“…¿Por qué no habrá caído en cuenta? ¿Acaso es más fuerte el ruido del comité de aplausos de Petro que el clamor de libertad de los colombianos? …”
“[…] A los tres meses de ser presidente se acaba el ELN en Colombia porque se hace la paz” Estas fueron las palabras del en esa fecha, candidato a la presidencia de la República de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego, durante una entrevista para la revista SEMANA, hecha el 14 de marzo del 2021.
Estas mismas palabras llenaron de alegría a mucha de la población colombiana, cansada del asedio constante del Ejercito de Liberación Nacional (ELN) fundado en 1964. Sin embargo, hasta el momento y pasado más de un año del inicio del gobierno del primer presidente de izquierda radical en Colombia, no hemos visto tan siquiera cercana la llegada de tan anhelada paz.
Si, se iniciaron procesos de cese bilateral y unilateral del fuego por parte del gobierno, pero no se ha mostrado tan siquiera la más ínfima señal de paz por parte del grupo guerrillero, dejando cada vez más claro que lo que quieren no es la paz sino la amnistía, e incluso, el continuar delinquiendo sin oposición.
También tenemos que tomar en cuenta el inicio de lo que Petro llamó en campaña, la famosa “Paz Total”, proceso que no ha servido para nada más que permitir que el ELN se vuelva un grupo insurgente más fuerte, es más, hasta personas que participaron del proceso de paz con las FARC, como el exministro y hoy senador de la república, Humberto De La Calle, sugieren reevaluar la ley de Paz Total, ya que es evidente su ineficacia.
De la Calle manifestó durante una entrevista con el periódico El Tiempo “Para reconducir las conversaciones el Gobierno debe forzar una hoja de ruta para terminar con el secuestro del ELN, precisar las consecuencias de su incumplimiento. Creo que eso es prioritario para rescatar algo de confianza en el proceso”
Punto clave que toca De la Calle es el tema del secuestro, mismo que, durante el gobierno de gustavo Petro ha tenido un alza casi exponencial de más de un 100%, en comparación a las mismas fechas del 2022.
(Tomado de: https://www.asuntoslegales.com.co/consumidor/las-victimas-de-secuestros-aumentaron-212-entre-enero-y-abril-de-2023-hasta-131-3632560)
Ahora bien, en el imaginario noble de algunas personas dirían, “Si en Colombia se está reavivando el CAI (Conflicto Armado Interno), es obvio que todas las fuerzas están puestas en acabarlo, ¿No?”
Pues déjeme decirle, querido lector, que puede que suceda así en otros países, sin embargo, en Colombia sucede todo lo contrario (Por lo menos desde que Gustavo Petro es presidente).
Mientras que expresidentes como Álvaro Uribe Vélez hubiera hecho más de una operación como la Jaque, que liberó a la exsenadora y excandidata presidencial Ingrid Betancourt, o Juan Manuel Santos hubiera sentado a los máximos jefes del ELN mientras los hostigaba militarmente (mucho más suave que Uribe), el presidente Gustavo Petro está centrado en el conflicto Hamas-Israel.
El máximo mandatario pretende solucionar los conflictos internacionales de casi milenios, ignorando sus promesas de campaña, mintiendo descaradamente y, como es de costumbre, poniéndose del lado de los terroristas.
Mientras que difunde Fake News (que tanto critica) sobre supuestos mal actuares del gobierno de Benjamín Netanyahu, él es quien mal-gobierna a nuestra querida Colombia, llegando a incluso, ignorar por días al país saliendo de viaje por quien sabe qué o para qué, dejando de lado a esos “nadies” que juró defender en campaña.
Los cuestionamientos son válidos, sin ellos no se haría viviente la democracia, pero, Presidente, si son tan repetitivos, y hasta su misma gente se lo dice,
¿No cree que es hora de hacerles caso?
Si es que es evidente la vergüenza internacional que nos hace pasar Petro, ¿Por qué no habrá caído en cuenta? ¿Acaso es más fuerte el ruido del comité de aplausos de Petro que el clamor de libertad de los colombianos?
A todo esto se le pueden sacar dos conclusiones:
La primera es que Petro quiere lavarse el ego frente a la comunidad internacional, haciéndose pasar por un líder que busca la paz, cuando en Colombia sabemos que no la ha encontrado, y, no es por no dar fe, pero él nunca la encontrará.
La segunda es, que Gustavo Petro cree que Colombia es una potencia mundial, la cual es decisiva en asuntos internacionales, lo cual, pese a que gustaría, no es así. ¿O es que a caso, el canciller Leyva es quien le dice tan errónea información?
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