas de torturas y persecuciones políticas y sexistas muchas veces. Las mujeres fueron protagonistas en la resistencia contra la dictadura, pero su papel a menudo ha sido subestimado o pasado por alto. Este periodo dejó secuelas profundas en la sociedad chilena, incluyendo la persistencia de estructuras machistas y una cultura de silenciamiento.

En el contexto post-dictatorial, el feminismo en Chile ha emergido como una fuerza crítica que desafía las normas impuestas durante la dictadura, principalmente la constitución, crítica expuesta en el estallido social del año 2019. Las mujeres han buscado no solo la justicia en términos de derechos humanos, sino también la igualdad en todos los aspectos de la sociedad.

Además, la transición a la democracia no garantizó automáticamente la igualdad de género. Muchas estructuras persistieron, y el feminismo se convirtió en un actor clave en la lucha por desmantelarlas. Como se dijo antes la presión social pueden ayudar a señalar cómo la transición democrática no abordó adecuadamente las desigualdades de género, y cómo el feminismo se ha convertido en una fuerza crítica para llenar ese vacío.


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Primera columna

Sebastián Marcelo Hernández Ortiz

Estudiante de Derecho de la Universidad de Concepción, Chile. Cuenta con MOOCs en derecho contractual en Harvard University, EE.UU

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