“Quietismo. Es una forma heterodoxa de misticismo, en auge durante el siglo XVII, que reduce nuestra vida espiritual a un acto continuado de contemplación de Dios -la oración de quietud- sólo posible en un ambiente espiritual de total suspensión y aniquilamiento de nuestras potencias espirituales.” (Joaquín Carreras Artau; Quietismo; Pag. 436; Diccionario Literario; Tomo I; Movimientos Espirituales; Montaner y Simon S.A.; González Porto-Bompiani; Barcelona; 2 ed; 1967)
Se me ha ocurrido pensar que, ante la subida al poder de Gustavo Petro, y la violación de los derechos constitucionales fundamentales por parte de la Registraduría y del Consejo Nacional Electoral que han imposibilitado a Medellín a ejercer su sacrosanto derecho a la revocatoria del infame Quintero Calle, se podría percibir una oleada de Quietismo.
No es tiempo de Quietismo. La consigna es recuperar el País de las garras del comunismo, del freno en seco de la economía, del desgobierno inmediatista fundado en un Twitter, de la violación el Estado de Derecho sacando criminales de las cárceles en razón de que cumplieron su misión contra la Tributaria de Duque, de la destrucción de los ingresos del País (Más del 60% de las exportaciones son por exportación de petróleo, gas, carbón) al decidir suspender nuevos permisos de exploración y de explotación; de los intereses para desmembrar a Antioquia; del populismo al no exigir SOAT a las motos cuando en la gran mayoría de accidentes esos vehículos están comprometidos; de gravar los predios por Valorización en forma abrupta, sin estudios, cuando estaba programado para ello con peajes; de acabar con las empresas y los procesos productivos para entregar todo en manos del comunismo.
No es tiempo de Quietismo. La recuperación del rumbo del País se deberá dar en estas próximas elecciones regionales de manera que las alcaldías, los concejos, las gobernaciones y las asambleas, además de Juntas de Acción Comunal, vuelvan a las manos de aquellos que no vamos a permitir que nuestro País zozobre en manos de la incompetencia de los guerrilleros, se hayan o no amnistiado, y de los comunistas que consideran que el camino es la pobreza y la ignorancia para poder sojuzgar a quienes caen en las mismas.
¡No es tiempo de Quietismo! Si la Constitución Nacional dice que Colombia es un País con Autonomía de sus entidades territoriales (art. 1), y las entidades territoriales son los Departamentos y los Municipios (art 286 CN), pues las decisiones sobre el País deberán venir de abajo hacia arriba y no al contrario. Esto es, que las próximas elecciones nos pueden permitir reversar el detestable proceso que nos han impuesto Gustavo Petro y Quintero Calle. Es desde abajo que podemos retornar a las sendas del progreso, la participación, la confianza inversionista, la seguridad, la cohesión social, la austeridad del Estado.
¿Qué Partido Político se ha declarado en oposición al Gobierno Central de Gustavo Petro? Y ¿qué Partido Político se ha declarado en oposición al Gobierno de Daniel Quintero Calle? Solo el Centro Democrático.
Si ello es así, y hay que actuar, porque no es tiempo de Quietismo, la contundente y simple lógica considera que la única alternativa seria en las próximas elecciones es el Partido Centro Democrático. Lo otro serán ensayos, posibilidades, aventuras, tal como la de Daniel Quintero Calle.
Llamo a la reflexión ciudadana porque todavía estamos a tiempo. Llamo a dejar el Quietismo, a inscribir las cédulas, a participar activamente en las elecciones del mes de octubre del 2023. Pongo a consideración, de Medellín, mi aspiración a ser nuevamente Concejal de Medellín por el Partido Centro Democrático.
¡No es tiempo de Quietismo!
Los colombianos votamos, no lloramos.
Llamado urgente a la acción.