(…) “nuestro basilisco camina con pies de confusión y de ingenuidad, con piernas de atropello y de violencia, con un inmenso estomago oligárquico; con un pecho de ira, con brazos masónicos y con una pequeña, diminuta cabeza comunista, pero que es la cabeza. este es el resultado de una elaboración mental. es la deducción que se hace de la consideración de los últimos hechos del país, con el cuidado con el que un químico en un laboratorio seguirá la trayectoria de las reacciones para sacar la conclusión; así tenemos que el fenómeno mayor que ha ocurrido en los últimos tiempos, el 9 de abril, fue un fenómeno típicamente comunista, pero ejecutado por el basilisco. la cabeza pequeña e imperceptible, lo dispuso, y el cuerpo lo llevó a cabo para vergüenza nacional.
Todos vosotros sabéis que el fenómeno actual del mundo es la sucesiva caída de unos países y otros tras el telón de acero. ahora bien: esa caída se ha producido sin ninguna excepción en todos los casos, por el procedimiento del basilisco: una aglomeración, el frente popular como se llamó en tiempo la confusión de las izquierdas donde la pequeña cabeza comunista no es perceptible, va adelantando con esos pasos tenebrosos con que está caminando en Colombia, hasta que llega el momento en que el telón cae definitivamente y las naciones unas tras otras sucumben en la más terrible destrucción.
Ahora bien: para los colombianos todos, pero muy particularmente para los conservadores, la vida sin libertad no vale la pena ser vivida. la libertad no es un hecho, la libertad no es un derecho siquiera. La libertad es una recompensa y solo la disfrutarán los que saben merecerla. Por eso con inmenso júbilo vengo a unirme a vosotros en la alegre, la decisiva, la enérgica y fuerte lucha de salvar la libertad amenazada en Colombia como nunca antes estuviera, para decirle al país y deciros a vosotros que la única solución que tiene la patria es la solución conservadora, porque cualquiera otra que se vislumbre aún dentro de la perspectiva más remota, ocasionará indefectiblemente la ruina de la libertad y la muerte de la república”… [1. Henderson, James. Cuando Colombia se Desangró. El Ancora editores. Bogotá. 1984. página 168.].
Laureano Gómez fue Presidente de la República de Colombia y líder indiscutible del Partido Conservador entre 1930 y 1957. El 24 de junio de 1949 en una nutrida manifestación conservadora en la ciudad de Medellín, pronunció el famoso discurso al que la historia llamó El Basilisco. Era la época en que había nacido la Unión Soviética, después de la segunda guerra mundial, y había atrapado a los países que cayeron bajo su bota en su inexorable invasión hasta Berlín en 1945.
Ya sabía, la portentosa inteligencia de Laureano Gómez, que el comunismo era el director de la orquesta, y que el liberalismo radical, director entre 1840 y 1886, masón, incautamente, había sido cómplice, o “idiota útil”, de la causa. También se refería Laureano al liberalismo que se dejó llevar por “El Frente Popular” francés y español que inundó a Europa entre 1930 y 1950.
Lo que no podía preveer Laureano Gómez, era que el propio partido conservador se dejaría atrapar, a través de su “inmenso estómago oligárquico”, en el Concejo de Medellín, para dejarse llevar, junto con el partido liberal, por el verdadero monigote del actual comunismo, Daniel Quintero Calle, alcalde nefasto de Medellín, que hace las veces de “los pies de confusión e ingenuidad” y que hace caminar a la ciudad “con piernas de atropello y de violencia”, quien ataca en forma directa la democracia participativa que se había logrado en Medellín, a nuestra clase empresarial, a nuestras costumbres, a nuestras instituciones, a nuestro proyecto energético más importante (Hidroituango), y al corazón de Antioquia: Empresas Públicas de Medellín.
El centralismo asfixiante, violador de la constitución autonómica y participativa de 1991, a través del Consejo Nacional Electoral y de la Registraduría Nacional del Estado Civil, designado ésta por aquel, controlados ambos por los dos partidos, liberal y conservador, que hoy hacen de cuerpo del mencionado Basilisco, han asfixiado la Revocatoria de Medellín, proceso democrático que cumplió con todos los requisitos constitucionales y legales. La Historia dará la razón a quienes nos empeñamos en devolverle a nuestra ciudad su dignidad.
Así como Laureano Gómez en 1949 abrió los ojos a los conservadores, pongo de manifiesto las realidades locales en Medellín para demostrar que el Basilisco conformado en su cuerpo por los dos partidos tradicionales (liberales y conservadores), está dirigido por “una pequeña, diminuta cabeza comunista, pero que es la cabeza” que es el actual Presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, amenazando nuestra Libertad.
Amenazada nuestra libertad por las liviandades de los inconformismos, por las ligerezas de las mocedades, por las irresponsabilidades de quienes quieren llegar a la alcaldía de Medellín a toda costa, aun a costa de nuestro mayor bien, les recuerdo lo que expresó Laureano en el discurso citado: “…, la vida sin libertad no vale la pena ser vivida. la libertad no es un hecho, la libertad no es un derecho siquiera. La libertad es una recompensa y solo la disfrutarán los que saben merecerla.”
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