“Las “foto-multas” son un mecanismo por el cual los burócratas se llenan los bolsillos de plata robándoselo a la gente humilde y trabajadora. Esa medida debe ser revocada. No le roben más a la gente.”
Los debates siempre deben iniciar desde el punto de vista de lo ético y lo moral, es decir, de lo que está bien y de lo que está mal. Una política pública nunca se debe analizar por sus intenciones – a lo mejor todo el mundo tienen buenas intenciones – sino por sus resultados decía el Premio Nobel de Economía (1976) Milton Friedman.
El problema es que los que están en el Estado nunca prevén los resultados de sus políticas públicas, la razón está en que ellos dicen hacer proyectos para mostrarse a la opinión pública que están haciendo algo por la ciudadanía. Es tal el descaro que se creen Dios que pueden dirigir la vida de la gente. Un absurdo mayúsculo.
Aquellos que están en el poder político y que tienen “poder de decisión” no saben nada, solo saben cobrar un sueldo alto que lo provee la ciudadanía trabajadora pero los resultados de ese trabajo son malos, pésimos, una autentica porquería porque siempre abusan de la gente, disminuyen el nivel de vida y aumentan el malestar de la población. Siempre lo hacen todo mal.
En Bogotá tenemos un ejemplo claro: la administración de Claudia Nayibe López. Una persona que se “educó” para dirigir la vida de la gente trayendo como consecuencia malestar y perjuicios a la capital colombiana. Desde que se posesionó no ha hecho otra cosa que romper la ciudad, empeorar la seguridad, la movilidad y la calidad de vida de todos los habitantes, en otras palabras, un auténtico desastre.
Claudia a través de la Secretaría Distrital de Movilidad impuso una serie de sanciones a los bogotanos para, según ella, educarlos y que fueran mejores ciudadanos al volante– al parecer Claudia cree que los bogotanos somos unos inválidos mentales que no sabemos cómo conducir –.
Se crearon las famosas “foto-multas” para dizque proteger a los ciudadanos, evitar accidentalidad y hacer que la gente que conduce tenga conciencia al momento de movilizarse con su vehículo por la ciudad. Crearon un mecanismo de robo con argumentos pírricos para sustentar tal barbaridad.
Desde el plano moral robar está mal, luego las “foto-multas” que son un robo también están mal. Dicho esto, ahora hay que observar desde el plano empírico si esa medida coactiva ha funcionado, la realidad dice que no ha servido para bajar los índices de accidentalidad y siniestralidad vial y proteger a los ciudadanos. Esa medida solo ha servido para sacarle plata a la gente trabajadora.
La administración distrital dice que esa medida coactiva se da para salvar vidas, lo cual es falso, los niveles de accidentalidad han aumentado, esto es, impusieron una medida para evitar tragedias y lo que hemos visto es que se han incrementado, lo cual nos deja abierta la posibilidad de preguntarnos lo siguiente: ¿A dónde está llegando toda la plata que le roban a los ciudadanos por “foto-multas” que no cumplen con salvar vidas?
El economista austriaco, Ludwig von Mises decía que una cosa es el altivo investigador – el burócrata – y otra el hombre práctico – el ciudadano –. Mises anotaba que el altivo investigador se encierra en una torre de marfil, impone sus investigaciones y proyectos dejando de lado la connotación subjetiva y empírica de la gente mientras que el hombre práctico desea elevar el nivel de vida suprimiendo el malestar de la gente en el mayor grado posible analizando si sus proyectos son los mejores para implementarlos.
Queda claro que la administración distrital es aquel altivo investigador que solo impone sus proyectos porque creen que son los mejores sin observar el impacto sobre quienes recaen. Las “foto-multas” no han salvado vidas, tampoco han educado ni mucho menos ha mejorado la movilidad; lo que sí ha hecho esa imposición es sacarle plata a la gente, desincentivar el uso del carro particular y hacer que la accidentalidad aumente.
Así que las “foto-multas” se deben ELIMINAR como medida dizque para salvar vidas, ese mecanismo únicamente le roba a la gente trabajadora su dinero, llena los bolsillos de los burócratas de la Secretaria de Movilidad y el problema sigue intacto y con un crecimiento exponencial. Siempre el Estado le arruina la vida a la gente, todo lo que toca lo destruye.
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