“El DANE publicó los resultados de la Encuesta Mensual Manufacturera con enfoque Territorial y seguido, el Indicador de Seguimiento a la Economía ISE, los dos se rajaron”
A las personas nos gusta escuchar que “la economía va bien” porque con base en esa afirmación construimos nuestras expectativas, procurando racionalidad, sin embargo, al observar dos de las mediciones más importantes que hace el Dane para situar el estado de la economía en un momento dado, hay que disentir de cualquier afirmación positiva; por ahora.
En primer lugar, en noviembre la producción cayó el -6.4%, las ventas el -7.3%, y el personal ocupado se redujo en -1.9%, en términos reales. Esto comparándola con el mismo mes del año anterior, en lo corrido del año enero – nov de 2023, el panorama no cambia: producción -4.8%, ventas -4.6%, personal ocupado -0.6%, y 34 de las 39 actividades industriales presentan variación negativa.
En segundo lugar, el indicador de seguimiento a la economía (ISE) aunque mostró una mejora significativa en noviembre ubicándose en un crecimiento del 2.3%, recuperando espacio y sobre todo bajando la presión sobre una posible recesión, fue jalonado por actividades primarias, agricultura y explotación de minas y canteras que crecieron el 8.9%, mientas que comercio, transporte y alojamiento cayeron -2.3%, la industria manufacturera cayó el -3.9% y las actividades terciarias fueron jalonadas por la participación del Estado 6.9%.
En tercer lugar, al contrastar los dos resultados, a ninguno le fue bien, en especial al sector que genera empleo: la industria manufacturera, si no es por el agro, que nos lleva salvando tres trimestres junto con la minería, el resultado sería peor, las ventas, que son un fuerte dinamizador del empleo perdieron espacio, y la ocupación de nuevos trabajadores no mejoró. Ya pasaron los tiempos de decir que el multiplicador postpandemia de 2021 y 2022 recalentó la economía, como tampoco está bien seguir argumentando en contra de la política monetaria mientras el gasto del Estado Aumenta desmedidamente (que tampoco va a mejorar las cosas), tampoco es bien visto que se diga en voz baja “control de precios” y menos, un Estado prohibicionista de los hidrocarburos. Todos estos mensajes, tienen la economía empantanada, sin contar con que, en el Congreso, la economía es un mero ejercicio contable donde solo se ve la asignación del gasto, pero no la profundidad de las decisiones de política económica.
Por estos días se habla en Davos de “recuperar la confianza”, claramente el país tiene que recuperarla en los frentes productivo, tecnológico, ambiental, social e institucional y en otros como el tributario y el comercial tiene que flexibilizar, las empresas siempre estarán listas para dinamizar, los emprendedores siempre estarán dispuestos a innovar y la gente siempre preparada para trabajar.
Como dijimos en la columna pasada, si el sector productivo se estanca, lo mismo hará el empleo y las posibilidades de decir que la economía va bien, por ahora estamos en un pantano, ¡sálvese quien pueda! …
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