Hoy se marcará como el día donde el medio televisivo de mayor audiencia en el país dará pie a la perpetuación de la historia violenta que agobió este país durante tantos años a través del “estreno” de otra narconovela. De entrada y sin ser experto en estos temas, me genera curiosidad que se escogiera repetir una novela que previamente se había emitido. De cierta forma me hace pensar que interesa más el entretener mediante el morbo, la violencia y las historias de criminalidad en vez de crear espectáculos que inciten a la curiosidad, la intriga por descubrir nuestro país y sus personajes ilustres, que motiven a la educación, a la formación de pensamiento crítico, de cultura y sobre todo ética y respeto por la vida por encima de lo demás.
Recientemente finalice un curso sobre pensamiento independiente dictado por el maestro Noam Chomsky, durante este curso hubo una frase que me quedo resonando sobre todo al escribir estas palabras:
“Si deseas comprender como una sociedad se desenvuelve, empieza por analizar a quienes están en las posiciones de poder para tomar y/o influenciar decisiones que impactan dicha sociedad”
Uno de estos actores son los medios, en este caso los medios televisivos que estar en la capacidad de llevar un mensaje a millones de hogares dentro de nuestro territorio, les otorgan gran poder, sea para persuadir, influenciar o crear un imaginario representativo dentro de la sociedad que probablemente termina por aceptarse como la “verdad”. Aclarado esto, pensemos además en quienes están detrás de la pantalla pues somos nosotros mismos, sí, con ciertas diferencias que son importante resaltar e imaginar pues terminan por influenciar como interpretamos aquello que vemos pero al final somos consumidores. Todo esto es importante entenderlo para luego reflexionar críticamente y generarnos preguntas que ojalá nos ayuden a orientarnos hacía un sano debate acerca de qué tipo de consumidor somos. Lo anterior partiendo de la premisa que afortunadamente estamos aun en la libertad de decidirlo así haya quienes consciente o inconscientemente no ejerzan esa libertad. Es cierto y triste pero como lo menciona Alejandro Gaviria en su libro “Otro Fin del Mundo es posible:
“El ser humano renuncia voluntariamente a la libertad en busca de la comodidad. “Añoramos la libertad pero amamos las cadenas”.
Hoy gran parte de nuestra sociedad ha caído en la trampa de la pereza, la facilidad, la ingenuidad y la comodidad. Hay quienes toman todo aquello que se envía o ven por distintos medios incluido los televisivos como su verdad, sin reflexión, sin criterio. Peor aún están quienes ven narconovelas como las que se está estrenando y ven un futuro para sus vidas a través de la violencia, del trafico de drogas, del sicariato. Por eso de nuevo planteo la pregunta suponiendo que es de interés de todos que como sociedad salgamos adelante y cada día podamos aspirar a un mejor país ¿Qué intereses pueden existir para que se repitan estas historias de narconovelas? ¿A quién o quiénes beneficia? Y si es claro que posiblemente cambiar una programación televisiva no solucione todo pero insisto porque no pensar en otro tipo de contenido en pro de la sociedad que queremos formar a futuro y no hacerle memoria a la sociedad que fuimos y que dejo atrás tanta violencia y tristeza a este país.
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