«El ambiente electoral se ha tornado muy espeso como para identificar las propuestas, ya que pareciera que lo único que les interesa a los políticos, es destruir a su opositor”.
En México estamos viviendo unos tiempos electorales muy adelantados. Esto no sería malo si los políticos propusieran ideas, explicaran sus proyectos y delinearan claramente lo que ellos suponen es lo mejor para la sociedad y el país.
En cambio, el ambiente se ha tornado muy espeso como para identificar las propuestas, ya que pareciera que lo único que les interesa a los políticos, es destruir a su opositor.
Esto también ha sido impulsado en cierta medida desde la postura que ha mantenido, sobre todo en los dos últimos años, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que utiliza sus conferencias mañaneras para expresarse sobre sus opositores, a veces de manera poco cordial y otras de manera irónica.
Las cosas han empeorado ahora que se adelantaron las campañas, ya que de manera disfrazada (porque la ley establece que hasta noviembre comienza formalmente el proceso electoral para el 2024) los candidatos se ha enfrascado en ataques para denigrar a sus oponentes.
Desde el gobierno federal, se han dedicado a atacar a Xóchitl Gálvez, la candidata del Frente Amplio por México (el bloque opositor) de todas las maneras posibles.
Incluso algunos miembros de Morena (el partido en el poder) amagaron con exigir a las autoridades de la CDMX que demolieran su casa, con el argumento de que no tiene los permisos para ser habitada.
Ahora a través de redes sociales, se corrió el rumor de que cometió plagio en su tesis de titulación como ingeniera en sistemas y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ya investiga el caso.
Ha sido tal escándalo, que Xóchitl Gálvez ha tenido que aceptar que de alguna manera, cometió errores en las citas de los documentos o textos utilizados en su tesis, lo que hace suponer que el trabajo presentado puede tener irregularidades e incluso plagio de otros documentos.
Pero el problema de Xóchitl Gálvez es que su estrategia ha sido solo defenderse de los ataques. A pesar de sus intentos (muy pobres por cierto) de presentar propuestas y delinear lo que podría ser su gobierno si gana las elecciones presidenciales, no hay nada claro en sus ideas y todo se queda en los contra ataques que hace hacia AMLO y el gobierno federal.
Es decir, jugar solo al papel de la víctima no es suficiente para tener alguna ventaja en las elecciones. Sin embargo, ni Xóchitl Gálvez ni los partidos que la apoyan, son capaces de crear una narrativa propia que se aleje de la figura de AMLO y solo se han limitado a destruir de manera mediática (con muy pocos resultados positivos para ellos) todo lo que hace el presidente o su gobierno.
Y en esa dinámica de guerra campal en la que se ha convertido la escena política en México, de manera sorpresiva AMLO salió a defender al gobernador de Nuevo León, de lo que el presidente calificó como ataques injustificados de la oposición hacia Samuel García.
Todo parece indicar que Samuel García se ha convertido en uno de los preferidos del presidente López Obrador, ya que no solo lo considera como una buena opción para que se convierta en candidato presidencial del partido Movimiento Ciudadano, sino que además lo defiende de manera pública.
Según AMLO, sus opositores “están maltratando” de manera sistemática a Samuel García y dijo que está “siendo atacado de manera injustificada”, ya que el presidente calificó de muy buena la gestión que está realizando el gobierno de García en Nuevo León.
Estas declaraciones de López Obrador con respecto a Samuel García, alcanzan algo de trascendencia ya que la oposición ve al gobernador de Nuevo León, como una amenaza real rumbo a las elecciones presidenciales de 2024, ya que podría quitarles muchos votos y debilitar al Frente Amplio por México, todavía más ante Morena.
Es decir, son movimientos estratégicos que parecen tener solo un objetivo: destruir al enemigo. Para eso hay que aliarse con todos los que estén en contra de mis enemigos y en este entorno, bien puede aplicar esa premisa de que “todos aquellos que no están conmigo, están contra mi”; o viceversa.
Pero lo realmente preocupante, es que en medio de esa guerra discursiva y de ataques, las propuestas y las ideas quedan muy relegadas, solo importan las declaraciones, que mientras más encendidas y bravuconas, más peso parecen tener.
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