Me senté a escribir esta mi columna semanal para el portal Al Poniente en la sede de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, (llamada Escuela de Minas por sus egresados más antiguos), cuna de la carrera Ingeniería Administrativa, profesión que marcó el camino de los estudios gerenciales en la Universidad Nacional de Colombia en su sede de Medellín como herencia de las enseñanzas del ingeniero Alejandro López.
Durante el reciente fin de semana compartí con un centenar de ingenieros administradores, graduados entre los años 1990 y 1995, una “jornada de reencuentro” llena de sensaciones positivas y expresiones de amistad.
Hay generaciones de estudiantes con los cuales uno como profesor logra una mayor empatía, y en las cuales los lazos que se tejieron, antes de diluirse con el paso del tiempo, se refuerzan en la memoria y en los recuerdos cual semillas que florecen en las vidas profesionales de hombres y mujeres que asumieron su profesión y sus ciudadanías en toda su intensidad. Reconozco y valoro una gran identificación con esta generación.
Cuando se escriba la historia de Ingeniería Administrativa se tendrá que hablar obligadamente de este grupo de estudiantes, que yo quiero llamar “Generación Imagen”, porque dejó una huella impactante para las próximas generaciones.
Esta jornada de reencuentro me motivó a hacer una reseña breve de la historia del ya histórico “Grupo Imagen”, tal vez el primer grupo estudiantil que impactó a la comunidad académica de la Universidad Nacional de Colombia en la sede de Medellín.
Como director académico de Ingeniería Administrativa, a finales de los años ochenta, me tocó liderar la solución de un problema de visibilidad de dicha carrera: era una opción relativamente desconocida por los empresarios, lo que se convertía en un limitante para la búsqueda de opciones de empleo por parte de los nuevos egresados.
Después de hacer una diagnóstico del currículo académico con el Comité Asesor de la carrera, un organismo muy importante en la Universidad Nacional de Colombia, encontramos que su malla de materias era pertinente y respondía en su momento a las necesidades del medio. Entonces el trabajo desde lo académico consistió en motivar a los docentes a desarrollar de la mejor forma el programa de cada materia.
Pero quedaba faltando un acercamiento con el mundo organizacional, es decir con “la realidad”. A veces en las universidades públicas se piensa que no hay que hacer un trabajo de acercamiento al medio, bajo la falsa premisa de que basta con tener calidad académica y profesionales pensadores, competes y creativos.
En términos de estrategia organizacional entendimos que era necesario diseñar una estructura de visibilidad de la carrera, algo exótico en una universidad pública. A nuestra mirada se sumó la iniciativa de un grupo de estudiantes que visitaron la oficina de la dirección de carrera con la iniciativa reflejada en una pregunta concreta: ¿qué podemos hacer para que los empresarios nos conozcan?
Recuerdo que llovieron las críticas de que estábamos perdiendo el “norte”, cuando realmente lo que estábamos era buscando ese anhelado “norte”: posicionar la carrera Ingeniería Administrativa como la mejor opción para los empleadores.
Aunque en esa época no existían las redes sociales, los críticos del ejercicio llegaron a pedir por escrito mi cabeza como director de carrera a través de una carta avalada por unas cincuenta firmas que fue respondida por otra misiva firmada por unos doscientos estudiantes que pedían mi continuidad.
Mientras nosotros pensábamos que el director de carrera debía hacer un trabajo de relacionamiento con el medio, nuestros contradictores nos decían que la labor debía estar circunscrita al interior de la universidad.
Los estudiantes de la carrera de esta generación estuvieron liderados por Carlos Ariel Valencia, John Wbeimar Wideman y Jorge Iván Rendón, que querían convocar a sus compañeros a una “cruzada” para promover la carrera. Pido excusas de antemano por no hacer una lista ampliada de los estudiantes, pero ellos saben que fueron partícipes. Prometo que cuando se escriba la historia de la carrera Ingeniería Administrativa haré una lista muy juiciosa de este puñado de hombres y mujeres que ya hacen parte de la historia de la carrera.
La respuesta a la conjunción de intereses fue concreta: elaboramos un Plan de Mercadeo con el objetivo principal de que los empresarios conocieran y reconocieran la calidad y la pertinencia académica de Ingeniería Administrativa y que como consecuencia abrieran las puertas de sus empresas a los egresados de la carrera.
El plan de mercadeo abordó cinco públicos de interés y consecuentemente los correspondientes frentes de trabajo:
Primero, los estudiantes de la carrera. Estos debían comprometerse con el proyecto. Si esto no se lograba, el trabajo con los demás frentes sería estéril.
Segundo, los egresados de la carrera. Conscientes del gran sentido de pertenencia de los egresados, se buscó que algunos de los ingenieros administradores más reconocidos en la ciudad fueran padrinos del proyecto. El ingeniero administrador Nicanor Restrepo Santa María se convirtió en el padrino mayor de nuestro proyecto.
Tercero, los empresarios de las grandes empresas de la región. El objetivo era visibilizar la carrera ante ellos como empleadores potenciales con la idea de que tuvieran un alto concepto de la carrera.
Cuarto, los estudiantes de bachillerato y sus entornos en los colegios y los hogares. El interés era que Ingeniería Administrativa de la UN fuera una de las grandes opciones al elegir una carrera universitaria.
Quinto, los periodistas y medios de comunicación más reconocidos de la ciudad. El propósito fue volver aliados a los periodistas más reconocidos de la ciudad para que comunicaran todas las actividades desarrolladas en el plan.
La primera actividad con los estudiantes se centró en conformar un equipo de trabajo y en ponerle un nombre al grupo. Después de las correspondientes discusiones surgió el nombre de “Grupo Imagen” porque el objetivo de todo el trabajo era finalmente trabajar por la “imagen” de la carrera.
Luego se conformó una estructura administrativa, con presidente, tesorero y comités de trabajo, cada uno de los cuales tenía un coordinador.
Se diseñó un plan de acción donde las principales actividades fueron: hacer reuniones de trabajo con los cien directivos más importantes de la región, organizar eventos de gran impacto en el mundo empresarial y académico de la ciudad, diseñar un plan de visitas a colegios y lograr un impacto en los medios de comunicación: prensa, radio y televisión.
Los resultados fueron generosos con el trabajo del “Grupo Imagen”: la carrera Ingeniería Administrativa se volvió una profesión de moda en la ciudad, los empresarios comenzaron a vincular a sus egresados, y los bachilleres empezaron a tenerla dentro de sus preferencias al momento de la inscripción.
Por eso dedico esta columna a la “Generación Imagen” con la esperanza de que este grupo de ingenieros administradores siga vivo alimentado por la comunicación a través de un modelo privado de redes sociales.
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