“Resulta muy alegórica esta conmemoración justo en los días en que en la franja de Gaza se produce la embestida israelí contra la población palestina a partir de una operación militar sin proporciones ni miramientos humanitarios o protectores de los derechos humanos, atrocidades muy parecidas a lo que hace 21 años ocurrieron en la comuna 13.”
Hace 21 años también transcurrían días tristes por los hechos de la guerra. Desde las calles y balcones de los barrios aledaños a la comuna 13 muchos miraban con asombro y angustia que numerosos helicópteros artillados surcaban el aire rumbo a los barrios de esa comuna para enfrentar militarmente a grupos de milicianos que se ocultaban entre las calles y las casas, para abrirles fuego de manera indiscriminada.
Se cumplen 21 años de la infame operación Orión en la Comuna 13. Su principal perpetrador, quien dio la orden, se muestra complacido y repite en público que fue él quien la dio. Al margen de que los psicópatas puedan hacer ejercicios de reconocimiento sin que ello les implique culpa alguna, es un acontecimiento que ha dejado una marca de dolor y pérdida colectiva que aún no se borra y que debe acarrear pronta y cumplida justicia frente a esos crímenes.
Este sábado 14 de octubre las valerosas Mujeres caminando por la verdad, organización de madres, esposas, abuelas, hijas, novias, tías y demás familiares de personas desaparecidas durante esa operación militar, que luchan por la reconstrucción de la memoria, la justicia, la verdad y la no repetición, dijeron en el acto simbólico de conmemoración, que al día siguiente de haber comenzado el operativo, ya se registraban 8 personas desaparecidas, además de múltiples homicidios, numerosas personas detenidas injustamente, el masivo desplazamiento forzado que se produjo como reacción ante la barbarie desatada, el confinamiento de los pobladores, los daños materiales y otras muchas afectaciones.
Resulta muy alegórica esta conmemoración justo en los días en que en la franja de Gaza se produce la embestida israelí contra la población palestina a partir de una operación militar sin proporciones ni miramientos humanitarios o protectores de los derechos humanos, atrocidades muy parecidas a lo que hace 21 años ocurrieron en la comuna 13.
Las lecciones obtenidas hasta ahora han sido muchas y aunque los resultados esperados sobre el esclarecimiento de los hechos y la localización e identificación de las personas desaparecidas son parciales, poco a poco se va armando el mapa de lo sucedido, lo cual ha permitido conocer que en el sector de la Escombrera y la arenera en la comuna 13 se ocultaron los cuerpos de múltiples víctimas; pero que esos no son los únicos lugares que se emplearon con el objetivo de tapar la verdad, sino que en muchos otros lugares de la comuna y fuera de ella se sabe de la existencia de fosas comunes y otros lugares de enterramiento clandestino de los cuerpos, como por ejemplo el Jardín Cementerio Universal donde la JEP ha impuesto medidas cautelares con fines de desarrollar la búsqueda e identificación.
De igual manera se desarrollan múltiples ejercicios de búsqueda humanitaria a partir de procesos de memoria y acompañamiento a las familias buscadoras, aunque lo que resulta más penoso es reconocer que el fenómeno de la desaparición no ha cesado y que muchas dinámicas del conflicto armado que han servido de marco para las desapariciones, si bien han cambiado con el tiempo, persisten en sus características más identificables.
En esta ocasión, bajo un cielo de sol eclipsado, las mujeres y el resto de la comunidad exigen la concreción de la paz integral, al tiempo que la verdad y la justicia tampoco sean eclipsadas desde la tentativa del olvido o la negación en que un sector de la dirigencia política del país sigue empeñada.
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