¿El Congreso estadounidense como gran enemigo del cambio de política con Cuba?
El 2014 fue un año que implicó cambios importantes en la política exterior de las naciones más importantes del mundo, por un lado los países europeos en sus relaciones con Rusia basadas desde la caída de la Unión Soviética en la cooperación, experimentaron nuevamente tensiones nunca antes vistas desde la guerra fría, resultando en sanciones contra el gigante Euroasiático en momentos donde este escalaba para perfilarse en un socio comercial obligatorio para la Unión Europea; por otro lado y más sorprendente aún fue el anuncio dado por el Presidente Obama el 17 de Diciembre, en el cual proclamaba un nuevo capítulo en sus relaciones con el régimen comunista residente en Cuba, al alcanzar gracias a la mediación del Papa Francisco I, un acuerdo con el régimen Castro sobre puntos importantes en materia de viajes de estadounidenses a la isla, inversión, cooperación y por último el embargo económico.
Esta historia de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y la “república” cubana es un tema extenso e histórico, sin embargo resumible en dos iniciativas legislativas la ley Toricelli y el Helms Burton act cuyos contenidos normativos constituyen la imposición formal del embargo por parte de Estados Unidos al gobierno de Fidel y ahora Raúl Castro, es importante señalar que antes de que el embargo fuera decretado ley por el Congreso de los Estados Unidos este se llevaba a cabo por medio de las famosas leyes ejecutivas promulgadas por los presidentes estadounidenses sin ninguna participación del Congreso . Tanto la ley Toricelli como la Helms Burton act castigan a cualquier empresa estadounidense por llevar a cabo cualquier tipo de actividad mercantil con Cuba, haciéndola acreedora de restricciones para adquirir beneficios o mercado en los Estados Unidos, así mismo restringe los viajes y las visitas de ciudadanos estadounidenses y exiliados cubanos a la isla.
Sin duda el establecimiento de políticas tan severas contra Cuba significó para los norteamericanos no solo el rechazo de la isla , sino también un gran nivel de crítica internacional por los estragos que esta medida genera contra la población cubana, sin que el régimen de los Castro se vea de alguna manera cuestionado por la población. Varios expertos afirman que el costo del embargo en términos de comercio, así como actividades administrativas para verificar su cumplimiento ronda los 1.200 millones de dólares, a comparación de los 685 millones aproximados que le cuesta a la Isla tal medida económica. Según el Presidente Obama el objetivo inicialmente pensado del embargo – desestabilizar al régimen de los Castro – no ha logrado su propósito y es obsoleto “ Yo no creo que podamos seguir haciendo lo mismo durante otras cinco décadas y esperar un resultado diferente. Más aún, no sirve a los intereses de EEUU o del pueblo cubano intentar empujar a Cuba hacia el colapso. Incluso si eso funcionara -y no lo ha hecho durante 50 años- sabemos por nuestra dura experiencia que los países tienen más posibilidades de disfrutar de una transformación duradera si su pueblo no está sometido al caos.”
La movida diplomática del Presidente Obama fue recibida por alegría y condena en varios sectores de la comunidad cubano estadounidense y la sociedad en general; por el lado de aquellos que se opusieron a la medida se encontraba el senador Ted Cruz por Texas ( Republicano ) y el Representante a la Cámara Paul Ryan ( R ) cuyo discurso anunciaba cualquier tipo de medidas a nivel de Congreso para detener los cambios en la política; ¿pero realmente es el Congreso de los Estados Unidos un impedimento para el proyecto Obama en sus relaciones con Cuba?
A mi juicio el interrogante es válido puesto que si la respuesta fuera afirmativa, entonces la propuesta de Obama sería completamente simbólica, así mismo como se puede inferir, el caso con Cuba es muy diferente a cualquier otro caso en la política exterior estadounidense, principalmente por la participación que empezó a tener el legislativo con la Helms Burtton Act y la Toricelli law, las cuales hacen al Congreso un sujeto importante en este “nuevo capítulo” cubano estadunidense.
