La educación ha tomado otra vez un papel mediático luego del paro y negociación entre FECODE y el Gobierno que terminó en un aumento del salario de los docentes. Si bien estoy de acuerdo con reconocer el labor de los maestros con un salario digno por mucho tiempo hemos dejado a un lado la discusión tipo de educación que tenemos en el país.
Se ha dado visibilidad a la calidad educativa en varias ocasiones con la vergonzosa posición de Colombia a nivel mundial en las pruebas PISA. El Ministerio de Educación esta entrenando los colegios que van a presentar las pruebas este año amañando de cierta forma el resultado ya que las mismas medidas no se van a implementar en los otros colegios del país. Finalmente si nos va mejor en las pruebas PISA va ser sólo una medida simbólica por que los otros colegios que no presentaron las pruebas van a quedar en las mismas condiciones que antes. No son cambios estructurales y reales en la educación. Son sólo buenas intenciones y comunicados de prensa.
Si queremos una verdadera transformación en la educación tenemos que mirar más allá de unos indicadores de pruebas internacionales y nacionales. Tenemos que empezar una discusión sobre la formación que estamos dando en las escuelas. ¿Vamos a seguir formando bajo una mirada industrial donde todo es memorizar y repetir o vamos a formar individuos con capacidad de reflexionar y pensar?
En un mundo altamente cambiante necesitamos re-crear la educación y los valores que deben emular de esta. No podemos seguir educando maquinas con contenidos irrelevantes de la realidad del país y la sociedad. El conocimiento base que en el pasado era fundamental hoy esta al alcance de un gran porcentaje de la población a través de las nuevas tecnologías. El valor no es el conocimiento sino la capacidad de usar este para pensar.
Lastimosamente la gran mayoría de colegios y universidades se quedaron atrapados en un modelo educativo de arriba hacia abajo. Los profesores dictan clase e imponen la memorización como método de aprendizaje. Hay pocos espacios para debatir, retar y reflexionar sobre el contenido que se aprende en el aula. La educación se ha transformado en un valor económico y no humano. Vemos la educación como un producto para vender y no una oportunidad de sacar lo mejor de cada individuo.
Cada persona tiene pasiones y anhelos diferentes en la vida. Por eso la educación tiene que dejar de ser operativa. Los maestros deberían actuar como facilitadores que generan asombro en sus pupilos. Necesitamos formar individuos con capacidad de adaptarse a los nuevos retos que trae el mundo cada día.
Estos cambios estructurales del modelo educativo son muchos más complejos que aumentar un salario o preparar unos colegios para unos pruebas internacionales. Son transformaciones que no se van a ver en la prensa. Sin embargo son los cambios que pueden construir un mejor país a largo plazo. Tenemos que humanizar la educación.
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