recuerde que la democracia nos da un poder que debemos reconocer, aprovechar y saber utilizar con mucha consciencia, inteligencia y un sentido de bienestar común. No hay nada más satisfactorio que elegir por convicción y amor patrio.
El próximo 29 de octubre los colombianos tenemos una gran misión: superar la apatía hacia la política y asumir una postura concreta a través del voto. No se trata solamente de un compromiso personal o de grupo sino de un compromiso con el futuro del país que se construye desde las regiones.
La democracia, con todo y lo que haya por mejorar, es la mejor manera de elegir los liderazgos, las visiones políticas y los programas de gobierno con los que sintamos afinidad. Lo mínimo que hay que hacer es elegir con plena consciencia el conjunto de candidatos por los que vamos a votar.
Cada uno define los criterios desde los cuales hace ese ejercicio y toma la decisión. Desde mi punto de vista, hay 3 de esos criterios que son valiosos para hacer una elección seria con el país:
- ¿Quién es el candidato o la candidata? Un buen político se conoce por las mismas cualidades por las que se conoce a un buen ser humano: por sus principios, sus valores y su visión de la vida. No es suficiente elegir a un político con carisma, buen discurso o experiencia pública si a la hora de gobernar o hacer su gestión va a seguir reproduciendo males como la corrupción o la violencia. Conozca a su candidato o candidata por sus virtudes.
- ¿Cómo ha hecho su campaña política? Un buen político se conoce desde su campaña, la forma de conducirla y el equipo de trabajo del que está rodeado. Si es un candidato que está en la calle permanentemente, sabe escuchar, trata con humildad y respeto a la gente y tiene un estilo de liderazgo auténtico, hay más probabilidades de que así mismo gobierne o haga su gestión pública. Conozca a su candidato o candidata por su estilo de hacer campaña.
- ¿Qué podemos esperar de él o ella? Un buen político se conoce porque tiene en su cabeza el territorio que busca gobernar o en el que quiere incidir políticamente. Si su candidato reconoce los problemas, sueños e intereses de la gente, pero además tiene planteamientos claros y realizables sobre la manera de gestionarlos, los ciudadanos tendrán más garantías de que sea un político efectivo y cumpla realmente lo que prometió. Conozca a su candidato o candidata por lo que propone.
Finalmente, recuerde que la democracia nos da un poder que debemos reconocer, aprovechar y saber utilizar con mucha consciencia, inteligencia y un sentido de bienestar común. No hay nada más satisfactorio que elegir por convicción y amor patrio. Eso sí, cerciórese de votar bien, marcando realmente los logosímbolos, rostros o números de los candidatos de su preferencia.
¡Y que viva la democracia!
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