Colombia es el país del mundo con la mayor experiencia en programas de reincorporación. El sino trágico de una guerra que parece interminable ha estado permanentemente acompañado del diseño e implementación de múltiples programas de reinserción, reintegración y reincorporación. Con modelos a escala nacional, regional o local; desde enfoques diferenciales, étnicos, territoriales o comunitarios. De ahí que aquello de reincorporar al “contrato social” a quienes empuñaron las armas se haya convertido en una política pública frecuente en las últimas décadas.
Ahora bien, esta vasta experiencia -que ha estado acompañada por una sólida arquitectura institucional-, no desestima que con la expectativa generada en el marco de la estrategia de la paz total, con varias negociaciones políticas y diálogos socio- jurídicos en curso, se presente la oportunidad de diseñar nuevos modelos de reincorporación que, atendiendo a las particularidades de cada actor armado, permitan generar las condiciones suficientes para evitar el reciclaje de las violencias y la victimización de quienes dejan las armas para apostarle a la paz.
Porque sí somos optimistas y la paz total llega a buen puerto, logrando sacar adelante los diálogos políticos con las guerrillas, así como los procesos de sujeción o sometimiento con los grupos de autodefensas y las bandas delincuenciales urbanas, un estimativo arrojaría que cerca de 40 mil integrantes de estas estructuras tendrán que contar con un oferta psicosocial, económica e institucional que permita que su tránsito a la legalidad resulte siendo sostenible.
Es claro que la reincorporación no se reduce a la mera asignación de un subsidio o el ingreso a una oferta pública de empleo, pues debe ser un proceso multidimensional de corto, mediano y largo plazo; con profundas implicaciones en la vida personal, familiar y especialmente social de quien depone las armas. Por eso, con cada proceso de paz llegan nuevas exigencias, posibilidades y retos para los modelos individuales o colectivos ya implementados.
Aunque tampoco se puede caer en la ingenuidad de pensar que los procesos de reincorporación solo se limitan a los alzados en armas, porque muchas de estas personas desde sus estructuras armadas han construido prácticas sociales y políticas en las comunidades donde operan, lo que no se puede desechar de tajo en el diseño de modelos productivos o asociativos que propugnen por la estabilización de la reincorporación en entornos comunitarios, ya que, si el énfasis solo se pone en lo inmediato o lo mediático (la foto para la galería), el proceso corre el riesgo de construirse sobre cimientos frágiles.
De ahí que en el marco de la paz total se deba tener presente ese recorrido histórico de lecciones aprendidas; es decir, aquella memoria social e institucional de lo que han sido las experiencias de reincorporación en las últimas tres décadas, con sus bondades y defectos, para así, diseñar modelos integradores que sin dejar de lado lo viejo, presenten una oferta novedosa, creativa, co-construida con los actores armados en los procesos de diálogo, legitimada en las comunidades y, en la medida de lo posible, con mayor énfasis en las experiencias asociativas.
Pero lo más, lo más importante por encima de cualquier cosa, es que sean modelos que impidan que los reincorporados sean victimizados, hostigados o estigmatizados. Aunque ese es un compromiso que también debemos asumir como sociedad -como un gran acuerdo nacional- con aquellos que buscan una segunda, tercera y hasta una cuarta oportunidad en la sociedad. Porque si no entendemos que debemos recibir a los reincorporados con los brazos abierto y no con la mano empuñada, no le estaremos aportando a una verdadera construcción de paz.
Sin duda, la mayor tragedia en nuestra guerra interminable ha sido precisamente esa exclusión, ese rechazo y esa victimización que tienden a conllevar al perpetuo reciclaje de las violencias. Así que no me cabe la menor duda de que también nos debemos reincorporar como sociedad.
*Desde la Plataforma de seguimiento al proceso de diálogo entre el gobierno y el ELN -Isegoría- se pueden encontrar una serie de análisis, columnas, boletines, documentos académicos, y reportajes periodísticos relacionados con este proceso. Toda esta información se puede consultar en el sitio https://isegoria.udea.edu.co/
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