Empresas Públicas de Medellín es la segunda empresa pública más importante del País después de Ecopetrol. Genera energía limpia con base en los embalses, además de las térmicas y los proyectos de energía eólica y solar. Con energía es que se mueve un País.
En la Alcaldía de Sergio Naranjo se decidió a través de Acuerdo del Concejo que EPM le trasladara al Municipio de Medellín hasta el 30% de sus utilidades. Pero las alcaldías anteriores: Luis Alfredo Ramos Botero, Omar Flórez Vélez, Juan Gómez Martínez, William Jaramillo Gómez, Pablo Pelaez González, Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, Alvaro Uribe Vélez, José Jaime Nicholls, Bernardo Guerra Serna y otros, nunca usaron utilidades de EPM para gastárselas en programas de gobierno del Municipio. Primer zarpazo a EPM.
En la alcaldía de Sergio Fajardo Valderrama (2004-2008) se hizo un Convenio con EPM para trasladar al Municipio de Medellín hasta el 55% de las utilidades de EPM. Violento segundo zarpazo a los proyectos de EPM. Sus utilidades debieron haber sido destinadas para crecer, para mejorar sus procesos, para rebajar tarifas, para ser más eficientes, para crecer, para desarrollar más proyectos de generación, para ofrecer un mejor servicio.
En la alcaldía de Daniel Quintero Calle, como se lee en la página 14 de la Exposición de Motivos del proyecto de Acuerdo 135, se propone al Concejo aprobar que EPM le transfiera al Distrito de Medellín, el 80% de las utilidades. Presentándose ya un desfalco grosero y descarado a la Caja de EPM.
Hay que recordar que la caja de EPM ha sido resentida por varios sucesos: 1- El atraso del proyecto Hidroituango que no ha permitido que ingresen a EPM los dineros producto de la venta de energía que estaban proyectados para tiempos pasados; 2- Las multas que le han sido impuestas a EPM por la ANLA (Agencia de Licencias Ambientales) por incumplimiento de normas ambientales en el proyecto Hidroituango; 3- El pago del préstamo del BID que se había obtenido con bajos intereses y a largo plazo; 4- La “Congelación de las tarifas de los servicios públicos”; 5- La no contratación aun de 4 turbinas de las 8 proyectadas. Las dos turbinas que hoy están en funcionamiento generan un millón de dólares diarios a Hidroituango; 6- La compra de Afinia que genera pérdidas; 7- El interés en comprar la Triple A que genera energía en la costa; 8- El valor que dice una nota a estados financieros que perdió EPM en UNE como activo por un billón de pesos.
Todas las anteriores razones obligan a ser precavidos, cuidadosos y serios para pensar en hacer transferencias por el 80% de las utilidades de una empresa con semejantes riesgos. EPM es nuestra Gallina de los Huevos de Oro. Recomiendo volver a leer la maravillosa fábula de Esopo para comprender la irresponsabilidad que sería aprobar el proyecto de Acuerdo en que está empeñado Quintero Calle y algunos concejales acólitos de la administración más triste y desvergonzada que ha pasado por Medellín.
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