“Si Colombia quiere una moneda estable, sólida y fuerte debe permitir que haya libre competencia de monedas, que los colombianos podamos hacer nuestras transacciones con la moneda que queramos sin la presencia del Estado”
Desde hace un tiempo se ha venido discutiendo sobre la posibilidad de que nuestra economía se “dolarice”. El tema ha estado y está sobre la mesa pero con una fuerza todavía bastante débil, sobre todo porque los colombianos sostenemos aún que nuestra moneda – el peso colombiano – todavía tiene algún valor y podemos competir con ella.
No es falso que nuestra moneda sea más o menos fuerte o, por lo menos, competitiva en el mercado, pero tampoco es menos cierto que aunque el país ha tenido un manejo macroeconómico mas o menos responsable siempre estamos dependiendo de las fluctuaciones de la moneda más fuerte en términos de intercambio en el mundo, es decir, el dólar, y además, de la irresponsabilidad de la política.
En estas líneas no quiero plantear una posición definitiva sobre la “dolarización” sino abrir el debate sobre las posibilidades que podemos tener y la mejor forma, si queremos, de avanzar en un cambio en el enfoque monetario nacional para – y este es el objetivo – tener una mejor política monetaria en el país.
La pregunta fundamental para iniciar un debate sobre un cambio en el enfoque monetario es si ¿es posible que Colombia se “dolarice”?, en mi opinión si es posible. La idea de un cambio monetario no es nueva y varios países de Hispanoamérica ya lo han hecho, unos “de iure” y otros “de facto”. Entonces no es una idea sacada del sombrero la de pensar en que el sistema monetario colombiano pase del peso al dólar u otras monedas.
La palabra “dolarización” la coloco entre comillas porque no quiere decir que necesariamente tengamos que pasarnos al dólar. Llamamos “dolarización” al cambio de moneda porque, digamos, es la moneda más estable del mundo, pero no se trata de “dolarizar” per se, sino que haya una libre competencia de monedas, es decir, que la gente haga intercambios con cualquier moneda. En palabras técnicas de la economía, ELIMINAR el curso forzoso. (Ver mi columna: https://alponiente.com/eliminar-el-curso-forzoso/).
Varios países de Hispanoamérica lo han hecho “de iure”, por ejemplo, Ecuador en el 2000 “para hacer frente a una crisis de confianza en su moneda local, el sucre.” Echarte Fernández – La dolarización en América Latina. Es el Ecuador el primer país en la región en adoptar el dólar como moneda oficial para salir de una crisis de confianza en la moneda. Es además el país que parar salir de una crisis tremenda en términos monetarios decidió cambiar su moneda local, es decir, eliminar el curso forzoso, para estabilizar la economía. Con la adopción del dólar bajó la inflación y las tasas de interés. La crisis que hoy golpea Ecuador en términos monetarios es causada por las medidas irresponsables de los políticos.
De igual manera, El Salvador también transitó hacia el dólar el primero de enero del 2001. El proceso de dolarización en El Salvador no fue el mismo que el del Ecuador, toda vez que este país NO tenía un problema inflacionario ni una crisis económica ni financiera, al contrario, El Salvador tenía una estabilidad macroeconómica impecable. El motivo por el cual el país centroamericano tomó la decisión de pasar del colón al dólar fue estrictamente ideológico. Creyeron que con una moneda fuerte, solida y estable el crecimiento económico del país seria boyante y así fue. En términos económicos la dolarización en El Salvador redujo las tasas de interés bancarias que si estaban elevadas. En este caso podemos concluir, basados en la evidencia empírica, que “dolarizar” o abrir el mercado de monedas SÍ se puede hacer aun cuando no haya crisis económicas.
Eliminar el curso forzoso en Colombia, es decir, permitir la libre competencia de monedas para el intercambio sería una muy buena decisión por varios motivos. Primero, nuestra moneda no estaría preocupada por la devaluación sino que estaríamos a la vanguardia de un mercado libre para hacer nuestros intercambios como queramos. Segundo, el liberar el mercado de monedas indispensablemente haría que se implosionara, se eliminara el Banco de la República de Colombia (BRC), este banco al no poder emitir moneda de curso forzoso ya no tiene sentido que exista. Tercero, nuestra economía tendría que abrir su economía más, es decir, acentuar en un grado máximo la apertura económica. Cuarto, al permitir que dentro de la nación circulen todas las monedas, que los ciudadanos elijan con cual moneda hacer transacciones esto abre la posibilidad de que el Estado no meta sus cochinas manos en nuestros negocios y que mucha más gente del resto del mundo venga a invertir y a dejar su dinero a cambio de más empresa, más productos de calidad, mejor capital, mejores precios y salarios competitivos.
Esta discusión no puede ser cerrada a mis palabras que son solo UNA opinión, otras personas tendrán muchas opiniones, pero dejar sobre la mesa la discusión de que Colombia puede dejar su curso forzoso y abrirse a la economía mundial a través de la libre competencia de monedas es una oportunidad que, la gente normal, no puede dejar pasar. Creo que la gran mayoría de los colombianos queremos tener empresas o mejores trabajos con buenos sueldos, una de las maneras de hacerlo es que cada uno podamos hacer transacciones con la moneda en la que nos pongamos de acuerdo y no una que maneja el Estado y que cada día y, sobre todo, cuando ellos quieren, la devalúan.
El 19 de noviembre de este año (2023) se celebran elecciones presidenciales en Argentina, uno de los candidatos, el economista “liberal-libertario”, Javier Milei tiene esta propuesta. Sería importante ver cómo puede cambiar a la Argentina de ser un país con una moneda devaluada a permitir que la gente use la moneda que quiera y pueda así volver a ser un país del primer mundo como lo fue a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
¡COLOMBIA SI PUEDE Y DEBE DOLARIZARSE!
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