No somos un objeto, no somos las encargadas de la casa, no somos las más débiles, no somos juguetes sexuales ni signos del pecado. Nosotras somos ¡mujeres! Seres humanos con las mismas capacidades de los hombres, inteligentes, fuertes, atrevidas, creativas y llenas de sueños. Lastimosamente a lo largo de la historia hemos sido despreciadas, violadas, maltratadas, abusadas y muchas cosas más, incluso hoy en día seguimos viviendo esa tortura y tememos por salir a la calle, donde sin importar lo que llevemos puesto somos tratadas como perros cuando nos hacen ps ps ps o recibimos “cumplidos” como: que rico, que delicia, cuando en realidad eso nos genera miedo y asco. Ah eso si no nos podemos defender ni decir nada porque te responden dos cosas en especial: usted es una señorita, no hable así o ¿para que se viste de esa forma sabiendo que provoca a todo el mundo? Es por eso que nuestra lucha por la igualdad, el respeto y la libertad no es de ahora sino de siempre.
Nosotras somos esas 120 mujeres que fueron atacadas por la policía el 8 de marzo de 1857 en New York cuando salieron a marchar en contra de los bajos salarios, también esas 123 que fueron calcinadas en la fábrica Triangle Shirtwaist a causa de un incendio del cual no pudieron salir porque nada más se dejaba una puerta abierta y las demás se cerraban para que supuestamente no robaran, somos las 243 que representan los feminicidios durante la cuarentena en Colombia y todas aquellas que han muerto por causas injustas. Es que la verdad a pesar de estar cansadas, rotas, destrozadas y a veces sin ánimos seguimos ahí peleando por hacer valer nuestros derechos que no se deberían de batallar sino de recibir de la manera más pacífica, pero no nos rendimos y seguimos diariamente dando vida al mundo, trabajando, sosteniendo nuestras familias y cuidando de los nuestros porque más allá de todo somos protectoras que damos lo que sea por aquellos que amamos.
Por último y para mencionar aquello donde empiezan muchas cosas, desde pequeños les enseñan a los niños que “a una mujer no se le pega ni con el pétalo de una rosa” aunque muchas veces lo que ven en sus hogares es un padre maltratador, así que crecen y en varias ocasiones hacen lo mismo, me pregunto entonces: ¿a una mujer no se le pega con el pétalo de una rosa, pero si con el palo de una escoba, con una correa, con la mano y hasta se le mata ?
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