En un foro que se tuvo en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington D.C al cual asistieron un gran número de expertos entre ellos el senador republicano Jeff Flake , se le preguntó a este como veía la posición republicana frente a esta situación – La cual desde el 3 de enero es mayoría en ambas cámaras del Congreso estadounidense – , según él muchos republicanos incluyéndose consideran que 52 años de embargos es bastante excesivo, los interés de Cuba hace 52 años ya no son los mismo que ahora, entonces los medios que inicialmente tenía el embargo para presionar a Cuba, ya quedaron obsoletos pues el país ha buscado durante mucho tiempo la manera de mantenerse, de igual manera quien pierde con el embargo es en todo aspecto Estados Unidos, pues en la actualidad muchos países han pedido en diversos escenarios internacionales la retirada del embargo y eso genera un “Black eye” sobre los Estados Unidos. Sin embargo el senador republicano admitío que el ambiente igualmente puede ser alterado si el presidente busca por medio únicamente de leyes ejecutivas llevar a cabo el proyecto, en este aspecto el Congreso si podría presentarse reacio a aceptar los cambios planteados por Obama.
La discusión se centró igualmente en el papel de las Helms Burtton Act y la Toricelli Law, pues según su articulado, el Congreso debe recibir del presidente una especie de informe en la cual se verifique el cumplimiento de una serie de requisitos -entre ellos la no presencia de los hermanos Castro en el gobierno- para poder derogarse las leyes. Sin embargo Mark Feldmann asesor jurídico de la Secretaria de Estado y presente también en las ponencias, citó algunos ejemplos donde el Presidente sin ningún tipo de cooperación con el Congreso ha dado pasos diplomáticos importantes, entre ellos la Conferencia de Yalta en 1945 . Felmann hizo hincapié en la pugna histórica entre el Congreso estadounidense y el Presidente por el control de la política exterior, sin embargo el Presidente según el, tanto legal como constitucionalmente tiene prioridad en estos asuntos, por último Feldmann dijo que el único bloqueo realmente posible del Congreso en estos términos es con la no ratificación de un embajador en Cuba – punto mencionado por Obama en su discurso – , no obstante el presidente podría provisionalmente nombrar un funcionario para la gestión de la embajada.
Teniendo estos elementos podemos sacar algunas conclusiones o previsiones ; en primer lugar, teniendo en cuenta lo dicho por el senador republicano, es posible que la oposición a este proyecto – si de alguna forma el Presidente desea hacerlo a manera de ley cooperación bipartidista – sea poca, sin embargo el Congreso podría hacerle ciertas exigencias al Presidente de tal manera que el proyecto se modifique sustancialmente, pero este escenario es el menos posible, pues ya el gobierno Obama confirmó para el 21 de Enero el envío de una comisión de la Secretaria de Estado a la Habana para discutir varios de los puntos mencionados, comisión a la cual no se invitó a ningún miembro del Congreso; en segundo lugar, el presidente Obama tiene todos los elementos legales para iniciar el proyecto por su propia cuenta, sin embargo el uso de los decretos –leyes ejecutivas – en materias tan sensibles como esta, pueden de alguna manera generar resentimiento en el Congreso, por consiguiente volver el legislativo un escenario hostil a las propuestas de la administración. No cabe duda de que ambos escenarios son complicados, no obstante uno conduce a la ruptura completa del embargo y el otro a una posible postergación del mismo.
El tema cubano sin duda será uno de los primeros puntos en la agenda para el Congreso que acaba de iniciar, su impacto dista mucho de ser meramente simbólico, ya que implica un cambio en la política exterior de Estados Unidos palpitante desde finales de la guerra fría, el debate y las repercusiones que un proyecto como este tendrá en el comportamiento de la política en la primera potencia mundial, podría significar el fin de un embargo y el comienzo de una crisis política en ese país.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://alponiente.com/wp-content/uploads/2014/12/alejandro.jpg[/author_image] [author_info]Alejandro Rodríguez Gonzalez Estudiante de Derecho y miembro del semillero sobre Derecho Internacional público en la Universidad Eafit. Interesado en temas internacionales y estudio de conflictos. Lector apasionado de la historia mundial y nacional. [/author_info] [/author]
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